Calendarios poco flexibles
Los dirigentes del PSOE manejan cada d¨ªa m¨¢s la posibilidad de que el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, adelante la fecha de las elecciones generales, de la primavera de 2004, como est¨¢ previsto, al oto?o de 2003. Su argumento es que el Partido Popular no ser¨¢ capaz de resistir seis meses de bicefalia, es decir, el tiempo que transcurra entre la designaci¨®n del nuevo candidato a presidente del Gobierno (septiembre de 2003) y las propias elecciones (marzo de 2004). La ¨²nica forma de evitarlo ser¨ªa designar al sucesor de Aznar en julio y ara?ar unos pocos meses en la convocatoria.
'Desde el mismo momento en que el PP designe candidato, lo normal ser¨¢ que nosotros, en el Parlamento, exijamos que nos conteste el nuevo, y no Aznar', asegura un miembro de la ejecutiva socialista. '?Y qui¨¦n va a defender en el oto?o de 2003 los nuevos Presupuestos? No se concibe que lo haga el ministro Crist¨®bal Montoro, teniendo todos delante al nuevo candidato del PP a presidente del Gobierno', a?ade.
El 'aparato' del PP cree que las elecciones generales no deben adelantarse, pero un sector afirma que, en todo caso, Aznar deber¨ªa preguntar la opini¨®n a su sucesor
Dentro del PP, por el contrario, esa hip¨®tesis despierta m¨¢s escepticismo. Oficialmente, el desmentido ha sido total y la mayor¨ªa de los dirigentes populares asegura que fijar la fecha de las elecciones es competencia exclusiva (muy celosamente ejercida) del actual presidente del Gobierno, y que ya ha anunciado que no est¨¢ dispuesto a cambiar las previsiones.
En la pasada convocatoria, explican, demostr¨® buen tino al negarse a cambiar el calendario, pese a las opiniones de Rodrigo Rato y de otros miembros de la direcci¨®n, y, adem¨¢s, no es probable que quiera reducir su propio mandato en medio a?o. Existir¨ªa, por ¨²ltimo, una dificultad a?adida y, probablemente, insuperable: combinar unas elecciones adelantadas con las auton¨®micas catalanas, previstas tambi¨¦n para oto?o de 2003. 'Ser¨ªa tonto que el partido se dejara enredar ahora en la discusi¨®n del adelanto o no', se irrita un ministro.
Algunos advierten, sin embargo, que en esta ocasi¨®n Aznar deber¨ªa ponerse de acuerdo con su sucesor y nuevo candidato. 'Esta vez, la fecha de las elecciones la deber¨ªan decidir dos personas, no una sola', reconoce un destacado dirigente del PP vinculado al sector liberal. 'Pero para eso har¨ªa falta saber ya qui¨¦n es el sucesor', a?ade.
Ese anuncio no se producir¨¢, en cualquier caso, hasta despu¨¦s de las municipales, y lo l¨®gico es que se abra tambi¨¦n un 'tiempo muerto' para analizar seriamente las posibilidades de los distintos candidatos. Algunas de las personas que apoyan a Jaime Mayor Oreja reconocen, por ejemplo, que las encuestas de opini¨®n que circulan en estos momentos, pese a favorecer a su candidato, no tienen gran valor. 'Ni tan siquiera analizan los niveles de rechazo, que a veces son tan importantes como los de aceptaci¨®n', admite un diputado pr¨®ximo a la direcci¨®n.
Freno echado
Dirigentes de los distintos sectores -democratacristianos, liberales y cl¨¢sicos o procedentes de AP- admiten, sin embargo, que los inevitables meses de bicefalia ser¨¢n dif¨ªciles. 'Lo importante es que lleguemos a ese momento sin grandes temas abiertos', explica un importante cargo considerado liberal. Desde su punto de vista, lo realmente complicado ser¨ªa llegar a esos meses de doble direcci¨®n con pol¨¦micas sobre la educaci¨®n o sobre el decretazo o su equivalente en plena ebullici¨®n y con sectores del partido defendiendo una u otra idea. 'Eso se evitar¨¢ porque ya hemos echado el freno', asegura.
Algunos cargos del PP admiten que han estardo preocupados por la posibilidad de que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su equipo de colaboradores m¨¢s directos se empe?aran en llevar a cabo hasta el ¨²ltimo momento una serie de iniciativas calientes extremadamente pol¨¦micas. De hecho, el arranque de este curso dio la impresi¨®n de que el presidente del Gobierno ten¨ªa prisa por dejar su huella en cuantos cap¨ªtulos fuera posible, y que estaba dispuesto a lanzar una serie de cambios, aunque muchos de ellos estuvieran rodeados de un rechazo social sensible.
'La rectificaci¨®n del decretazo y la aparici¨®n de nuevos temas sociales, como la ayuda a las familias, nos ha tranquilizado a todos', asegura un miembro del aparato popular que, sin embargo, niega que Aznar haya echado ning¨²n freno. 'En el Congreso hay todav¨ªa numerosos proyectos de ley y antes de que acabe la legislatura se plantear¨¢n otros'. Acepta, sin embargo, que ninguna de las iniciativas legislativas previstas a partir de ahora ser¨¢n tan pol¨¦micas como la Ley de Calidad de la Ense?anza o la reforma de las prestaciones de desempleo.
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