El s¨ªntoma de Puyol
La renovaci¨®n de Puyol por el Bar-?a se ha convertido en un asunto de estado m¨¢s que nada por la manifiesta incapacidad de la directiva por cerrar un contencioso abierto por ella misma, circunstancia que se repite cada dos por tres en una instituci¨®n cuya capacidad para enredarse parece no tener remedio.
A¨²n cuando el defensa internacional tiene contrato hasta 2004, ha sido la junta la que le ha instado repetidamente a reunirse para mejorar un acuerdo que debe entender que ha quedado desfasado. Gaspart ha asumido de alguna manera que no es de recibo que Puyol cobre cuatro veces menos que su suplente [Reiziger], una muestra m¨¢s de que las cosas est¨¢n del rev¨¦s en el Camp Nou, y de ah¨ª su inter¨¦s por revertir el caso.
Ocurre, sin embargo, que como la directiva no logra convencer al jugador, que se remite a los dos a?os que le quedan de n¨®mina azulgrana, cada reuni¨®n se zanja con un desencuentro m¨¢s que como un acercamiento. A m¨¢s entrevistas, mayor es la sensaci¨®n de fracaso, a tal punto que los agravios respecto a la situaci¨®n laboral de Puyol crece sin parar.
Por Barcelona incluso circulan ya por la radio -un empleado del club lo denunci¨® en Ona Catalana el pasado viernes- los posibles sueldos de los directores generales de la entidad que, por lo que parece, en alg¨²n caso est¨¢n por encima de lo que percibe el jugador. El contencioso se ha puesto tan interesante que hasta el Real Madrid ha metido baza, y Ra¨²l no para de piropear a Puyol como dici¨¦ndole que si quiere le guardan un sitio en el equipo de las estrellas porque defensas como ¨¦l hay muy pocos.
La renovaci¨®n de Puyol, consecuentemente, ha acabado por convertirse en una necesidad para el Barcelona y en una fortuna para el futbolista, que juega con todo el viento a favor. A la junta no le queda m¨¢s remedio que prorrogar el acuerdo con el defensa como signo de poder¨ªo o acto de afirmaci¨®n barcelonista si se quiere, o, en caso contrario, dar¨¢ una muestra m¨¢s de su flaqueza. Mientras no renueve, la hinchada pensar¨¢ que Puyol puede correr la misma suerte que Figo o Ronaldo y que las negociaciones con Ronaldo y Morientes fueron un camelo.
El poder adquisitivo del Bar?a no da para m¨¢s que para renovar a Puyol y comprar a final de temporada a Riquelme y Mendieta, todos ellos jugadores ya suyos.
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