El espejismo euforizante
Hasta hace unas pocas semanas los socialistas valencianos con quienes solemos comentar el traj¨ªn pol¨ªtico hac¨ªan de tripas coraz¨®n para no descomponerse ante la derrota electoral que se les tiene prescrita. Militantes, como son, de largo recorrido en el partido, y muchos de ellos con experiencia de gobierno, adem¨¢s de no ser lelos, se esforzaban en atenuar el futuro marengo que les acechaba. Arg¨¹¨ªan como pod¨ªan para enderezar una esperanza lastrada por el abatimiento y el realismo a que conminan los reiterados sondeos de opini¨®n que, en el Pa¨ªs Valenciano, al menos, se obstinan en revalidar la mayor¨ªa absoluta del PP. El d¨¦ficit de convicci¨®n lo supl¨ªan, pues, mediante generosas dosis de fe en que, por inciertas circunstancias, escampase el mal fario.
Ahora, y por motivos que nos parecen de dudosa consistencia, no necesitan esforzarse para exhibir un sincero optimismo. Quiz¨¢ porque se crean las prospecciones demosc¨®picas que ellos mismos se fabrican, anticipadoras de cambios favorables en las urnas; acaso porque su candidato a la Generalitat, Joan Ignasi Pla, les merezca m¨¢s cr¨¦dito que el otorgado en un principio, al tiempo que no se acrece el de su antagonista, el popular Francisco Camps; no es desde?able tampoco el hecho constatable de que en las agrupaciones locales cunda el optimismo y que a Madrid mirando, se vea un panorama muy distinto al de meses atr¨¢s. No obstante, y es justo matizarlo, toda esta euforia, que puede ser fruto de un espejismo, solo autoriza a decir -y son palabras de un veterano- que 'ara si que hi ha partida'. No es poca cosa.
En la acera de enfrente, en el PP, no da la impresi¨®n de que preocupe este cambio de talante. O lo disimulan. Eduardo Zaplana, muy confiado en sus propias previsiones, se ha limitado a ser conmiserativo: 'Dej¨¦mosles que se conforten con sus fantas¨ªas, si as¨ª lo quieren', ha venido a decir a prop¨®sito de las encuestas que divulgan los socialistas. Sin embargo, en el bando conservador desasosiega la idea de que el PSPV ganar¨¢ mucho a poco que mejore sus resultados en los comicios, mientras que un leve retroceso de los populares significar¨ªa una cat¨¢strofe para ellos. Lo que ten¨ªa visos de ser un paseo militar para el partido que gobierna comienza a convertirse en una partida a dirimir.
RTVV nunca fuedel todo p¨²blica y valenciana
Es inminente que se proceda a privatizar la gesti¨®n de RTVV. De toda ella, sin las propaladas excepciones de Punt 2 y de los espacios informativos. De todos modos, habr¨¢ que esperar a que la autoridad competente exponga oficialmente la propuesta con su alcance y detalles, que son muchos, aunque ninguno fundamental, los que se ignoran. Una espera que no debe prolongarse por cortes¨ªa para con el supuesto titular del ente, que es el pueblo soberano, y con los trabajadores de la casa, cuya mitad o m¨¢s ven peligrar o decididamente cancelada su continuidad en el tajo. Si se tiene tan claro el proceso y est¨¢n negociadas las adjudicaciones, cualquier demora es pura crueldad o alarde de incompetencia.
?Es esto lo mejor que ha podido pasarle al tinglado televisivo auton¨®mico? No es lo mejor, a nuestro entender, tan reiterado, pero estaba en el programa del partido gobernante y, obviamente, se trata de una enajenaci¨®n (legalismos aparte) leg¨ªtima e imparable. El sector p¨²blico no deja de centrifugar parcelas y la televisi¨®n no es un cap¨ªtulo m¨¢s sensible que la sanidad o la ense?anza. Con una diferencia capital: acerca de la salud y la docencia, y tambi¨¦n de otras parcelas, siempre supimos que el Estado era muy capaz de gestionar y a menudo con excelencia sus prestaciones de acuerdo con un modelo, por perfectible que nos pareciese. Pero ?a qu¨¦ modelo ha respondido RTVV desde su fundaci¨®n? ?Cu¨¢l ha sido su est¨¢ndar de calidad y en qu¨¦ medida ha respondido a la jam¨¢s definida cualidad diferenciada de medio de comunicaci¨®n p¨²blico?
Nunca. Manipulada desde su fundaci¨®n, al¨¦rgica a la libertad informativa, despilfarradora y obsesionada por las audiencias ha terminado por cavarse su sepultura. El PP se ha limitado a acentuar tales males y ponerle el epitafio. Pero sabe Dios que este pa¨ªs necesita vitalmente una televisi¨®n propia y que la izquierda tiene contra¨ªda esa deuda.
EL CRITERIO SUBJETIVO
El fondo de reptiles ha sido secularmente un recurso dinerario secreto de los gobiernos para comprar voluntades. Cuando estuvo en boga, muchos peri¨®dicos abrevaron en ese establo. La democracia ha querido (o habr¨ªa de) eliminar esta corruptela y establecer criterios objetivos y transparentes para otorgar subvenciones o repartir mercedes. Por ejemplo, nada m¨¢s objetivo que distribuir sus presupuestos de publicidad institucional entre los medios a tenor de su difusi¨®n. En cambio, aplicar criterios subjetivos, como propone el PP, es volver a las andadas, que ya transitan, por cierto.
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