El candidato tira al monte
El cronista ignora si Francisco Camps andar¨¢ haciendo monta?ismo, en cumplimiento de esa gesta entre emblem¨¢tica y deportiva. De su proclamaci¨®n en Alicante, la pasada noche del viernes, flanqueado y vigilado por dos arc¨¢ngeles cortesanos, a la subida de la Penyagolosa, no ha representado si no un remake de la historia de este Reino y de su personal identidad. Un perspicaz analista, dec¨ªa: 'Lo de Pa¨ªs, me temo que no; pero lo de Comunidad Valenciana se lo cree apasionadamente'. Lo que para Eduardo Zaplana era mercado, para Paco Camps es m¨ªstica. Quiz¨¢, el candidato del PP ya se encuentra capitaneando la cordada que ha de conquistar la cumbre, para ofrendar, desde las alturas, dos de las joyas m¨¢s fulgurantes de su campa?a: AVE y PHN. Es inevitable el recurso al Sina¨ª y al Olimpo: las tablas del Estatuto y el Palau de Zeus.
Y es que todo en la designaci¨®n y elecci¨®n de Francisco Camps se ha resuelto en una escenograf¨ªa sagrada: la trinidad presidencial; el ¨¢ngel custodio, cuya custodia soportar¨¢ hasta el d¨ªa de las votaciones y muchos m¨¢s; su proclamaci¨®n con aires y aleluyas de predicador de Salt Lake City, entre focos y convulsiones; las divinas palabras del secretario general del PP que confieren a Zaplana el don de la omnipresencia: 'Zaplana no se ha ido ha Madrid, se queda en Valencia para llevar a Camps a la Generalitat', con las que ha colocado al titular de Trabajo entre la ubicuidad y el absentismo ministerial; y al candidato, entre la condici¨®n de primocomulgante o de guiri, al que hay que facilitarle un callejero.
Al margen del tiberio; de c¨®mo Zaplana, con sus ma?as, se chup¨® el directo de los informativos de Canal 9; del espect¨¢culo con hedor a Richard Nixon, con quien se demostr¨® 'que se pueden vender candidatos como si fueran cereales'; de los fervores de Javier Arenas y de Zaplana; la larga y vaporosa campa?a se ha oficializado. Francisco Camps, tutelado por su padrino, ya nos ha pintado un programa con los lapiceros del para¨ªso: sanidad, ense?anza, 'universitarios valencianos en las universidades europeas, y universitarios europeos en las universidades valencianas', pleno empleo, maximalismo sin fronteras, y en el frontispicio del mitin: 'Soy el candidato de un partido que mantiene un discurso ¨²nico en todos los territorios de Espa?a'. Quiz¨¢ eso explique porque Espa?a se aburre y bosteza, mientras desfallece.
Es temprano a¨²n para anticipar esbozos de los comicios auton¨®micos y municipales, pero da la impresi¨®n de que van a resultar ins¨ªpidos e incoloros. O sea como el agua. Y m¨¢s, cuando, por febrero -en marzo puede que todo est¨¦ vendido-, Camps reciba la orden de abrir las espitas del trasvase y que la riada arrastre a los enemigos del Plan Hidrol¨®gico, hasta el pozo negro. Y puede que a EU le saque una tarjeta roja, ?se la imaginan?.
El cronista supone que los dirigentes de todos los partidos de izquierda, progresistas y nacionalistas, estar¨¢n afilando sus respectivas estrategias, porque el PP quiere la mayor¨ªa absoluta y laminar¨¢ a quien pueda, adversario o circunstancial aliado. Y aunque se hunda, o quiz¨¢, por eso, no se gastar¨¢ cortes¨ªas, como el cronista no gasta su tiempo en provocadores necios y trepas, aunque les respeta la libertad de expiaci¨®n de sus muchas miserias.
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