No viene mal
Bajando medio punto el precio del dinero, el Banco Central Europeo ha hecho lo que necesita Europa, lo que ten¨ªa que haber hecho hace tiempo. La impasibilidad durante m¨¢s de 12 meses, presenciando la ca¨ªda del ritmo de crecimiento y con elementos suficientes para no temer un repunte significativo de la inflaci¨®n a medio plazo, ha sido finalmente vencida. Hay que confiar en que no sea demasiado tarde y, en todo caso, en que el BCE aprenda de la experiencia. Este recorte no es la panacea a los problemas que presentan las econom¨ªas europeas, pero es la contribuci¨®n necesaria que deb¨ªa hacerse para evitar los serios riesgos de estancamiento que pesan sobre los 12 que comparten moneda y, de forma particular, Alemania.
A Espa?a, contrariamente a lo defendido por el ministro de Econom¨ªa, no le viene nada mal. La anticipada reacci¨®n de las autoridades a la reducci¨®n de tipos ha sido contradictoria. El vicepresidente Rodrigo Rato advert¨ªa de las adversas consecuencias sobre nuestra elevada inflaci¨®n, mientras que el secretario de Estado, Luis de Guindos, no le asignaba una importancia significativa. Llama la atenci¨®n que, sobre uno de los problemas principales que tiene nuestra econom¨ªa, los dos principales responsables de su correcci¨®n no coincidan en este punto, lo que equivale a que no lo hacen en el diagn¨®stico.
El Gobierno ha mantenido durante meses que la raz¨®n de nuestro diferencial de inflaci¨®n era nuestro mayor crecimiento. De esta forma ven¨ªa a decir a los ciudadanos que era el mal menor de nuestro milagro. Ahora esa raz¨®n no se sostiene. Incluso el FMI, en el reciente informe sobre la econom¨ªa espa?ola, se?ala expresamente que no puede atribuirse ese diferencial a las presiones de la demanda, apuntando a la insuficiente liberalizaci¨®n de algunos mercados y a las rigideces en la oferta de algunos sectores de nuestra econom¨ªa. La soluci¨®n no es enfriar lo que ya est¨¢ enfri¨¢ndose a un ritmo vivo (la econom¨ªa espa?ola crec¨ªa hace dos a?os a una tasa que duplicaba ampliamente la actual, pero segu¨ªa con la misma tasa de inflaci¨®n), sino reformar e invertir con el fin de eliminar esas ineficiencias en la oferta y en la distribuci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de la valoraci¨®n inmediata sobre la econom¨ªa espa?ola de la rebaja de tipos, no hay que olvidar que somos extremadamente dependientes de lo que ocurra en Alemania y Francia, de forma particular. Esos dos pa¨ªses son los motores de la UEM, nuestros dos principales socios comerciales y, el primero de ellos, principal contribuidor a esas importantes transferencias que todos los a?os recibe Espa?a como ayudas comunitarias, determinantes en la consecuci¨®n de esa aspiraci¨®n al equilibrio presupuestario.
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