Una legislatura perdida

Al inicio de la legislatura, el ex-presidente Zaplana repet¨ªa que "esta legislatura iba a ser la de la I+D+I". El an¨¢lisis riguroso de la realidad muestra, por desgracia, que detr¨¢s de tanto discurso y propaganda oficial no hay nada. Hemos perdido una gran oportunidad para avanzar.

En primer lugar, no ha existido coordinaci¨®n entre las distintas consejer¨ªas y no se ha recabado suficientemente la opini¨®n de los diversos agentes del sistema valenciano de innovaci¨®n. La Ley Valenciana de la Ciencia de 1997 se incumple de forma sistem¨¢tica: la Comisi¨®n Interdepartamental apenas se re¨²ne, el comit¨¦ en el que hab¨ªan de participar los agentes todav¨ªa no ha sido constituido.

Las ocurrencias no planificadas se suceden, como el anuncio de creaci¨®n de la Agencia Valenciana de Ciencia y Tecnolog¨ªa, instrumento no contemplado en el Plan Valenciano de I+D+I aprobado por el Consell hace menos de un a?o. La Oficina de Ciencia y Tecnolog¨ªa ha cambiado de conselleria en tres ocasiones, en tan solo a?o y medio de existencia. Se trata de disimular la ausencia de proyectos rigurosos, con cambios continuos en los organismos oficiales.

La creaci¨®n del Alto Consejo Consultivo en I+D ha distorsionado el sistema; sus miembros, con escasas excepciones, proceden de fuera de la Comunidad Valenciana por lo que, pese a su alta cualificaci¨®n personal, tienen un conocimiento completamente insuficiente de las necesidades y caracter¨ªsticas de la investigaci¨®n en la Comunidad Valenciana.

El OPVI (Organismo P¨²blico Valenciano de Investigaci¨®n) ha fracasado. Creado por la Ley Valenciana de la Ciencia y dotado de un completo aparato administrativo, ahora desaparecer¨¢, sin haber realizado apenas funciones investigadoras, un ejemplo de derroche de recursos y mala gesti¨®n. Mientras, se reducen las ayudas concretas a los investigadores valencianos en el proyecto de presupuesto para 2003.

No existe una pol¨ªtica global de I+D+I. No se ha presentado todav¨ªa p¨²blicamente el Plan Valenciano de I+D+I, sus l¨ªneas generales son dispersas, no establecen prioridades estrat¨¦gicas, no contempla su articulaci¨®n con los planes estatales o comunitarios, y no especifica el lugar que ocupar¨¢ la investigaci¨®n de excelencia o la pol¨ªtica de apoyo tanto a los sectores tradicionales como con los nuevos sectores tecnol¨®gicos. El sistema de financiaci¨®n es difuso e inconcreto.

Ejemplo de falta de planificaci¨®n e integraci¨®n son los proyectos de nuevos centros de investigaci¨®n de la Conselleria de Sanidad (60 millones de euros en inversi¨®n) d¨®nde no se ha contado con los otros agentes del Sistema, se desconocen los recursos humanos, carecen de planes funcionales y de proyecciones del gasto corriente futuro, cuando el coste anual de funcionamiento de centros similares se sit¨²a en el 50% del coste de la inversi¨®n. Mientras, investigadores de talla internacional como Bernat Soria se ven obligados a abandonar sus l¨ªneas de investigaci¨®n en nuestra comunidad.

La incapacidad del PP ha favorecido una pol¨ªtica de inversiones en construcciones y equipos (que consume muchos recursos econ¨®micos), infradotando la pol¨ªtica de inversi¨®n en recursos humanos, potenciando contenedores carentes de contenidos.

Las muestras de falta de direcci¨®n real de la I+D+I valenciana son constantes. Mientras se preparaba el PVIDI, el Consell aprob¨® el Plan Estrat¨¦gico de IMPIVA, sin ninguna vinculaci¨®n y ahora, adem¨¢s, el IMPIVA anuncia que est¨¢ preparando el PRICOVA, como futuro Plan Tecnol¨®gico de la Comunidad Valenciana, d¨®nde s¨®lo ha participado un representante de los Institutos Tecnol¨®gicos, uno de Universidades y otro de la OCT en un par de reuniones. Lo mismo ocurre con el PEMAV II, que no se relaciona con el PVIDI, limit¨¢ndose a establecer un sin n¨²mero de programas, sin fijar prioridades ni v¨ªnculos con las empresas.

La inexistencia de una pol¨ªtica propia de recursos humanos, ha llevado a un seguidismo mim¨¦tico de la nefasta pol¨ªtica del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, tan mal dirigido hasta fecha reciente por Ana Birul¨¦s. La atenci¨®n a los j¨®venes investigadores valencianos ha quedado sujeta a una pol¨ªtica cicatera, provocando la desmoralizaci¨®n de los mejores cerebros de la Comunidad Valenciana. El borrador de presupuestos de la Generalitat para 2003 agrava a¨²n m¨¢s esta situaci¨®n.

El IMPIVA se ha subordinado a los programas financiados por la Administraci¨®n Central desvincul¨¢ndose, en buena medida, de los institutos tecnol¨®gicos valencianos. Ha perdido su capacidad para impulsar la pol¨ªtica tecnol¨®gica, a pesar de haber sido un ejemplo a seguir en Espa?a durante la etapa de gobierno socialista. Se ha paralizado incluso el din¨¢mico proceso de creaci¨®n de nuevos institutos tecnol¨®gicos desarrollado entre 1985-94. Ahora en ocho a?os s¨®lo se ha creado un fantasmal Instituto Tecnol¨®gico de la Empresa, con incidencia nula en las empresas valencianas.

Los recursos y los programas de apoyo a la I+D del IMPIVA se han ido deteriorando: apoyo financiero m¨ªnimo y una gesti¨®n que provoca la frustraci¨®n de expectativas entre los investigadores. Las ayudas son mal gestionadas, se incumplen los plazos y se somete a los proyectos a tensiones financieras o aplazamientos indeseables. El Gobierno ha favorecido la incomunicaci¨®n entre la empresa y los centros de investigaci¨®n p¨²blicos, incluidas las universidades. Las iniciativas de nuevas empresas impulsadas por j¨®venes investigadores o emprendedores desde las universidades nacen, crecen y consiguen funcionar al margen de la administraci¨®n auton¨®mica. Su pol¨ªtica no las ha sabido amparar activamente. Ni tan siquiera ha sido capaz de impulsar mecanismos de financiaci¨®n apropiados (capital semilla), ampliamente experimentados en otros pa¨ªses.

La Generalitat no ha influido para que el inmediato VI Programa Marco de la UE atendiera los problemas de las pyme. Tanto ¨¦stas como los peque?os pero excelentes grupos de investigaci¨®n valencianos quedar¨¢n al margen de un programa que privilegia a grandes centros de investigaci¨®n capaces de gestionar proyectos de varias decenas de millones de euros, ubicados en el Centro y Norte de Europa.

El Gobierno no ha introducido ni un proyecto real de colaboraci¨®n en el Convenio Marco con el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, nunca se ha pasado de las buenas palabras y el recurrente "intercambio de informaci¨®n". Ni ha osado hacer o¨ªr su voz cuando el Ministerio de Sanidad ha firmado un acuerdo plurianual con Farmaindustria, por el cual aportar¨¢ al Ministerio millones de euros anuales para investigaci¨®n, a pesar de que la factura farmac¨¦utica la pagamos todos los valencianos.

Existe una gran incomunicaci¨®n con las universidades respecto a la pol¨ªtica cient¨ªfica, pese a la existencia de los Programas de Inversiones espec¨ªficos (600 millones de euros gastados) y las transferencias corrientes anuales (que financian tambi¨¦n el 40%, como media, del coste del personal investigador), subsumidos en las transferencias del Plan Plurianual de Financiaci¨®n.

Tampoco se ha estimulado la colaboraci¨®n interuniversitaria, pese a que en ellas se encuentran la mayor¨ªa de los investigadores, ni se ha propiciado que los recursos de las obras sociales de las cajas de ahorro de destinaran en parte a la investigaci¨®n, por no hablar de la absoluta falta de voluntad de trabajar con otras comunidades aut¨®nomas.

Pero lo peor de la pol¨ªtica del PP no son los errores, limitaciones o mala utilizaci¨®n de recursos p¨²blicos, lo peor es la p¨¦rdida de tiempo, personas y oportunidades necesarios para la Comunidad Valenciana. Una pol¨ªtica de I+D+I que pone de manifiesto que entre la propaganda y la realidad, hay un abismo.

Jose Ignacio Pastor P¨¦rez es Secretario de Innovaci¨®n PSPV-PSOE