Oviedo exhibe la trayectoria de T¨¤pies a trav¨¦s de 21 de sus obras

Una exposici¨®n antol¨®gica de la trayectoria del pintor Antoni T¨¤pies (Barcelona, 1923) muestra en Oviedo, hasta el pr¨®ximo 6 de enero, 'la gran capacidad de renovaci¨®n a lo largo de 50 a?os' del artista catal¨¢n -y que 'le ha convertido en una figura indiscutible del arte de la segunda mitad del siglo XX'-, pero tambi¨¦n su 'atemporalidad', en expresi¨®n de la comisaria de la muestra, Elvira Maluquer.

La exposici¨®n Antoni T¨¤pies. Una mirada: 1951-2001, organizada por el Gobierno de Asturias y el Banco Herrrero, con el apoyo de la Fundaci¨®n Banco Sabadell, re¨²ne 21 obras significativas de las distintas etapas del pintor, cedidas por la familia T¨¤pies, la Fundaci¨®n La Caixa, el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) y 13 coleccionistas privados. Algunas de las obras nunca fueron exhibidas en p¨²blico hasta ahora y otras varias lo hab¨ªan sido en muy raras ocasiones. La exposici¨®n, que se exhibe en la sala de arte del Banco Herrero en la capital asturiana, no viajar¨¢ a ninguna otra ciudad. T¨¤pies, premio Pr¨ªncipe de Asturias 1990, suspendi¨® su asistencia a la inauguraci¨®n por una indisposici¨®n de su esposa.

Dibujos y pinturas

Seg¨²n Elvira Maluquer, las 21 obras seleccionadas, entre dibujos y pinturas, recogen lo m¨¢s caracter¨ªstico de cada etapa del artista desde sus inicios magicistas y su relaci¨®n con el grupo Dau al Set. De esta etapa inicial datan Dos personajes y toro y Perfil, la ¨²ltima de las cuales, pintada en 1953, se expone por vez primera en p¨²blico. La antol¨®gica exhibe creaciones representativas de la posterior etapa informalista (a?os cincuenta), en la que T¨¤pies abandona la figuraci¨®n y empieza a trabajar con la materia; del periodo que arranca a finales de los sesenta, en el que se incorpora al arte povera, con la reutilizaci¨®n de toda suerte de materiales y objetos, y de las etapas, ya en los ochenta, en las que vuelve su mirada hacia la naturaleza, entroniza la cruz como una de sus m¨¢s caras motivaciones est¨¦ticas y simb¨®licas y desvela un creciente inter¨¦s orientalista. De ese mismo decenio data su recuperaci¨®n del 'gusto por la pintura', seg¨²n Maluquer. Cronol¨®gicamente la selecci¨®n concluye con dos obras que datan del a?o pasado: Ou de terra y 391, que, seg¨²n la comisaria, constituyen 'claros exponentes del T¨¤pies activo y creador, que dejan en la mirada del espectador un recuerdo imborrable por su fuerza y rotundidad'.

Maluquer explic¨® que ha renunciado en la organizaci¨®n de la muestra al habitual criterio cronol¨®gico 'para que las obras dialoguen entre s¨ª' y no constituyan una mera secuencia de creaciones 'una detr¨¢s de la otra'. Con ello se pretende, dijo, 'mostrar la atemporalidad de T¨¤pies. Aunque a veces parece la misma obra, nunca es la misma'.