Fernando Baeza, hombre de letras y luchador por la democracia

Fernando Baeza, muerto ayer en Madrid a los 82 a?os, hab¨ªa nacido en Madrid el 26 de enero de 1920. Su profesi¨®n fue la de editor y despleg¨® importantes cometidos pol¨ªticos en las filas del Partido Socialista Obrero Espa?ol. Estaba casado con Mar¨ªa Giralt y era padre de dos hijas.

Fernando estuvo presente en todas las ocasiones en que la oposici¨®n democr¨¢tica necesit¨® de esfuerzos, dignidad y lucidez para salir de sus desfallecimientos y superar sus contradicciones. Fue un coordinador de voluntades, un amortiguador de rivalidades, un formulador de proyectos.

A una vocaci¨®n pol¨ªtica larga y probada uni¨® un especial gusto por la literatura y una cultura sin fallos; lo que se manifest¨® en los riesgos que asumi¨® como editor y en sus ¨¦xitos editoriales.

Pertenec¨ªa a la aristocracia del talento y del compromiso c¨ªvico que se form¨® en nuestra edad de plata. Su padre, Ricardo Baeza, creador importante, fue uno de los grandes traductores de cl¨¢sicos y modernos a una lengua que pul¨ªa como a un diamante. Do?a Mar¨ªa, su madre, encabez¨® el movimiento cultural femenino que encontr¨® ense?a en el Lyceum, c¨ªrculo sin cuyo conocimiento no se entiende la sociedad culta de los a?os veinte y treinta en Espa?a. Tras un exilio, a¨²n adolescente, en Buenos Aires, Colombia, Chile y una etapa parisiense, Fernando Baeza reanud¨® en Madrid la tradici¨®n familiar. En su firma editorial Ari¨®n public¨® obras de autores que ya eran conocidos o pugnaban por serlo, entre otros, Julio Caro Baroja, Camilo Jos¨¦ Cela, Ignacio Aldecoa o Juli¨¢n Ayesta.

Baeza particip¨® en todos los intentos de promover la oposici¨®n democr¨¢tica. En su casa se firmaron innumerables manifiestos, peticiones, programas. Su condici¨®n de hombre abierto, pero riguroso, sirvi¨® para coordinar al grupo de Dionisio Ridruejo con los de Enrique Tierno Galv¨¢n o de los mon¨¢rquicos liberales de Joaqu¨ªn Satrustegui, Jaime Miralles y Vicente Pini¨¦s.

Su actividad pol¨ªtica le acarre¨® detenciones y prisi¨®n. Nunca le falto el apoyo y el cari?o de su esposa, Mar¨ªa Giralt Rocamora, ni el de sus hijas.

Europe¨ªsta de primera hora, en el seno de la AECE, contribuy¨® a perfilar la actitud hacia Europa. Organiz¨® y asisti¨® al Congreso del Movimiento Europeo de M¨²nich en 1962, el c¨¦lebre Contubernio; y hasta su fallecimiento ha sido miembro muy destacado del Movimiento Europeo. Realiz¨® gestiones y contactos de la nueva oposici¨®n con don Juan de Borb¨®n. Socialista de maduraci¨®n continua, estuvo en el proceso de renovaci¨®n de su partido. Fue senador por Huesca, en las Cortes Constituyentes y durante las dos primeras legislaturas, particip¨® activamente en la Comisi¨®n Constitucional y en la de Asuntos Exteriores y en la diplomacia parlamentaria. Su vocaci¨®n internacionalista y europe¨ªsta le llev¨® a Estrasburgo, donde fue embajador ante el Consejo de Europa entre los a?os de 1983 a 1987.

Fernando Baeza es uno de esos hombres sin los cuales no se entender¨ªa la recuperaci¨®n de la democracia, ni el sentido de nuestra literatura.