Una respuesta actual a un problema hist¨®rico
El Plan Hidrol¨®gico Nacional es una soluci¨®n razonable, equilibrada y moderna al gran problema hist¨®rico de la pol¨ªtica del agua en Espa?a: el d¨¦ficit de las cuencas mediterr¨¢neas. La Comunidad Valenciana ha dado su apoyo claro e inequ¨ªvoco a este Plan, porque nuestros recursos h¨ªdricos, imprescindibles para la vida, para el bienestar y para pr¨¢cticamente todas las actividades econ¨®micas, dependen de las dos cuencas m¨¢s problem¨¢ticas de la Pen¨ªnsula: el J¨²car y el Segura. Las caracter¨ªsticas propias del clima mediterr¨¢neo, nuestra peculiar configuraci¨®n geogr¨¢fica y el reduc¨ªdisimo n¨²mero de grandes r¨ªos capaces de aportar a nuestro territorio parte de las abundantes aguas llovidas fuera, son el motivo de que amplias zonas de la Comunidad Valenciana padezcan situaciones de d¨¦ficit h¨ªdrico grave. Sobre todo en el norte de la provincia de Castell¨®n y en las comarcas meridionales de Alicante, donde el agua actualmente disponible no llega a cubrir siquiera las dos terceras partes de las necesidades.
Como respuesta a esta situaci¨®n y a los problemas an¨¢logos que padecen las otras comunidades mediterr¨¢neas de Espa?a, Catalu?a, Murcia y Andaluc¨ªa, el PHN ha propuesto una soluci¨®n basada en dos l¨ªneas de intervenci¨®n: por un lado, ahorrar y apurar al m¨¢ximo todas las posibilidades de utilizaci¨®n racional del agua disponible en los territorios deficitarios y, por otro, en la medida que ese esfuerzo no sea suficiente para cubrir las necesidades, garantizar que se puedan aportar recursos complementarios desde el Ebro, la ¨²nica cuenca de la vertiente oriental peninsular que cuenta con excedentes suficientes, gracias a la gran reserva natural de agua que son los Pirineos.
La Comunidad Valenciana est¨¢ cumpliendo perfectamente la primera exigencia del Plan. Desde hace m¨¢s de cinco a?os se est¨¢ desarrollando aqu¨ª una pol¨ªtica integral del agua como nunca antes se hab¨ªa puesto en marcha, basada en la depuraci¨®n y reutilizaci¨®n de las aguas residuales, en la modernizaci¨®n de regad¨ªos, en el aprovechamiento de nuevos recursos como el agua desalada, en el reequilibrio interno mediante una distribuci¨®n solidaria de los recursos disponibles... En definitiva, una pol¨ªtica de aprovechamiento totalmente eficiente de la escasa agua que tenemos, incluyendo operaciones tan destacables como la reutilizaci¨®n total de las aguas residuales del ¨¢rea metropolitana de Valencia, m¨¢s de 100 hect¨®metros c¨²bicos anuales que se destinar¨¢n a regar la huerta y alimentar La Albufera; la reutilizaci¨®n en la zona de Alicante y el Vinalop¨®, incluyendo las instalaciones m¨¢s avanzadas para obtener un agua depurada de excelente calidad; la modernizaci¨®n de los regad¨ªos hist¨®ricos de la Acequia Real del J¨²car; las desaladoras que se est¨¢n instalando en el litoral alicantino, para abastecer al ¨¢rea Alicante-Elche y a los n¨²cleos de mayor peso tur¨ªstico; los planes de abastecimiento a zonas como La Plana de Castell¨®n, La Ribera o Sagunto; la puesta en marcha de nuevos instrumentos de ordenaci¨®n territorial, y un largo etc¨¦tera. Con todas estas actuaciones, la Comunidad Valenciana se est¨¢ situando a la vanguardia de Europa en cuanto a ahorro y gesti¨®n integral del agua.
Adem¨¢s, la realizaci¨®n efectiva de los trasvases del Ebro queda sujeta a tres condiciones: primero, que est¨¦ garantizado en todo momento que no producen ning¨²n perjuicio ambiental a la cuenca; segundo, que se pongan en marcha las infraestructuras previstas para el desarrollo de los territorios del Ebro, en Arag¨®n y en el Delta, y, tercero, que el agua trasvasada se destine exclusivamente a abastecimiento humano, a consolidar regad¨ªos infradotados, a frenar la sobreexplotaci¨®n de las aguas subterr¨¢neas o a recuperar zonas h¨²medas degradadas por falta de agua. Es la primera vez que en Espa?a se plantea un trasvase que no tiene como fin incrementar la oferta de agua para ampliar los regad¨ªos. Al contrario, el PHN lo proh¨ªbe expresamente, para asegurar que las demandas no vayan a continuar creciendo por encima de lo que admiten los recursos.
?stas son, pues, las tres prioridades que distinguen a este Plan de cualquier otro precedente: prioridad al ahorro y a la eficiencia en el uso del agua, prioridad a la protecci¨®n y al desarrollo de los territorios que ceden agua, y prioridad al control de la demanda. Sin duda es una suerte que el PHN, la gran ocasi¨®n hist¨®rica para remediar un problema muy antiguo, haya acabado por materializarse precisamente ahora, en esta ¨¦poca de m¨¢xima sensibilidad por la defensa del medio ambiente, la conservaci¨®n de los recursos naturales y la b¨²squeda de v¨ªas de desarrollo sostenible, exigencias a las que responde totalmente la pol¨ªtica del agua dise?ada por el Plan.
El ¨²ltimo intento de solucionar el problema del agua en la Espa?a seca, el anteproyecto de PHN que present¨® el gobierno socialista en 1993, fracas¨® porque no pudo alcanzar apoyos suficientes. El excesivo volumen de aguas a trasvasar (casi cuatro veces m¨¢s que el Plan de 2001), su planteamiento anticuado (preve¨ªa crear m¨¢s de 600.000 hect¨¢reas de nuevos regad¨ªos) y su escaso inter¨¦s por el ahorro y la gesti¨®n sostenible del agua lo impidi¨®. Por eso, la primera preocupaci¨®n del gobierno popular ha sido reducir al m¨ªnimo indispensable las previsiones de trasvases, garantizar con todo el rigor t¨¦cnicamente posible su viabilidad ambiental, y dialogar, negociar, ofrecer todas las oportunidades de acuerdo y comprometer todas las inversiones que van a contribuir al desarrollo y la mejora ambiental, social y econ¨®mica de la cuenca del Ebro.
Ese esfuerzo por alcanzar un gran acuerdo ha dado su fruto. Tanto en el Consejo Nacional del Agua como en el Parlamento, el PHN ha obtenido los apoyos necesarios entre las comunidades aut¨®nomas, entre las fuerzas pol¨ªticas y entre los sectores sociales y econ¨®micos relacionados con el agua. Evidentemente, no habr¨ªa sido realista esperar un consenso absoluto ante un proyecto de la envergadura del PHN. Siempre habr¨¢ voces discrepantes, entre pol¨ªticas de campanario y utop¨ªas pastoriles. Discrepancias leg¨ªtimas, desde luego, y beneficiosas como acicate para un esfuerzo constante de reflexi¨®n y de mejora. Pero discrepancias muy minoritarias si no se hubieran encontrado con el apoyo y el est¨ªmulo del principal partido de la oposici¨®n, que, dando un sorprendente giro de 180 grados respecto a todo lo que propugnaba cuando gobernaba muy pocos a?os atr¨¢s, decidi¨® sustituir la negociaci¨®n por la negaci¨®n, el di¨¢logo fruct¨ªfero por el mon¨®logo est¨¦ril.
El empecinamiento cerril del Partido Socialista en Arag¨®n, alentado y utilizado como arma arrojadiza desde Madrid con la conformidad c¨®mplice -inc¨®moda y contradictoria, pero c¨®mplice- del socialismo valenciano, ha hecho imposible el gran pacto nacional que merec¨ªa esta ocasi¨®n. Pero afortunadamente no ha sido suficiente para impedir que el PHN se haga realidad, como piedra angular de la pol¨ªtica del agua en la Espa?a del siglo XXI, y como base para que los valencianos podamos, por fin, encontrar la soluci¨®n a largo plazo para nuestro d¨¦ficit.
Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Ant¨®n es consejero de Obras P¨²blicas, Urbanismo y Transportes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.