El Levante
En alg¨²n desv¨¢n del noroeste yace mi ¨¢lbum de cromos de futbolistas de la temporada 1963/64. En aquellas p¨¢ginas, junto a los otros quince equipos que entonces integraban la primera divisi¨®n, perduran los rostros de los jugadores del Levante, un club de nombre misterioso que aquel a?o debut¨® en la liga de los grandes. Recuerdo, borrosamente, a alguno de sus jugadores. Uno se llamaba Victoriero, qu¨¦ animosa palabra, y hab¨ªa un tal Currucale, otra delicia l¨¦xica.
Tambi¨¦n estaba Dom¨ªnguez, apellido m¨¢s popular, pero eso importaba poco porque Dom¨ªnguez era la figura de aquel Levante que jugaba en Vallejo. Otro futbolista de nombre ex¨®tico era el delantero Wanderley, un hermano de Waldo, el famoso goleador del Valencia Club de F¨²tbol.
Muchos a?os despu¨¦s, tras haber superado destierros y olvidos, ruinas y jaleos, desatinos y dolores, el Levante parece encaminado a reverdecer aquellos lauros tan antiguos. Es una esperanza que aflor¨® definitivamente anteayer, en el estadio de Orriols, frente al remoto y fronterizo Badajoz. Precisamente frente al mismo equipo que protagoniz¨® el rev¨¦s m¨¢s cruel que conocen los seguidores del Levante -y eso que saben de muchos-, hace ahora cinco meses. En aquel partido infausto a los granotas les val¨ªa el empate para salvarse del descenso, y sin embargo sus jugadores, presos de una grandeza loca y final, quisieron ganar a toda costa. Pusieron en marcha un ataque tan febril como incompetente y en un rebote maldito el Badajoz organiz¨® un contraataque, marc¨® un gol en el ¨²ltimo suspiro del partido y hel¨® m¨¢s que nunca el coraz¨®n de los levantinistas: la ¨²nica afici¨®n espa?ola de la que se sabe, con absoluta certeza, que es invencible. Una afici¨®n que, a falta de otras justicias, cree en una justicia c¨®smica, metaf¨ªsica. Y seguramente por eso, despu¨¦s de la tragedia vino el milagroso retorno a la divisi¨®n de plata, y luego ese verano corto y urgente donde se improvis¨® una plantilla que ahora va lanzada a la primera divisi¨®n. La pr¨®xima temporada volver¨¦ a tener un ¨¢lbum de futbolistas, despu¨¦s de tantos a?os, y ver¨¦ de no sonrojarme cuando compre los cromos en el quiosco.
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