Sarasola, el hombre de los mil contactos
'Era la ¨¦poca de las juventudes socialistas y ¨¦l era el que nos dejaba el coche', recuerda un veterano militante del PSOE a quien Enrique Sarasola llam¨® pocas semanas antes de morir de un c¨¢ncer. Y no s¨®lo les dejaba el autom¨®vil. Tambi¨¦n ten¨ªa abierta su casa si era menester. ?l aseguraba que el 23-F, tras el intento de golpe de Estado de Tejero, se la ofreci¨® como refugio a Felipe Gonz¨¢lez.
Conoci¨® al ex presidente en 1974, cuatro a?os despu¨¦s de volver a Espa?a, y se hicieron ¨ªntimos. En 1957 hab¨ªa marchado a Colombia con Price Waterhouse y, tras montar su propia sociedad (una planta de pl¨¢stico) y ejercer de agente de Bolsa en Nueva York, regres¨® y prosigui¨® una fulgurante carrera empresarial, con pr¨®speros negocios de exportaci¨®n e importaci¨®n; pero combinados con una eficaz labor mediadora, fruto de su don de gentes y sus m¨²ltiples contactos.Siempre se le otorgaron unos v¨ªnculos muy estrechos con dirigentes latinoamericanos que acerc¨® a su amigo Gonz¨¢lez: Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, Omar Torrijos, Julio C¨¦sar Turbay.
Pero m¨¢s all¨¢ de esas veleidades, lo que le gustaba de verdad eran los caballos, quiz¨¢ influido por su infancia en su natal San Sebasti¨¢n, a donde no dejaba de ir a pesar de estar en la lista de ETA. Fund¨® y explot¨® una yeguada en El Espinar (Segovia) y lleg¨® a gestionar el Hip¨®dromo de la Zarzuela en Madrid, cuando ya se precipitaba al desastre que le llev¨® a su cierre. Sus hijos Enrique y Fernando, herederos de la afici¨®n, son jinetes.
La finca de El Espinar fue un foro por el que pasaban pol¨ªticos, empresarios y gente de la far¨¢ndula, a los que Sarasola regalaba, ya en el calor de la sobremesa, un amplio repertorio de chistes y de c¨¢lidos boleros, de cuya buena factura presum¨ªa.
Algunos de los habituales fueron los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer (Los Albertos), con los que estuvo relacionado en la entrada de ¨¦stos en el Banco Central y en las torres KIO a trav¨¦s de la sociedad Ibermer. Tambi¨¦n desde Ibermer intervino en la venta de bienes de la familia Coca tras la muerte del patriarca Ignacio.
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