?D¨®nde est¨¢ la democracia?
Fue una de tantas concesiones que ha dado patente de corso al PNV. No s¨®lo se le permiti¨® imponer al conjunto de los vascos su bandera, su himno, un concepto avasallador de la euskaldunizaci¨®n que obliga a poblaciones enteras a aprender una lengua que no ha sido la de sus antepasados directos. No s¨®lo se le permiti¨® usar la denominaci¨®n de "Grupo Vasco" como si el resto de los representantes en las Cortes Generales elegidos por una parte de la sociedad vasca fuera marciana. Tambi¨¦n se admiti¨® que el presidente de la Comunidad Vasca se llamara lehendakari, es decir, el primero del grupo, el caudillo, el director. Se pod¨ªa haber llamado buru o mahaiaburu, o simplemente president, todos ellos sin¨®nimos admitidos por los rectores de la lengua para designar a la funci¨®n presidencial. Pero no, se llam¨® lehendakari. Y las palabras no son inocuas. Si no v¨¦ase lo que est¨¢ sucediendo hoy: Ibarretxe no se considera un simple presidente del Gobierno. Se ve con misiones mesi¨¢nicas. Se considera a s¨ª mismo como l¨ªder espiritual o Mois¨¦s que ha de llevar a su "pueblo" a la tierra prometida cruzando el r¨ªo Jord¨¢n. Y a su partido se le asigna la misi¨®n de ser el gu¨ªa, con una gran connotaci¨®n religiosa de salvaci¨®n del pueblo elegido. Los dem¨¢s tienen la atribuci¨®n de parias o m¨¢s bien metecos en su misma tierra
Y por eso Ibarretxe se ha lanzado a explicar su paso por el desierto, que es el Plan de independencia que nos est¨¢ proponiendo sin opciones alternativas, sin debatirlo en sede parlamentaria. Por eso Ibarretxe se considera a s¨ª mismo con la capacidad, derivada de su papel de director de la causa salv¨ªfica, de aprovisionarse de fondos p¨²blicos con los que desarrollar su campa?a, negando informaci¨®n al Parlamento y confundiendo el proyecto de su partido con el inter¨¦s del conjunto de los vascos cuya voluntad est¨¢ reflejada en la pluralidad del arco parlamentario.
Es hora de denunciar con toda la energ¨ªa democr¨¢tica que nos quede que no puede admitirse la malversaci¨®n del dinero del conjunto de los contribuyentes, entre los que est¨¢n aquellos que no somos nacionalistas, es decir al menos la mitad de la poblaci¨®n. Y menos si el Parlamento no ha decidido en ning¨²n caso respaldar esa iniciativa pues se le ha hurtado la votaci¨®n del proyecto presentado por el lehendakari.
Y si no, ?para qu¨¦ est¨¢n el Tribunal vasco de cuentas p¨²blicas, la Fiscal¨ªa y dem¨¢s ¨®rganos jurisdiccionales?
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