"No veo l¨ªmites a la m¨²sica, pero s¨ª a los m¨²sicos"

Chano Dom¨ªnguez (C¨¢diz, 1960), uno de los protagonistas de Calle 54, la pel¨ªcula de Fernando Trueba sobre el jazz latino, se codea con Wynton Marsalis y Herbie Hancock, y ha grabado obras muy estimables con Martirio (Coplas de madrug¨¢) y con Marta Vald¨¦s (T¨² no sospechas). Ahora que se van a cumplir diez a?os de Chano, primer paso de ese genuino encuentro entre el jazz y el flamenco, acaba de publicar con su septeto el disco Oye c¨®mo viene (Lola Records) y Mira c¨®mo viene, un DVD con las tomas filmadas de la grabaci¨®n.

"C¨¢diz en el alma y Monk en los dedos", ha escrito el music¨®logo Faustino N¨²?ez en la hoja de presentaci¨®n de Oye c¨®mo viene. "Me gusta esa frase. Aunque ahora viva en Barcelona, C¨¢diz est¨¢ conmigo porque yo me pongo a tocar y me pongo a tocar por tanguillos o por alegr¨ªas. Y Thelonious Monk es un poco el reflejo del jazz. M¨¢s que en mis dedos, tambi¨¦n est¨¢ en mi coraz¨®n, en mi manera de sentir y de expresarme", asegura el pianista.

"El flamenco tiene ritmos muy diferentes en los que se pueden insertar otros lenguajes"

La s¨ªntesis de jazz y flamenco de Chano Dom¨ªnguez no resulta tan sencilla como ¨¦l pretende: "No todo el mundo es de C¨¢diz y se ha criado desde chico con el flamenco y de repente empieza a o¨ªr a grupos y lo que quiere es improvisar y tocar jazz. As¨ª sale lo que sale". De su sorprendente blues por sole¨¢ explica que "consiste en coger el comp¨¢s en ternario por sole¨¢ y ponerle la estructura de los doce compases del blues. Aquello encaja perfectamente".

"El swing y la buler¨ªa van como la seda", dice. "Yo creo que un Monk por buler¨ªas es aplastante. Va muy f¨¢cil, muy natural. Los tanguillos se pueden tocar con cualquier cosa. El flamenco tiene ritmos muy diferentes en los que puedes insertar otros lenguajes", a?ade.

En 1993, Wynton Marsalis le oy¨® tocar en tr¨ªo en el Caf¨¦ Central de Madrid y se fue a buscar su trompeta. "Se me acerc¨® por detr¨¢s con la humildad m¨¢s grande del mundo y me pregunt¨® si pod¨ªa tocar con nosotros. Y ya se puede imaginar c¨®mo nos quedamos los tres...". Diez a?os m¨¢s tarde, el pr¨®ximo febrero, Chano Dom¨ªnguez repetir¨¢ la experiencia en Nueva York con el trompetista estadounidense y la orquesta del Lincoln Center.

Ya no est¨¢ solo en el camino. "Creo que hemos entreabierto todav¨ªa m¨¢s si cabe una puerta que estaba abierta por gente como Paco de Luc¨ªa. Hay una receptividad por parte de m¨²sicos j¨®venes que no exist¨ªa hace diez o quince a?os", cuenta. En Oye c¨®mo viene ha grabado alg¨²n tema de discos anteriores "porque los estoy tocando hoy d¨ªa con el septeto". Y hay un invitado muy especial: Jerry Gonz¨¢lez. "Soy fan ac¨¦rrimo de Jerry desde los a?os ochenta, cuando descubr¨ª el disco Moliendo caf¨¦. Tiene un conocimiento extens¨ªsimo de la trompeta y del lenguaje del jazz, y el soniquete ¨¦se que tiene con las congas es ¨²nico".

"A la m¨²sica no le veo l¨ªmites, se los veo a los m¨²sicos", afirma. "Depende de la gente que se entregue a ella. Por ejemplo, en la gira que he compartido por EE UU con Paquito D'Rivera, Eliane Elias, Giovanni Hidalgo... la comidilla de todos los d¨ªas era enterarse de los ritmos que tocamos nosotros. No est¨¢bamos en la clave, ni en el guaguanc¨®, ni en la bossa nova. Todo el mundo quer¨ªa aprender lo nuestro. Por eso estoy seguro de que esto va a llegar mucho m¨¢s lejos".

Probablemente no se haya valorado lo suficiente el trabajo que realiz¨® con Martirio a partir de la copla. "No descartamos ninguno de los dos volvernos a juntar en un futuro para liar una buena", asegura. "Creo que le quitamos un poco el polvo, esa cosa oscura y de tiempos de dictadura".

En casa de Martirio, Chano Dom¨ªnguez conoci¨® a la compositora cubana Marta Vald¨¦s. "Es el trabajo m¨¢s importante que he hecho y en el que he cre¨ªdo m¨¢s. Hasta el punto de poner mi propio dinero en la producci¨®n, algo que no he hecho en ning¨²n disco m¨ªo. Creo que nadie compone boleros como lo hace ella. Y es una persona ¨ªntegra. Alg¨²n d¨ªa me gustar¨ªa ser como ella", concluye.