?Acierta cuando rectifica?

El presidente Aznar no s¨®lo se ha tomado m¨¢s tiempo del razonable para responder personalmente a la enorme irritaci¨®n suscitada por la forma en que su Gobierno encar¨® la cat¨¢strofe del Prestige, sino que ha elegido hacerlo en un marco especialmente acondicionado para ¨¦l, la televisi¨®n p¨²blica, y no, como habr¨ªa sido m¨¢s l¨®gico, en un pleno del Congreso, donde la oposici¨®n pueda plantear sus objeciones. A salvo de ellas, ofreci¨® una visi¨®n edulcorada de los hechos, admitiendo la posibilidad te¨®rica de haber cometido alg¨²n error, pero sin reconocer ninguno en concreto.

Se recre¨® en la rapidez con que se han habilitado las ayudas a los afectados -que ayer comenzaron a cobrar- y pas¨® como sobre ascuas por la falta de previsi¨®n, medios, coordinaci¨®n y transparencia informativa que fueron pauta de la gesti¨®n de la crisis por parte del Gobierno y la Xunta, especialmernte en las dos primeras semanas. Y ni le preguntaron ni coment¨® nada sobre las cacer¨ªas y dem¨¢s entretenimientos con que algunos ministros han ofendido a los ciudadanos. Admiti¨® que estamos ante la mayor cat¨¢strofe ecol¨®gica de nuestra historia, y reconoci¨® la posibilidad de haber cometido alg¨²n error, pero asegur¨® que fueron rectificados de inmediato.

Fue Fraga quien en su d¨ªa acus¨® a los socialistas de acertar s¨®lo cuando rectificaban. Ahora el propio presidente de Galicia ha tenido que aplicarse el cuento, con sordina, y Aznar le ha seguido, aunque s¨®lo de manera impl¨ªcita. Ir¨¢ a Galicia, el Ej¨¦rcito participa en las tareas de limpieza, ha creado un Gabinete de crisis como corresponde a la gravedad del asunto y ha desaparecido la obsesi¨®n por minimizar el problema que llev¨® a otros errores en la gesti¨®n de la cat¨¢strofe. Anoche no emple¨® el tono agresivo desplegado por algunos de sus ministros, y por ¨¦l mismo, en sus referencias a la oposici¨®n: carro?eros, desleales, antipatriotas.

Tiene raz¨®n al argumentar que es f¨¢cil criticar a posteriori, pero fueron sus ministros quienes trataron de apuntarse el tanto de su exitosa resoluci¨®n de la crisis alejando el barco. Y no es cierto, como desliz¨®, que no hubiera precedentes. Con una marea negra al a?o en Europa, el pa¨ªs con m¨¢s costas del continente debi¨® tener planes y medios que evitasen la improvisaci¨®n y desconcierto de los primeros d¨ªas.

Otra cosa es que tambi¨¦n la oposici¨®n est¨¦ obligada a exigir esas medidas preventivas, y no lo hizo. El papel de la oposici¨®n es tambi¨¦n ¨¦se. Pero es injusto acusar a Zapatero de ventajista. Una cosa es culpar al Gobierno de la cat¨¢strofe, e intentar sacar ventaja de ella, y otra criticar su gesti¨®n del problema. La colaboraci¨®n no es contradictoria con esa cr¨ªtica, y lo absurdo hubiera sido no decir nada de las cacer¨ªas y dem¨¢s muestras de irresponsabilidad, o de la orden de alg¨²n alto cargo de no dar informaci¨®n a la prensa. Ante el formato elegido por Aznar para su comparecencia -sin r¨¦plica posible-, hizo bien ayer Zapatero en adelantarse a presentar una serie de propuestas de sentido com¨²n, y mal el portavoz del PP en acogerlas con desprecio. El mensaje final de Aznar: que Galicia no est¨¢ sola, fue lo m¨¢s acertado de la entrevista.