Pedro Guerra denuncia en 'Hijas de Eva' el sometimiento de la mujer

De la ablaci¨®n al burka, del culto al cuerpo a los malos tratos, de las abuelas de mayo a las guerrilleras zapatistas, de la maternidad a la desigualdad en el trabajo. Todo lo que tenga que ver con el sometimiento de la mujer es tratado en Hijas de Eva, el sexto disco en solitario del cantautor canario Pedro Guerra, que se publica el pr¨®ximo lunes, d¨ªa 14. Las canciones surgieron cuando la Fundaci¨®n Alfredo Kraus le encarg¨® una obra con total libertad para el Auditorio de Las Palmas. Escogi¨® la violencia -f¨ªsica y psicol¨®gica- contra las mujeres de todo el mundo y estren¨® en diciembre pasado las canciones que ahora aparecen en disco.

'La mujer es la gran sometida de la historia', dice Pedro Guerra para justificar el tema sobre el que trata su nuevo disco. 'Muchas veces la mujer es la protagonista e impulsora de los avances sociales y nunca se le ha reconocido'.

Desde Eva, como s¨ªmbolo del ninguneo al papel de la mujer en la historia, hasta la ¨²ltima canci¨®n, Lilith, el cantautor repasa -a veces con nombre y apellidos- todos los sometimientos actuales debidos a la discriminaci¨®n de g¨¦nero. 'Me inspir¨® mucho la historia de Lilith, una leyenda que desconoc¨ªa y que cuenta que hubo una mujer en el para¨ªso antes que Eva, creada de polvo y barro, como Ad¨¢n, pero que no quiso someterse y se march¨®. Entonces Dios cre¨® a Eva de la costilla de Ad¨¢n, como sentido de mujer sometida...'.

'Entre Eva y Lilith hablo del culto a la belleza (Cuerpo), que tambi¨¦n es una forma de violencia, algo as¨ª como el burka de Occidente; de la maternidad y de las abuelas de mayo (Madres), de la ablaci¨®n (Malicunda), de los malos tratos (Hogar) o de las mujeres que acompa?an a los soldados a las guerras (Adelita), sin que nunca luego salgan entre los agradecimientos porque tras la participaci¨®n de ¨¦stas en procesos de liberaci¨®n, cuando la lucha acaba, vuelven a ocupar un lugar menor'.

El argentino Fito P¨¢ez canta con Pedro en Cuerpo, y el cubano Silvio Rodr¨ªguez hace lo mismo en Ni?as. La mayor¨ªa de las 14 canciones que conforman el disco tienen un t¨ªtulo de una sola palabra.

Guerra se acerca a asuntos peliagudos. La ablaci¨®n, por ejemplo, cuya canci¨®n surge al tener noticia del juramento de Malicunda, 'una zona de Senegal donde las mujeres se negaron a practicarla e instaron al Gobierno a que derogase esa ley'. 'Pero aunque la ley se derogue', apunta, 'no implica que se siga practicando; es una cuesti¨®n cultural, pues muchas mujeres se sienten orgullosas de ello. Es dram¨¢tico, creen que es la manera de hacerse mujer'.

'En la de Burka, m¨¢s que hablar de ese terrible velo, que hablo, quiero expresar los distintos sometimientos que sufre y ha sufrido la mujer'. 'No me gusta que se utilice el burka como una cuesti¨®n s¨®lo est¨¦tica en un desfile de modas', dice al hilo de la reciente pol¨¦mica suscitada en la Pasarela Cibeles por el dise?ador David Delf¨ªn. 'Al principio me escandaliz¨®, luego intent¨¦ entender lo que ¨¦l quiso explicar como apuesta est¨¦tica y todo eso de Magritte, Bu?uel y Belle de jour. Se politiz¨® demasiado el asunto y me cabre¨® comprobar c¨®mo una cosa as¨ª tiene todo ese despliegue medi¨¢tico y no las mujeres que llevan el burka de verdad, las maltratadas y todas las que sufren cualquier vejaci¨®n'.