Mario Gas regresa a los escenarios como actor con el mon¨®logo 'Mi suicidio'
El estreno coincide con la reposici¨®n de su montaje 'El sue?o de un hombre rid¨ªculo'
El actor y director Mario Gas ha emprendido una nueva fase de su vida profesional. Acostumbrado a una actividad fren¨¦tica, a simultanear varios trabajos, decidi¨® que hab¨ªa llegado el momento de parar y tomarse las cosas con m¨¢s calma y, especialmente, descansar de la direcci¨®n. En ¨¦sas estaba cuando su amigo el director Fernando Bernu¨¦s le propuso interpretar un mon¨®logo. Y acept¨®. Mi suicidio, del suizo Henri Roorda, se estrenar¨¢ el 27 de diciembre en el Centro Cultural de Lugaritz (San Sebasti¨¢n), producido por Tanttaka Teatroa.
Entre pinchos y vinitos, como cuenta el propio int¨¦rprete, Gas y Bernu¨¦s han ido trabajando este texto autobiogr¨¢fico de Henri Roorda, matem¨¢tico, pedagogo y ensayista. Escrito en 1925, es el testamento vital del autor, que se quit¨® la vida tras haberlo terminado. Es, seg¨²n Gas, un op¨²sculo "no exento de una reflexi¨®n melanc¨®lica, humana y l¨²cida, en el que repasa temas como el capitalismo, la docencia, el amor, las relaciones humanas y la metaf¨ªsica, y lo hace de una forma nada pedante". Roorda envi¨® el texto postal a un amigo al que hab¨ªa echado de su casa de malos modos; cuando lo recibi¨®, el dramaturgo ya se hab¨ªa quitado la vida.
La presentaci¨®n de Mi suicidio se limitar¨¢, por ahora, a tres funciones, aunque est¨¢ previsto que el espect¨¢culo viaje a Barcelona a principios del pr¨®ximo a?o. Gas bromea diciendo que eso ser¨¢ s¨®lo si consigue no hacerlo tan mal como para que el director desista de seguir adelante con el proyecto. Para Gas, la interpretaci¨®n de este mon¨®logo es un acto necesariamente ¨ªntimo, en la que deber¨¢ buscar "la mirada del que est¨¢ escuchando, que es quien completa la frase y la experiencia", porque se trata de una confesi¨®n.
En este sentido, el montaje est¨¢ muy relacionado con El sue?o de un hombre rid¨ªculo, de Dostoievski, un mon¨®logo interpretado por Ricardo Moya y dirigido por Gas estrenado el pasado verano dentro del festival Grec y que ma?ana regresa a la cartelera desde el escenario de la Sala Muntaner de Barcelona, donde podr¨¢ verse hasta el 19 de enero. La pieza es la historia de un hombre que so?¨® la utop¨ªa de la felicidad, un mundo donde hombres y mujeres son iguales y no existen las relaciones de poder. En una atm¨®sfera on¨ªrica, vestido con una bata de andar por casa y deambulando entre el p¨²blico, el personaje comparte ese sue?o feliz con los espectadores.
?ste fue el pen¨²ltimo trabajo de Gas en la direcci¨®n (despu¨¦s vendr¨ªa el Cabaret literario presentado en Peralada), y lo acept¨® por fascinaci¨®n hacia el texto pero, principalmente, por amistad: hacia Moya, y tambi¨¦n hacia Montse Majench, productora del montaje y responsable del barcelon¨¦s C¨ªrcol Mald¨¤ durante una fruct¨ªfera etapa, clausurada justamente con El sue?o de un hombre rid¨ªculo. La producci¨®n, todo un ¨¦xito en el Grec, se ver¨¢ en gira por distintas ciudades espa?olas, en peque?os espacios que permitan la cercan¨ªa e intimidad entre actor y espectadores.
Para Gas, los amigos son "gente que tiene afinidad con uno y mira con el mismo rasero lo que ocurre alrededor". El director y actor, siempre tan estresado, ofrece ahora una imagen mucho m¨¢s calmada, fruto sin duda de ese par¨®n que se impuso hace unos meses "para replantearme las cosas, conectar de un modo coherente con el mundo que me rodea, aunque el bolsillo se resienta". Tiene encima de la mesa dos proyectos para dirigir cine y, ya concretada, una intervenci¨®n en una pel¨ªcula argentina. Pero de momento sigue dejando de lado las prisas y se toma tiempo para decidirse.
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