La crisis del puente de Todos los Santos

La sexta crisis del Consell Executiu que Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) administra en tres a?os de gobierno tiene caracter¨ªsticas especiales. Es la primera que Jordi Pujol afronta y que protagoniza su sucesor, el conseller en cap, Artur Mas. Fuentes de CiU coincid¨ªan ayer en afirmar que no es el Gobierno que Mas hubiera deseado. Es una aproximaci¨®n para visualizar que el delf¨ªn ya gobierna, que lleva las riendas aunque no ocupe el cargo de presidente de la Generalitat.

Esa crisis de Gobierno fue resuelta en cuesti¨®n de horas. El pasado domingo por la tarde, Pujol se reuni¨® con Mas y posteriormente con el secretario general de la federaci¨®n y l¨ªder de Uni¨®, Josep Antoni Duran Lleida, en el Palau de la Generalitat. Poco a poco fueron desfilando los cuatro consejeros cesantes y los dos nuevos. A las once de la noche el c¨ªrculo se hab¨ªa cerrado. Crisis resuelta en tiempo r¨¦cord. Los destituidos se enteraron de su nueva situaci¨®n laboral a la vuelta del puente: se fueron con empleo el d¨ªa de Todos los Santos y se quedaron sin ¨¦l despu¨¦s de los Fieles Difuntos.

Pujol resolvi¨® en siete horas una crisis que hab¨ªa negado un mes antes

Los moderados de CiU no ven con buenos ojos que Felip Puig sea portavoz del Ejecutivo

Hab¨ªan sido v¨ªctimas del celo con el que a Pujol le gusta dirigir sus operaciones pol¨ªticas. El propio presidente de la Generalitat reconoc¨ªa ayer haber ocultado deliberadamente -incluso negado- a los medios de comunicaci¨®n la crisis de Gobierno, tal como Mas pretend¨ªa el pasado mes de septiembre (v¨¦ase EL PA?S del pasado 17 de septiembre). En aquella ocasi¨®n Pujol lleg¨® a desautorizar p¨²blicamente los cambios sugeridos por su propio conseller en cap. Mas tuvo que llamar entonces a los consejeros para tranquilizarles y decirles que no hab¨ªa nada previsto.

'Como trascendi¨® a los medios de comunicaci¨®n, el presidente decidi¨® dar marcha atr¨¢s', aseguraron ayer fuentes de la federaci¨®n. No era el momento. Anteayer s¨ª tocaba, en terminolog¨ªa de un Pujol que cerr¨® la crisis como a ¨¦l le gusta: en un visto y no visto. Era preciso visualizar que el delf¨ªn lleva, aunque sea a medias, las riendas del Gobierno catal¨¢n.

Y el ¨²nico sistema para conseguir ese perfil de Mas era una crisis, pues si Pujol deja el cargo, el actual conseller en cap debe someter su investidura al Parlamento catal¨¢n. En este caso, se hace preciso el concurso del Partido Popular, el socio de CiU en esta legislatura, para lograr la presidencia del Gobierno. Pero esa es una fotograf¨ªa que los nacionalistas catalanes quieren evitar al precio que sea, tal como ellos mismos reconocen.

La crisis de Gobierno se ha revelado, pues, como la ¨²nica soluci¨®n factible y que no es lesiva para un conseller en cap que hace escasamente unas semanas pidi¨® un nuevo Estatuto de Autonom¨ªa para Catalu?a -en la pr¨®xima legislatura-, precisamente marcando distancias pol¨ªticas con el PP. Con los cambios acometidos, Mas ha querido desembarazarse de algunos lastres del pasado, como el consejero de Industria, Antoni Subir¨¤, con episodios pol¨ªticos como la desaparici¨®n de casi 3.000 expedientes relacionados con el caso Turismo, de supuesta malversaci¨®n de fondos p¨²blicos y falsedad documental en el Consorcio de Turismo de la Generalitat. Subir¨¤ es adem¨¢s hombre del entorno familiar pujolista -primo pol¨ªtico de Jordi Pujol-, y tiene como secretario general de su departamento a Oriol Pujol Ferrusola, quinto hijo del presidente de la Generalitat El consejero de Industria saliente estaba considerado, adem¨¢s, uno de los intocables del Ejecutivo y los partidarios de Mas han hecho bandera de su destituci¨®n pol¨ªtica.

Antoni Fern¨¢ndez Teixid¨®, hombre de la confianza de Mas, ser¨¢ el encargado de sustituir a Subir¨¤ e incluso ampl¨ªa sus competencias con el a?adido de la cartera de Trabajo. Es un nacionalista moderado, pragm¨¢tico, que procede del Centro Democr¨¢tico y Social de Adolfo Su¨¢rez. Pero tampoco es el gran nombre que algunos pod¨ªan esperar del que algunos denominan 'el primer Gobierno de Mas'.

Fuentes de CiU afirmaban ayer que en esta crisis se ha dado prioridad a la forma sobre el fondo, la visualizaci¨®n de que Mas gobierna sobre el alcance real del propio cambio.

Todo se ha movido en un complicado juego de equilibrios en la federaci¨®n y entre los sectores soberanistas y pragm¨¢ticos. As¨ª, se interpreta que la designaci¨®n de Fern¨¢ndez Teixid¨® tiene como contrapartida el nombramiento de un soberanista, el consejero de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas, Felip Puig, como portavoz del Ejecutivo catal¨¢n. Esta elecci¨®n de Puig, aseguran en medios moderados de la federaci¨®n, quiz¨¢ no sea la m¨¢s adecuada. Un portavoz no debe tener necesariamente modos versallescos, pero debe huir de actitudes irreflexivas, aseguran. Puig tiene una reputada fama de hombre que act¨²a con franqueza y convicci¨®n, pero tambi¨¦n de modo contundente e inmediato contra quienes le contradicen. En las recientes inundaciones de Castelldefels, Puig ech¨® la culpa al Ayuntamiento de la localidad. El propio Pujol y el consejero de Interior, Xavier Pom¨¦s, modularon la invectiva y reconocieron la parte de culpa de la Administraci¨®n auton¨®mica.

En cualquier caso, el actual consejero de Pol¨ªtica Territorial ya sufri¨® los desencuentros de Converg¨¨ncia i Uni¨® en la anterior crisis de Gobierno, cuando Duran Lleida le vet¨® como secretario general adjunto de la federaci¨®n de CiU. Luego, el consejero de Econom¨ªa, Francesc Homs, fue elegido por Mas como cabeza visible de la macro¨¢rea econ¨®mica del Gobierno. As¨ª que ahora correspond¨ªa una compensaci¨®n al hombre que fue una de las almas de la reconstrucci¨®n de Converg¨¨ncia tras la marcha de Miquel Roca como secretario general.

Junto a la de Puig tambi¨¦n se premian dos fidelidades: la de la consejera N¨²ria de Gispert -que deja Gobernaci¨®n- para ocupar la cartera unificada de Justicia e Interior y la de Homs, titular de Econom¨ªa. Ambos pasan a presidir dos grandes comisiones delegadas (la social e institucional y la econ¨®mica) que hasta ahora encabezaba Artur Mas. La cuota democristiana en el nuevo Ejecutivo se mantiene gracias a la entrada de Josep Maria Pelegr¨ª, secretario de organizaci¨®n de Uni¨®.

Pero equilibrios entre las distintas familias de Converg¨¨ncia i Uni¨® al margen, la sexta crisis en tres a?os pone de relieve que Pujol se est¨¢ retirando de la escena pol¨ªtica catalana por fasc¨ªculos y mostrando sus dotes de h¨¢bil administrador del tempus pol¨ªtico como muy pocos se hubieran atrevido a vaticinar.

Nadie auguraba tras las pasadas elecciones auton¨®micas de 1999 que las inc¨®gnitas pol¨ªticas de la federaci¨®n nacionalista se despejar¨ªan tal como ha sucedido. Primero nombr¨® a Artur Mas conseller en cap y lo ungi¨® como sucesor.

Luego coloc¨® al gran perjudicado, el l¨ªder de Uni¨®, Josep Antoni Duran Lleida, al frente de la federaci¨®n nacionalista. Poco a poco ha ido cediendo protagonismo. Y el de ayer fue un paso inesperado: cedi¨®, contra su inclinaci¨®n personal, a las pretensiones de Mas y dio paso a la sexta crisis de Gobierno en tres a?os.