EL TRIBUNAL SOY YO

El examen para conseguir una plaza por oposici¨®n en la sanidad p¨²blica, y que reuni¨® el domingo a miles de m¨¦dicos interinos en Madrid, vivi¨® en una de las aulas de la Facultad de Derecho momentos sainetescos. Minutos antes de comenzar la prueba, las respuestas del presidente de un tribunal, jefe de servicio de un gran hospital de la capital, exasper¨® a muchos de los examinados. '?Podemos subrayar?', pregunt¨® uno de los interinos. 'No, de ninguna manera, porque alguien podr¨ªa pensar que me he puesto de acuerdo con una persona para identificar alg¨²n tipo de se?al', respondi¨® el presidente del tribunal. '?Podemos pedir m¨¢s papel?', indag¨® una doctora. 'Se?orita, puede pedir el que quiera, ahora bien, a mis alumnos, cuando ven¨ªan a por m¨¢s papel les dec¨ªa: 'Tenga, tenga, ya nos veremos en septiembre'. Los murmullos y comentarios de los sorprendidos examinados se quedaron cortos ante la traca final que se avecinaba. Los m¨¦dicos ten¨ªan dos sobres con autoadhesivo, uno con 12 folios, para escribir, y una plica para los datos: nombre, carn¨¦ de identidad, fecha y firma. La l¨®gica les llev¨® a poner la fecha del d¨ªa. Pero alguien pregunt¨®: ?Qu¨¦ fecha ponemos?. 'Mire usted, deben hacer constar su fecha de nacimiento'. Y entonces fue el caos. La mayor¨ªa de los 300 examinados, entre protestas, hubieron de tachar la fecha redactada, y otros, despegar a la pata la llana el sobre que hab¨ªan cerrado. Aquello parec¨ªa una pel¨ªcula de Woody Allen. El guirigay fue acallado por la voz del veterano doctor: 'El presidente del tribunal soy yo, y yo digo que se ponga la fecha de nacimiento'. Al final, la indignaci¨®n generada le hizo recular: 'D¨¦jenlo, pongan la fecha que quieran'.