La cantautora Joni Mitchell anuncia su retirada de la m¨²sica
La artista canadiense repasa toda su carrera en 'Travelogue'
Joni Mitchell deja la m¨²sica tras la publicaci¨®n de Travelogue, su vig¨¦simo disco, un doble CD en el que recrea 22 de sus canciones con m¨²sicos de jazz, un coro y la London Symphony Orchestra. La cantaurora canadiense (Fort McLeod, 1943) asegura estar "avergonzada" de la industria de la m¨²sica y promete dedicarse a su faceta de pintora, muy apreciada en Hollywood: sus cuadros aparec¨ªan en Vanilla sky, la pel¨ªcula de Cameron Crowe.
La chispa salt¨® el pasado octubre en un especial de Rolling Stone dedicado a las mujeres del rock. Joni describi¨® all¨ª la industria musical como "un pozo negro", aparte de deplorar la influencia corruptora de MTV. Esas declaraciones tuvieron amplio eco, pero, en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista W fue m¨¢s all¨¢, al proclamar que ya no hab¨ªa sitio para ella. En sus memorables y viperinas palabras: "?Que podr¨ªa hacer? ?Ense?ar mis tetas? ?Tocarme la entrepierna? ?Ponerme extensiones en el pelo y contratar un core¨®grafo? Lo dejo, este negocio se me ha hecho repugnante". Intent¨® adaptarse a los nuevos tiempos, asegura: "Pagu¨¦ de mi bolsillo varios v¨ªdeos promocionales para mis ¨²ltimos discos; nadie quiso programarlos".
Aunque residente en Los ?ngeles, Joni Mitchell siempre se sinti¨® inc¨®moda en el show business. Recuerda que Rolling Stone, cuando todav¨ªa era el portavoz de la contracultura, se deleit¨® en detallar sus relaciones amorosas: James Taylor, David Crosby, Warren Beatty, Graham Nash o Jackson Browne. Piensa que no se merec¨ªa el sambenito de devoradora de hombres: "Janis Joplin o Grace Slick eran m¨¢s promiscuas, pero se llevaban mejor con la prensa de rock, que prefer¨ªa meterse conmigo". De fondo, un drama secreto: Joni tuvo una hija en 1965; sin recursos, la cedi¨® en adopci¨®n y no volvieron a verse hasta treinta a?os despu¨¦s.
Mitchell presume de mantener buenas relaciones con los hombres de su vida. De hecho, Travelogue ha sido producido por el segundo de sus maridos, el bajista Larry Klein, que defiende la pertinencia del experimento: "Al recontextualizar sus canciones en un ambiente orquestal, esperamos llegar a un nuevo p¨²blico". Klein esquiva lo que se hace evidente escuchando Travelogue: tras cincuenta a?os como fumadora compulsiva de cigarrillos, la voz de Mitchell se ha reducido y agriado.
La crisis de Mitchell tambi¨¦n est¨¢ motivada por la dificultad para componer nuevas canciones (su disco anterior, Both sides now, se centraba en a?ejos est¨¢ndares). Una sequ¨ªa creativa agravada por lo que ella considera reticencia del mundillo a reconocer su obra: nadie quiso publicar un estelar disco de homenaje en el que diversos artistas se enfrentan con su repertorio.
Babelia
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