Un proyecto que descart¨® el oso polar y que sufri¨® el 11-S

Pablo Areitio, el veterinario que dirige el departamento t¨¦cnico y el de biolog¨ªa, es uno de los motores del parque oceanogr¨¢fico. Responsable de un equipo de m¨¢s de 70 personas Areitio explica que, aunque se estudi¨® la posibilidad de introducir un ejemplar de oso polar en L'Oceanogr¨¤fic -hay muy pocas instalaciones que exhiban esta clase de animal-, la idea se descart¨®. "Es un animal que en libertad recorre grandes distancias y que en cautividad establece movimientos muy repetitivos y desarrolla una gran agresividad", se?ala este especialista de Parques Reunidos, que pens¨® especializarse en el mundo de los caballos -su gran pasi¨®n- y que, a causa de una alergia al pelo de los mam¨ªferos, ha terminado por convertirse en un especialista en peces.

Con un notable sentido del humor, Pablo Areitio (Madrid, 37 a?os) asegura que la mayor parte de an¨¦cdotas no proceden del trato con la fauna, sino de su relaci¨®n con el p¨²blico. "Ahora me voy a hacer un corte en el brazo y vere¨ªs como los tiburones acuden a la sangre", afirm¨® este especialista el pasado d¨ªa 7 ante la cara de horror de unas aguerridas periodistas que asist¨ªan al traslado de los j¨®venes tiburones grises de la piscina de cuarentena al tanque dedicado al Atl¨¢ntico. La broma de Pablo Aretio tiene una vertiente did¨¢ctica que es la que explica el responsable del proyecto educativo, Jordi Indiano. En este parque, el visitante podr¨¢ conocer que un tibur¨®n bien alimentado te ignora y muy excepcionalmente ataca, mientras que un delf¨ªn con intenci¨®n de jugar puede ahogarte.

Buscar en los siete mares

Tras las bambalinas, la impresi¨®n es que el equipo humano que se encarga de L'Oceanogr¨¤fic funciona. Son el coraz¨®n. Organizar la llegada de los animales, procedentes de los siete mares, no ha sido f¨¢cil. Trasladar ping¨¹inos por carretera, conseguir permiso para pescar tiburones vivos en el Atl¨¢ntico o realizar un transporte entre Miami y Valencia con 2.600 animales -el mayor env¨ªo de peces realizado en un avi¨®n Jumbo, seg¨²n Parques Reunidos- ha sido parte de las odiseas silenciosas que Areitio y su equipo ha tenido que sufrir.

Los atentados del 11-S que derribaron las Torres Gemelas de Nueva York tambi¨¦n han repercutivo en L'Oceanogr¨¤fic porque se extremaron las medidas de seguridad en los aviones -se necesitan gases y bater¨ªas para mantener las condiciones del agua salada- y encarecieron el transporte. Todo ello sin contar con el recelo de los pilotos, que era la primera vez que entre sus pasajeros ten¨ªan tiburones de los de verdad.