El misterio de Chamart¨ªn
'S¨¦ lo que tengo y lo sigo teniendo', dice Arriola despu¨¦s de ser desvalijado. Arriola, deben saber todos, es asesor personal del presidente Aznar; tiene un chalecito modesto y feo, pero clandestino, por Chamart¨ªn; y unos seres misteriosos pero agudos saltaron las alarmas, abrieron la caja de caudales con su clave como aquel que bien la sabe; se llevaron ordenadores, casetes, documentos, y el as¨ª asaltado dice que no importa, que lo que buscaban no estaba all¨ª y 'lo sigue teniendo'. ?Qu¨¦ ser¨¢? Lo culpable, lo pecaminoso, lo escandaloso, existe, y no debe de ser pornograf¨ªa infantil. ?Secretos de Aznar!
Qu¨¦ regusto da saber que hay una segunda o tercera pol¨ªtica m¨¢s all¨¢ de las Cortes y de los micr¨®fonos: secretos. El asunto es de novelas policiacas. Los sospechosos quedan m¨¢s o menos definidos por el uso de la palabra 'Watergate', que fue la operaci¨®n que en aquel d¨ªa realiz¨® precisamente el poder -Nixon- contra la oposici¨®n, y que ahora ser¨ªa la oposici¨®n contra el poder. No s¨¦ por qu¨¦. Podr¨ªan ser unos vascos u otros; ciertos guardias civiles que no aceptan que no haya indultado a su general Galindo y c¨®mplices del Cuerpo; antiguos o modernos miembros del servicio de investigaci¨®n; el propio Aznar, sospechando que Arriola le enga?ase; alg¨²n candidato en busca del cuaderno azul; alg¨²n presidente de comunidad, o unos simples ladrones. ?l dice que 'chapuceros', lo cual no parece justificado por sus conocimientos de claves y de alarmas; y que sin duda sab¨ªan lo que buscaban. Los discos duros se abren ya con cierta facilidad, y han de saber tambi¨¦n sus passwords, de donde su torpeza no parece justa. Ah, ?y si fuese el propio Arriola para poder despu¨¦s venderlos o hacer chantaje? Por J¨²piter, que no tengo sospechas de nadie, sino de todos, excepto de m¨ª mismo y de algunos amigos ¨ªntimos. ?nicamente vitupero la pol¨ªtica que se llama democr¨¢tica que a lo largo de su vida ha asaltado tantas cajas de caudales o ha encerrado o asesinado a tantos testigos. Solamente sigo aquello que aprend¨ª a leer en algunos idiomas, en el Rouletabille de Gaston Leroux o en el Sherlock de Conan Doyle, o el Padre Brown de Chesterton. Seguramente, al final se descubrir¨¢ que ha sido el mayordomo.
Veo la casita de burgues¨ªa pobre y antigua donde han sucedido los hechos, y dif¨ªcilmente imagino un mayordomo. A no ser un servidor espiritual de un amo fuerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.