Que viene el paro
(?Como si no lo hubiera!). O¨ª a Barea en la SER: es catastrofista. Ahora hay una discusi¨®n (entre ellos) acerca de si lo que est¨¢ sucediendo en la econom¨ªa mundial es una cat¨¢strofe, un problema pasajero. Ustedes se acuerdan de Barea: fue aquel profesor que contrat¨® Aznar y tuvo que despedirle porque dec¨ªa lo mismo que ¨¦l pensaba, pero que no se pod¨ªa decir por la cuesti¨®n de los votos. A una pregunta aguda de Eduardo Sotillos debi¨® contestar que el paro se va a agudizar en Espa?a y en el mundo. Viendo las ¨²ltimas cifras de empleo (subempleo) par¨¦ceme que ya est¨¢ pasando: y las p¨¢ginas de econom¨ªa anunciando cierres, despidos y, para animar, robos donde hay curas, militares, pol¨ªticos y bancos: como era en un principio. Se tiene derecho a pensar que hay m¨¢s que est¨¢n a¨²n encubiertos. Menos mal que el Gobierno y el partido socialista -cuyo Boyer entra ahora en el 'taller de ideas' del PP, partido con el que coincide en m¨¢s del 50%, dice- luchan contra la inseguridad ciudadana, aunque me temo que eso se refiere m¨¢s a los inmigrantes y los raterillos de toda la vida que a sus amigos privatizados.
?Lo que saben los economistas! O, por lo menos, uno de los primeros de entre ellos, Carlos Marx, cuando hablaba de 'las contradicciones del capitalismo'. Si todo va mal, la cat¨¢strofe se escucha cada vez m¨¢s cerca como un tornado, y son ellos lo que gobiernan 'a calz¨®n quitado' (vieja frase castellana: no viene en el Iribarren; pero lo que se hace a calz¨®n quitado es lo que ellos hacen con el Tercer Mundo y las clases bajas); si son ellos los que legislan, gobiernan, mandan, privatizan, juzgan, despiden, mandan y atesoran, la cat¨¢strofe parece claramente una de las contradicciones del capitalismo. Lo ve¨ªan venir los viejos jud¨ªos refugiados en Londres, como ve¨ªan venir que la proliferaci¨®n de los pobres era su mejor arma: por eso proclamaban a los 'proletarios', los que tienen prole, los que se multiplican como les mandaba otro capitalista equivocado, Dios; y ahora corren hacia el centro de la comida capitalista desde todas las partes del globo globalizado.
Se gobierna con palabras y con frases hasta un cierto punto: hasta las urnas. Pero cuando se empieza a no comer, o a ver las diferencias que crecen, lo del 'centro reformista' que acaba de lanzar Aznar no vale: a no ser que salga del capitalismo, y no puede: le echar¨ªan.
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