"Hay que ser positivo"
Para su desgracia, Jimmy Johnstone tiene ahora que viajar m¨¢s de lo que quisiera. Y no por gusto. Un par de veces al a?o vuela a Estados Unidos, donde ha aceptado ser utilizado como "conejillo de Indias" para, de paso, intentar curar su enfermedad. Una disfunci¨®n neuromotora que afecta al cerebro y a la espina dorsal (Motor Neurone Disease). Los primeros s¨ªntomas aparecen en las piernas y los brazos, que pierden progresivamente la movilidad al no responder a las ¨®rdenes estimulantes del cerebro. As¨ª, poco a poco, el sistema nervioso perif¨¦rico deja de funcionar, se atrofian los m¨²sculos y se produce la muerte por asfixia. Jinky comenz¨® hace dos a?os a perder destreza en ambas extremidades. Hoy, los dedos de sus manos est¨¢n arqueados, extraviados bajos las mangas de un jersey que estira una y otra vez.
Se trata de una enfermedad poco com¨²n que colapsa a siete de cada 100.000 personas. Buena parte de los 5.000 afectados en el Reino Unido residen en suelo escoc¨¦s, sin que a¨²n se haya establecido la causa. La enfermedad no afecta a la inteligencia ni a la memoria, que se mantienen a salvo. Seg¨²n algunos estudios m¨¦dicos, el 50% de los pacientes que tienen un diagn¨®stico precoz viven al menos tres a?os m¨¢s; el 10%, alrededor de diez a?os; y algunos sobreviven 20 a?os. "Ahora estoy mucho mejor que hace un tiempo", explica Jinky sin perder su rictus angelical, "y viajo dos veces al a?o a Estados Unidos, donde est¨¢n probando unos medicamentos conmigo". ?Con qu¨¦ resultado? "Bueno, ya sabr¨¢ usted que los m¨¦dicos no suelen decir nada hasta que tienen evidencias. Conmigo no hablan de ello todav¨ªa, pero con la medicaci¨®n me siento mejor, m¨¢s fuerte".
Sorprende comprobar el buen humor con el que, al menos en apariencia, se lo toma el ¨ªdolo de Glasgow. Electrocuta su filosof¨ªa: "Mire, yo estoy de muy buen humor. Tengo mis problemas, pero soy positivo y pienso que otros muchos est¨¢n peor. Hace un tiempo viaj¨¦ a Malaisia y pude ver en persona a ni?os con c¨¢ncer. Ellos s¨ª que est¨¢n mal. Yo ya he vivido lo suficiente y, desde luego, no me puedo quejar. Estoy muy satisfecho con lo que he hecho y de nada me servir¨ªa agachar la cabeza. No pienso consent¨ªrmelo. Cuanto peor se est¨¢ es cuando m¨¢s positivo hay que ser".
A la espera de los resultados m¨¦dicos, Johnstone sigue enredado, siempre que puede, en su negocio inmobiliario y, aunque ya no trabaja a diario con el Celtic -"tengo muchos a?os y poca salud para ello"- acaba de lanzar una colecci¨®n de productos futbol¨ªsticos con su nombre. De hecho, un par de horas antes del duelo con el Celta los present¨® en la tienda del Celtic ante una manifestaci¨®n de hinchas, j¨®venes y no tan j¨®venes, enfilados un buen rato a la caza de un aut¨®grafo suyo. "Ha sido un gran honor que me eligieran mejor jugador de la historia del club, pero lo que de verdad aprecio es su cari?o". Y no hay duda de que lo tiene. Nadie como otro futbolista inolvidable, el norirland¨¦s George Best, ha resumido de modo m¨¢s preciso la carrera de Jinky. En cuatro palabras: "Simplemente, maravilloso de ver".
Mientras intenta esquivar la ¨²ltima patada que le han lanzado en su vida, La Pulga Voladora se despide con devoci¨®n de sus legionarios en el f¨²tbol espa?ol. "Tras el partido con el Atl¨¦tico, mucha gente nos quiso enfrentar a los espa?oles, crear una animadversi¨®n entre nosotros. Pero lo cierto es que yo recuerdo con mucho cari?o aquel choque con ellos. Nos divertimos mucho, fue estupendo. Y el p¨²blico de Madrid, tambi¨¦n". Al conocer que el 2003 ser¨¢ el a?o del centenario del Atl¨¦tico, y en el supuesto de que le invitaran, se lo piensa y suelta a modo de despedida: "Me encantar¨ªa estar si la salud y mis visitas a los m¨¦dicos me lo permiten... "?ste es el gran partido que ahora debo ganar".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.