El esp¨ªritu de Borges domina la primera jornada del festival Kosmopolis 2002
Alberto Manguel lamenta la imposibilidad de construir ahora utop¨ªas y lugares imaginarios
Alberto Manguel naci¨® en Buenos Aires en 1948; es ciudadano canadiense desde 1988 y reside en Par¨ªs. Rodrigo Rey Rosa (1958) emigr¨® de Guatemala a Nueva York y ahora vive en T¨¢nger (Marruecos). Edgardo Cozarinsky, nacido en Buenos Aires en 1939, es hijo de inmigrantes rusos y vive en Par¨ªs desde 1974. Mart¨ªn Arias, Buenos Aires, 1970, se ha instalado hace unos meses en Barcelona. Son gentes de todas partes, que han borrado, queriendo o no, las fronteras. Y ¨¦ste es uno de los objetivos de Kosmopolis 2002, que se inaugur¨® ayer en el Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona.
La primera jornada estuvo dominada por la figura de Jorge Luis Borges. Al Borges escritor se lanzaron de cabeza lectores entusiastas: desde ayer y hasta el viernes se dedicar¨¢n a la lectura de tres de sus textos, Borges y yo, Pierre Menard, autor del 'Quijote' y El Aleph. El Borges profesor fue m¨¢s pol¨¦mico. "Tras un golpe de Estado en Argentina y despu¨¦s de que abandonaran el pa¨ªs muchos profesores, ¨¦l volvi¨® a dar clases en la universidad. No fue bien aceptado", dijo la profesora de Literatura de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona Marieta Gargatagli, que habl¨® del libro Borges, profesor (Emec¨¦). "En 1966, ni siquiera pod¨ªamos leerle, se le consideraba un reaccionario". "Pero fue uno de los primeros en escribir contra el fascismo y contra Hitler, ya en 1935", replic¨® Mart¨ªn Arias, autor, junto a Mart¨ªn Hadis, del libro.
La ideolog¨ªa o no ideolog¨ªa de Borges centr¨® buena parte del primer debate, pero lo que qued¨® claro es que las 25 clases sobre literatura inglesa que imparti¨® en la Universidad de Buenos Aires en 1966 debieron ser maravillosas. Arias explic¨® la peripecia de esos textos orales, ahora reunidos en un libro. Fueron grabados por un grupo de alumnos. Las cintas se perdieron, pero un ex alumno hizo llegar a la Biblioteca Nacional argentina, donde trabajaba Arias, unas fotocopias borrosas y amarillentas con la transcripci¨®n de esas cintas. "Al principio, pens¨¦ que eran unos apuntes, pero cuando lo le¨ª me di cuenta de que era un material sensacional", dijo Arias.
Edgardo Cozarinsky trat¨® por la tarde de la pasi¨®n de Borges por el cine. Autor de Borges y el cinemat¨®grafo (Emec¨¦), present¨® una pel¨ªcula in¨¦dita en Espa?a: Portrait de Borges en Aleph.
Alberto Manguel, que centr¨® su intervenci¨®n en los lugares imaginarios de la literatura panamericana, compar¨® "esos lugares t¨ªpicos" anglosajones (la Utop¨ªa de Tom¨¢s Moro; la isla de Robinson Crusoe de Defoe y las historias de Jonathan Swift) con los latinoamericanos (el Macondo de Garc¨ªa M¨¢rquez, la isla de La invenci¨®n de Morel, de Bioy Casares; el Buenos Aires, de Borges). Y lleg¨® a una conclusi¨®n: "La imaginaci¨®n europea se ha impuesto en Am¨¦rica".
"Hoy es muy dif¨ªcil inventar lugares imaginarios. Pondr¨¦ el ejemplo de Argentina: si alguien se presenta con una propuesta razonable de econom¨ªa, con jueces justos, con un Ejecutivo al servicio del ciudadano, si pudiese inventar esa utop¨ªa, el Fondo Monetario Internacional la impedir¨ªa. En estas circunstancias no creo que un escritor pueda inventar una utop¨ªa en la que podamos salvarnos".
Rodrigo Rey Rosa, el ¨²ltimo autor hispano en intervenir, que fue presentado por Pere Gimferrer, dio una lecci¨®n de literatura en su conferencia El exilio voluntario y el paisaje. "Exiliarme a T¨¢nger es una de las ideas m¨¢s felices que he tenido. No siento nostalgia de Guatemala", dijo. Antes, hab¨ªa le¨ªdo la biblioteca de Borges -"sus textos y los que el propuso"- y en Marruecos se pas¨® a la biblioteca de Paul Bowles y descubri¨® el paisajismo literario de los anglosajones. Rey Rosa (La orilla africana o Piedras encantadas, en Seix Barral) compar¨® esa tradici¨®n anglosajona de escritores viajeros con la inexistente guatemalteca y, en general, latinoamericana. El escritor ley¨® textos de diversos autores y dej¨® al p¨²blico entregado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.