La Xunta relega a Eisenman en la Ciudad de la Cultura

El Gobierno gallego est¨¢ dispuesto a que la despedida de quien ocup¨® su presidencia durante 16 a?os, Manuel Fraga, resulte inolvidable. As¨ª que ha relegado al arquitecto estadounidense Peter Eisenman, autor del proyecto, de la ejecuci¨®n de las obras: el ritmo de construcci¨®n de la monumental Ciudad de la Cultura no era el adecuado para terminarla antes de 2005. El cambio aumentar¨¢ en 11 millones de euros los costes previstos.

'Es infinitamente mejor que el Guggenheim', sostiene el consejero de Cultura de la Xunta, Jes¨²s P¨¦rez Varela. Se trata de la monumental Ciudad de la Cultura de Galicia, la gran obra con que Manuel Fraga pretende despedirse de 16 a?os de presidencia de la Xunta, un conjunto de seis edificios que ocupar¨¢ un ¨¢rea de 700.00 metros cuadrados y cuyo presupuesto inicial era de 120 millones de euros (20.000 millones de pesetas). Su creador, el arquitecto estadounidense Peter Eisenman, es un te¨®rico muy reconocido, pero con poca experiencia pr¨¢ctica. Y los retrasos en su trabajo acabaron por exasperar a la Xunta, empe?ada en concluir las obras en 2005, cuando expira el mandato de Fraga. Para no perder m¨¢s tiempo, el Ejecutivo aut¨®nomo ha forzado a Eisenman a renunciar a la ejecuci¨®n del proyecto, del que se encargar¨¢ una empresa que recibir¨¢ por ese trabajo 11 millones de euros adicionales.

Las obras de 'uno de los proyectos m¨¢s ambiciosos de Europa', en definici¨®n de Eisenman, se iniciaron el 15 de febrero de 2001. El arquitecto estadounidense hab¨ªa ganado meses atr¨¢s el concurso internacional de ideas convocado por la Xunta con un dise?o que caus¨® impresi¨®n entre cr¨ªticos y profesionales. Eisenman proyectaba levantar un complejo de seis edificios -bibliotecas, museos, un palacio de la ¨®pera- engastado de forma casi natural en las laderas del monte Gai¨¢s, a las afueras de Santiago de Compostela. Un volumen arquitect¨®nico de perfiles sinuosos que visto desde el aire recordara a una concha de vieira, el s¨ªmbolo de los peregrinos.

A pesar de la complejidad t¨¦cnica del proyecto, la Administraci¨®n se impuso como meta acabar la Ciudad antes del final de 2005, cuando concluye el mandato de Fraga, que el pr¨®ximo noviembre cumple 80 a?os y, seg¨²n ha prometido, ya no se presentar¨¢ a la reelecci¨®n. Las prisas de la Xunta tropezaron pronto con los m¨¦todos de trabajo de Eisenman, un reputado te¨®rico de la llamada arquitectura deconstructiva -ha escrito ensayos junto a Jacques Derrida, el c¨¦lebre fil¨®sofo franc¨¦s que acu?¨® el t¨¦rmino-, pero que hab¨ªa tenido muy pocas ocasiones de llevar sus ideas a la pr¨¢ctica.

La incapacidad de Eisenman para seguir el ritmo que pretend¨ªa imponer el Ejecutivo gallego acab¨® generando una fuerte tensi¨®n. Ya el pasado mayo, Fraga dej¨® caer: 'Los genios de esta categor¨ªa son tan perfeccionistas que pueden tener la tendencia a olvidar el factor tiempo'.

La situaci¨®n se hizo insostenible durante el verano. Las obras acumulaban un retraso de varios meses sobre los plazos previstos y Eisenman a¨²n no hab¨ªa presentado m¨¢s que el proyecto b¨¢sico. Hace unos d¨ªas, el arquitecto neoyorquino viaj¨® a Galicia, se entrevist¨® con Fraga y ¨¦ste le convenci¨® para que renunciase a parte de sus atribuciones. Para salir del paso, la Xunta busca ahora una empresa privada que se encargue de elaborar el proyecto de ejecuci¨®n y asuma la direcci¨®n de las obras. El Gobierno gallego ha convocado un concurso p¨²blico al que se han presentado ocho firmas de ingenier¨ªa, con un precio de licitaci¨®n de 11.154.078 euros y que deber¨¢ ser resuelto antes del 23 de diciembre.

Las condiciones del concurso relegan a Eisenman a un papel de supervisor del trabajo que realizar¨¢ la empresa contratada. A ¨¦sta, en todo caso, se le obliga a rendir cuentas peri¨®dicas ante la Fundaci¨®n Ciudad de la Cultura y ante el propio arquitecto, incluso 'en su sede de Nueva York, cuando fuera necesario', seg¨²n especifica el contrato. Fuentes de la Xunta aseguran que el proyecto permanece intacto y que Eisenman sigue manteniendo el control sobre ¨¦l. Profesionales del sector destacan, sin embargo, que se va a producir una situaci¨®n muy poco frecuente, potencialmente conflictiva y que siembra dudas sobre la adecuaci¨®n del proyecto a todos los aspectos de la idea original. Los grandes arquitectos internacionales no pueden estar a pie de todas las obras que dise?an, pero por lo general son ellos mismos los que encargan ese cometido a colaboradores de sus equipos o a empresas de su confianza subcontratadas por ellos mismos. As¨ª actuaba Eisenman hasta ahora, pero la Xunta quiere recuperar a toda costa el tiempo perdido.