'Habr¨ªa preferido tener el don de la tragedia'
Woody Allen (Nueva York, 1935) llega hoy a Espa?a para recoger el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes. Esta entrevista se realiz¨® el lunes en su oficina de Manhattan, la antigua porter¨ªa de un edificio de lujo en Park Avenue. Allen es amable, ir¨®nico y ligeramente duro de o¨ªdo.
Pregunta. Estos premios al conjunto de su obra, ?le proporcionan una sensaci¨®n de trabajo culminado?
Respuesta. No he tenido muchos premios de ese tipo. Cannes y ahora el Pr¨ªncipe de Asturias. Y uno s¨®lo puede darse cuenta de lo que ha hecho y lo que est¨¢ haciendo compar¨¢ndolo con la obra de otros cineastas de gran nivel. El juicio, de esa forma, siempre resulta severo. Siempre que me conceden un premio tengo la sensaci¨®n de que alguien se ha equivocado, de que me eligen por error, porque hay bastantes directores que hacen regularmente trabajos mejores que los m¨ªos. Quiz¨¢ me dan los premios por simple longevidad, porque llevo much¨ªsimo tiempo trabajando con entusiasmo. Quiz¨¢ los espa?oles, que son muy amables, s¨®lo han querido tener un detalle conmigo.
'Bush no me parece un buen presidente y no me convence cuando habla de Irak'
'La explicaci¨®n de mi relativo ¨¦xito en Europa es que se trata de un continente m¨¢s urbano'
P. Su obra es inmensa. Ha dirigido 32 pel¨ªculas, ha escrito cuentos, guiones, ensayos, ha trabajado como actor y humorista... ?Ha creado escuela?
R. Nada de nada. Martin Scorsese, un gran director, influye a casi todo el mundo, incluyendo gente ya tan s¨®lida como Spike Lee o Brian de Palma. Percibo rasgos de Scorsese en la mayor¨ªa de las pel¨ªculas que veo. En cambio, no me parece que yo haya influido en nadie.
P. ?Hay alguna explicaci¨®n?
R. A m¨ª no se me ocurre. Y no me molesta. Es una realidad, y ya est¨¢.
P. ?Qu¨¦ ha ocurrido entre usted y el p¨²blico americano? Tiene m¨¢s ¨¦xito en Europa que aqu¨ª.
R. En Estados Unidos tengo poco p¨²blico. Me va bien en ciudades grandes como Nueva York, San Francisco, Chicago, Los ?ngeles o Boston, pero no en el conjunto del pa¨ªs, hecho de urbanizaciones suburbiales. Quiz¨¢ la explicaci¨®n a mi relativo ¨¦xito en Europa es que se trata de un continente m¨¢s urbano, porque la realidad es que all¨ª tambi¨¦n me va bien en Par¨ªs, Londres, Barcelona y Madrid. Mi p¨²blico americano es fiel, pero reducido.
P. ?Qui¨¦n dej¨® a qui¨¦n? ?El p¨²blico a usted? ?Usted al p¨²blico?
R. Creo que fui yo, porque la gente habr¨ªa estado encantada de que me repitiera. Cuando hice Annie Hall y Manhattan, mis dos mayores ¨¦xitos comerciales, me dec¨ªan que siguiera en esa l¨ªnea. Pero un poco antes, cuando hab¨ªa hablado de filmar una comedia rom¨¢ntica como Annie Hall, me hab¨ªan dicho que el proyecto era una insensatez y que deb¨ªa centrarme en mi estilo inicial, en comedias disparatadas como Bananas y Toma el dinero y corre. A¨²n hay quien me lo dice. La verdad es que algunas pel¨ªculas posteriores, como Hannah y sus hermanas y Delitos y faltas, recaudaron m¨¢s dinero que las primeras pel¨ªculas de humor puro. Toma el dinero y corre cost¨® s¨®lo un mill¨®n de d¨®lares y tard¨® 10 a?os en cubrir gastos. O sea, que el p¨²blico estaba encantado con aquel g¨¦nero, sin necesidad de acercarse al cine para verlo. Nunca he tenido un inter¨¦s exagerado por el ¨¦xito, me interesaba m¨¢s evolucionar como cineasta y probar nuevos g¨¦neros, nuevas ideas, y eso no resulta del agrado del gran p¨²blico estadounidense.
P. Supongo que cuando rodaba las primeras pel¨ªculas ya ten¨ªa ganas de filmar una tragedia como Interiores.
R. S¨ª, claro. El g¨¦nero tr¨¢gico siempre me ha atra¨ªdo, y me gustar¨ªa que resultara mi forma de expresi¨®n natural. Lamentablemente, mi inspiraci¨®n tiende a lo c¨®mico. A m¨ª me gustar¨ªa parecerme a Eugene O'Neill, Tennessee Williams o Ingmar Bergman. No es el caso. Y si lo fuera, supongo que lo lamentar¨ªa y ahora mismo estar¨ªa dici¨¦ndole que me encantar¨ªa tener m¨¢s talento humor¨ªstico. Estoy hablando como director. Como actor nunca he sentido inter¨¦s, ni he tenido capacidad, para hacer Hamlet. Como director s¨ª habr¨ªa preferido tener el don de la tragedia.
P. ?Qu¨¦ faceta de su trabajo disfruta m¨¢s?
R. Escribir es lo mejor, porque es pura fantas¨ªa. Estoy en mi casa, en la cama, con mis ni?os, mi tocadiscos, un poco de comida, una temperatura ¨®ptima y escribo, y si no me gusta lo que sale, lo tiro y empiezo otra vez. Y si me gusta, pienso: 'Oh, ¨¦ste es el mejor gui¨®n de mi vida, esto va a provocar grandes risas o tremendos llantos...'. Cuando termina la escritura empiezan las dificultades: hay que madrugar, buscar localizaciones, elegir actores y, en general, enfrentarse al mundo exterior. Lo m¨¢s duro es el choque con la realidad. Empiezo cada pel¨ªcula pensando que me van a dar el Premio Nobel por ella, pero cuando llego a la fase final, a la edici¨®n, me conformo con que el fracaso no sea demasiado humillante. Empiezo sin renunciar a nada, y en las ¨²ltimas semanas ya asumo que nadie ir¨¢ a ver la pel¨ªcula y estoy dispuesto a todo con tal de que la cat¨¢strofe no sea terrible: pongo la primera escena al final, elimino a un personaje, cambio a otro...
P. Sin embargo, un rodaje tiene una parte de fantas¨ªa. ?No le gusta eso?
R. Totalmente cierto, uno pasa seis u ocho meses viviendo en otro mundo. Si estoy haciendo algo como Balas sobre Broadway, permanezco rodeado de trajes, m¨²sica, decorados de los a?os veinte... No s¨®lo es un placer, es una forma de terapia. Es como cuando a los internos de un manicomio les dan plastilina o material de dibujo. Trabajar es saludable. Si no, uno se sentar¨ªa y empezar¨ªa a pensar en que la vida es triste, en la vejez, en la muerte, y acabar¨ªa con problemas mentales.
P. ??sa es la raz¨®n de que trabaje tanto?
R. No trabajo tanto. Otros directores pueden pasar dos a?os reuniendo el dinero que necesitan para filmar. En mi caso, en cuanto saco de la m¨¢quina de escribir la ¨²ltima p¨¢gina del gui¨®n, empieza la producci¨®n. No s¨¦ si contar¨¦ con esta ventaja toda mi vida, espero que s¨ª. No soy un director caro, he tenido fracasos compensados con algunos buenos resultados comerciales y, en general, a largo plazo, los productores hacen una inversi¨®n razonable conmigo. No pueden ganar mucho, pero tampoco arruinarse. Por otro lado, creo que podr¨ªa hacer dos pel¨ªculas al a?o, en lugar de una, porque me sobra tiempo. Puedo tocar el clarinete, jugar con mis hijos, ver partidos de baloncesto, ir al cine, cenar casi cada noche con amigos en un buen restaurante...
P. ?Se modera su pesimismo?
R. Creo que es dif¨ªcil observar la vida y no ser pesimista. La vida es cruel y carece de sentido. Se puede pensar, como argumentan algunas religiones, que estamos en el mundo para sufrir, para hacer una penitencia, y que s¨®lo despu¨¦s de la muerte las cosas adquieren un cierto sentido.
P. ?Y la pol¨ªtica? ?Sigue participando en campa?as dem¨®cratas?
R. Eso lo he hecho ocasionalmente. Mi participaci¨®n actual se limita a mi papel como ciudadano.
P. Ya sabe que el presidente George W. Bush no es tremendamente popular en Europa...
R. No vot¨¦ por ¨¦l, no creo que sea un buen presidente y no me convence, al menos por ahora, cuando habla de Irak. Me parece que mucha gente, en la calle y en la Administraci¨®n, piensa lo mismo que yo.
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