El mar y los d¨ªas.
Materia de algunos de los relatos de Las mil y una noches, los viajes de Sindbad, como otras historias tradicionales sobre las que han ido sobreponi¨¦ndose capas de intenciones y de lecturas (did¨¢cticas, morales, las destinadas al p¨²blico joven), fueron perdiendo desde su concepci¨®n, en el siglo IX, gran parte de la variedad que hace de un relato materia de la memoria de pueblos y lectores. El estudioso Ren¨¦ R. Khawan ha restaurado el texto a partir de sus fuentes manuscritas, ha eliminado aquellas capas superpuestas a que me refer¨ªa antes y ofrece, en consecuencia, un texto en el que se aprecian de nuevo todos los matices y aristas de la historia y del comerciante de Bagdad que llaman Sindbad el marino. No hay, pues, s¨®lo historia y aventuras, o moralidad, sino que a lo largo del relato que el propio Sindbad hace de sus siete viajes se perfilan los rasgos del aventurero, del comerciante, sus ritos y sus contradicciones. Por ejemplo, el relato del cuarto viaje, el del Pozo de los Muertos, muestra al protagonista en los l¨ªmites de la supervivencia: morir o matar es el ¨²nico dilema. Al comienzo del relato del primer viaje de Sindbad, el h¨¦roe -y narrador- invoca las palabras de Salom¨®n: 'Tres cosas valen m¨¢s que otras tres: m¨¢s vale el d¨ªa de la muerte que el d¨ªa del nacimiento; m¨¢s vale un perro vivo que un le¨®n muerto; m¨¢s vale la tumba que la pobreza'; tras esta cita, recurrente a lo largo del texto, se alza tanto la historia de Sindbad como, en gran parte, la arquitectura del relato.
LAS AVENTURAS DE SINDBAD EL MARINO
Texto ¨ªntegro establecido por Ren¨¦ R. Khawan. Traducci¨®n de Manuel Serrat Sirpus. Barcelona, 2002 191 p¨¢ginas. 16,50 euros
Sindbad pertenece a una tradici¨®n de la cuent¨ªstica oriental bien establecida. Y de ella interesa tanto la trabaz¨®n de elementos realistas y fant¨¢sticos como la estructura secuenciada, preestablecida y repetitiva de cada una de las siete aventuras del protagonista: se trata de relatos dentro del relato, con la misma ambientaci¨®n y marco -como introducci¨®n-, la misma circunstancia desencadenante de la historia (un naufragio) y un n¨²cleo central de la narraci¨®n en el que la supervivencia, la b¨²squeda de la riqueza y el ansia de retorno facultan una estructura cerrada sobre s¨ª misma y que, adem¨¢s, facilita la repetici¨®n del modelo. En la tradici¨®n espa?ola, y salvando todas -las muchas- distancias, ¨¦sa es la pauta estructural de los ap¨®logos de El Conde Lucanor, por ejemplo, aun cuando, como sabemos, tengan adheridas capas y capas de intencionalidad moral.
Por ¨²ltimo, esta versi¨®n
fiel y depurada de Las aventuras de Sindbad el marino, que es el relato en siete d¨ªas de los siete viajes del comerciante de Bagdad, nos devuelve la aut¨¦ntica dimensi¨®n de una figura literaria a la que las lecturas did¨¢cticas de la Ilustraci¨®n -y la pr¨¢ctica de la apropiaci¨®n destinada al p¨²blico joven- hab¨ªan despojado de las contradicciones del personaje, de sus l¨ªneas de sombra y, en definitiva, de la dimensi¨®n real que como hecho literario debe tener la leyenda colectiva. ?se es, en conclusi¨®n, el valor ¨²ltimo de una historia de hace mil doscientos a?os y en la que su protagonista, su narrador (?su escritor?) sintetiza en estos versos: 'Si alguna preocupaci¨®n te ensombrece, / muchacho, dir¨ªgete a otra parte / y deja pues que la casa llore / el recuerdo de quienes la construyeron'.
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