Fontcalent tuvo fallos de seguridad en el mot¨ªn, seg¨²n varios funcionarios
La alarma del m¨®dulo donde comenz¨® la revuelta estaba averiada
La c¨¢rcel de Fontcalent registr¨® fallos en el sistema de seguridad que facilitaron a los internos iniciar un mot¨ªn en noviembre de 1990. El jefe de servicio de la prisi¨®n declar¨® ante el tribunal que juzga los hechos que la alarma del m¨®dulo donde se gest¨® la revuelta, el n¨²mero 4 que albergaba a los presos peligrosos, no funcionaba desde hac¨ªa meses. ?ngel Sanz, ex director de la c¨¢rcel, dijo desconocer que la alarma estuviera averiada.
'Tuvimos que dar la alarma de viva voz', declar¨® el jefe de servicio. 'El sistema no funcionaba desde hac¨ªa meses por un fallo en la antena repectora en el centro de control. La aver¨ªa constaba en el libro de desperfectos', a?adi¨®.
El jefe de servicio destap¨® otra serie de anomol¨ªas en los sistemas de seguridad de la c¨¢rcel, en especial los referidos al control de los presos peligrosos a la hora de sacarlos de la celdas. 'Las normas no estaban debidamente publicitadas, y quedaban a la discrecionalidad de cada funcionario', explic¨®. Cada turno de funcionarios cacheaba a los presos de manera distinta, unos con el interno dentro de la celda, y otros fuera. El mot¨ªn comenz¨® cuando dos funcionarios fueron a sacar de la celda al principal encausado, el preso Antonio Cort¨¦s Escobedo. ?ste amenaz¨® a los funcionarios con un pincho, los encerr¨® en la celda y, luego, abri¨® las puertas del resto.
La versi¨®n del jefe del servicio fue corroborada por otro funcionario del turno de tarde. ?ste asegur¨® que no hab¨ªa unidad de criterios en torno a las medidas de seguridad a aplicar a la hora de sacar al patio a los presos peligrosos. Este empleado y el jefe del servicio coincidieron en se?alar que no fue hasta despu¨¦s del mot¨ªn cuando se adopt¨® un reglamento ¨²nico y 'm¨¢s riguroso' para el control de los internos.
?ngel Sanz, director de la c¨¢rcel en la fecha del mot¨ªn, rechaz¨® la versi¨®n ofrecida por los funcionarios. El ex director de la prisi¨®n dijo no tener constancia de la aver¨ªa de la alarma del m¨®dulo 4. 'Me enter¨¦ del inicio del mot¨ªn por una comunicaci¨®n interna', dijo. Sanz asegur¨® que, a su juicio, las medidas de seguridad que deb¨ªan observar los funcionarios en el trato con los presos peligrosos 'constaban por escrito y debidamente publicitadas'. Sanz reconoci¨® que, tras la revuelta, la prisi¨®n adopt¨® un nuevo c¨®digo de seguridad.
El ex director indentific¨® a los procesados Manuel Pinte?o y Antonio Cort¨¦s Escobedo como los cabecillas de la revuelta. Para Sanz, el m¨®vil del mot¨ªn era la fuga de esos presos. Sanz rechaz¨® que Pinte?o, como mantuvo en su declaraci¨®n, reivindicar¨¢ alg¨²n tipo de mejoras en el trato a los presos. 'Estas demandas de mejoras proced¨ªan de otro grupo de reclusos. En la negociaci¨®n que mantuve con Pinte?o s¨®lo ped¨ªa un furg¨®n blindado para fugarse con los funcionarios como rehenes', explic¨®.
El ex director dijo no haber presenciado el asesinato de un interno argelino al anochecer del primer d¨ªa de la insurrecci¨®n. Los funcionarios que s¨ª vieron el crimen coincideron en imputar a Antonio Escobedo y los acusados Miguel ?ngel Aguado y Francisco S¨¢nchez Garc¨ªa la autor¨ªa del asesinato.
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