Los errores de Ch¨¢vez
El presidente venezolano ha ca¨ªdo por debajo del 30% en las encuestas despu¨¦s de cuatro a?os de beligerancia
El estilo pendenciero y torpezas pol¨ªticas, el avasallamiento de la discrepancia en el dise?o de la nueva Constituci¨®n y la promulgaci¨®n de las leyes que la desarrollaron y la recesi¨®n econ¨®mica explican en buena medida la sostenida p¨¦rdida de capital pol¨ªtico del presidente Hugo Ch¨¢vez. El ex teniente coronel que arras¨® en las elecciones generales de diciembre de 1998, causando una fragmentaci¨®n opositora que perdura, fue incapaz de conciliar y desperdici¨® la oportunidad de consolidar las reformas hacia una sociedad m¨¢s justa que la mayor¨ªa de sus compatriotas demandaba.
S¨®lo el 35% de la poblaci¨®n objetaba hace cuatro a?os los cambios propuestos por Ch¨¢vez Fr¨ªas, cuyo principal gancho electoral fue su fallido golpe de febrero de 1992 contra el desacreditado Gobierno del socialdem¨®crata Carlos Andr¨¦s P¨¦rez. La oposici¨®n fue barrida en las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1999, en la que el 90% de los esca?os fue copado por el oficialismo. La entrada en pol¨ªtica de los militares, al establecerse en la nueva Carta Magna la posibilidad de que las Fuerzas Armadas fueran "beligerantes", fue uno de los aspectos que auguraron conflictos mayores.
Los medios de comunicaci¨®n protestaron el derecho ciudadano a "la informaci¨®n veraz", interpretada como un paso previo a la censura. No obstante, la libertad de prensa ha sido un hecho con Ch¨¢vez pese a las invectivas verbales del jefe del Gobierno y algunas intentonas por someter a los due?os de los medios. La designaci¨®n de incondicionales de la revoluci¨®n bolivariana en la direcci¨®n de la Fiscal¨ªa General, el Tribunal de Cuentas o la Defensor¨ªa del Pueblo indign¨® a la oposici¨®n. Las elecciones parlamentarias de 2000 fueron ganadas tambi¨¦n por la constelaci¨®n de fuerzas agrupadas en torno al MRV (Movimiento Quinta Rep¨²blica), fundado por Ch¨¢vez.
Los cambios impulsados por el Gobierno en los sectores de la educaci¨®n o la econom¨ªa, la estrecha relaci¨®n con Cuba y el discurso "conciliador" con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) alarmaron a la clase media. La dividida oposici¨®n observ¨®, por primera vez, la posibilidad de forjar un amplio frente com¨²n y se aprest¨® al objetivo. La polarizaci¨®n social comenz¨® a ser un hecho en los discursos y en las actitudes: simplificando, pobres contra ricos. La pugna con la Iglesia, que advert¨ªa sobre una intervenci¨®n comunistoide en todos los aspectos de la vida, sum¨® un nuevo frente. Lejos de contenerse, el presidente descalificaba e insultaba. La oposici¨®n, tambi¨¦n. Le llamaba loco. La entrada en liza de los C¨ªrculos Bolivarianos, parecidos a los cubanos Comit¨¦s de Defensa de la Revoluci¨®n, fue otro de los argumentos.
Ch¨¢vez intent¨® ganar las elecciones sindicales de 2001 argumentando que la principal central, la Confederaci¨®n de Trabajadores de Venezuela (CTV) fue corrupto ap¨¦ndice de los oligarcas y empresarios asociados con el bipartidismo imperante desde 1952. No lo logr¨®; por contra, la agresividad de las maniobras oficialistas para conseguirlo facilitaron que la CTV forjase una alianza con el principal sindicato de empresarios, Fedec¨¢maras. Las dos agrupaciones son hoy la principal fuerza de la oposici¨®n.
Los escasos logros del Gobierno en el combate contra la corrupci¨®n, que penetr¨® en las Fuerzas Armadas al dotar a los generales de cuantiosos fondos para obras sociales, defraudaron. Nadie ha ido a la c¨¢rcel por robar al erario p¨²blico. Los 49 decretos sobre propiedad y explotaci¨®n de las tierras y los recursos petroleros suministraron munici¨®n a quienes denunciaban un estado intervencionista. La progresiva politizaci¨®n de los cuarteles por parte del Gobierno caus¨® tensiones en su seno y alzamientos. Incapaz de seducir en lugar de arrollar, Ch¨¢vez fue perdiendo adeptos pol¨ªticos, entre ellos su mentor, Luis Miquilena, cay¨® en las encuestas hasta por debajo del 30% y hoy gobierna a la contra, luchando por impedir su expulsi¨®n a la fuerza.
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