Petr¨®leo al alza
Las cotizaciones en los mercados -de divisas, bonos, acciones, materias primas- llevan semanas dominadas por esa incertidumbre que, de forma un tanto eufem¨ªstica, se dio en calificar de "geopol¨ªtica". A los desenlaces derivados de una eventual guerra de EE UU contra Irak se a?aden las perturbaciones en la producci¨®n de Venezuela durante los ¨²ltimos 30 d¨ªas y las nada tranquilizadoras amenazas de otro foco de inestabilidad en Corea del Norte. El resultado es una huida a los refugios por parte de los inversores (el alejamiento de la renta variable y la colocaci¨®n de los activos en instrumentos sin riesgo y suficientemente l¨ªquidos, como los bonos p¨²blicos y el oro) y una intensificaci¨®n de la demanda de petr¨®leo, ante complicaciones adicionales en la normal capacidad de producci¨®n y exportaci¨®n de los productores pertenecientes a la OPEP, donde se concentra el 40% de la oferta de esa materia prima.
Que el desencadenamiento de un conflicto b¨¦lico con Irak provocar¨ªa dificultades en el normal abastecimiento de petr¨®leo resulta evidente, no tanto por los problemas directos en la hoy muy limitada capacidad de producci¨®n de Bagdad cuanto por las posibles consecuencias de la guerra en otros pa¨ªses del ¨¢rea. Es cierto que un desenlace r¨¢pido podr¨ªa acarrear el control por Estados Unidos de la capacidad de producci¨®n de quien actualmente mantiene las segundas reservas m¨¢s importantes del mundo, y con ¨¦l un descenso de los precios medios. Pero ¨¦se es el escenario m¨¢s favorable, desde un punto de vista estrictamente econ¨®mico, de los que hoy pueden anticiparse. Ni la brevedad del posible enfrentamiento, ni la limpieza en el control de los pozos iraqu¨ªes, ni la ausencia de conflictos en otros pa¨ªses de la zona, Arabia Saud¨ª de forma particular, est¨¢n garantizados. El comienzo de una guerra en una de las zonas m¨¢s explosivas del planeta es m¨¢s f¨¢cil de planificar que su duraci¨®n y consecuencias.
La persistencia de esos factores de riesgo, por tanto, seguir¨¢n inhibiendo las decisiones de inversi¨®n y amenazando las perspectivas de recuperaci¨®n econ¨®mica en todas las zonas desarrolladas. Con el a?adido de que todos los ejercicios de anticipaci¨®n parten de un precio medio del barril significativamente inferior al actual. Los casi 30 d¨®lares de la modalidad brent (la de referencia en Europa y la de mayor consumo mundial) constituyen ya una razonable se?al de alarma, por mucho que el cartel de la OPEP haya mostrado su disposici¨®n a compensar las ca¨ªdas en la oferta derivadas de la aguda confrontaci¨®n en Venezuela, quinto exportador mundial.
La primera consecuencia adversa de la escalada en el precio de la principal materia prima es un deterioro de la posici¨®n exterior de las econom¨ªas importadoras, la espa?ola incluida. La segunda, y quiz¨¢ la m¨¢s destacable en el momento actual, es un repunte en los derivados del petr¨®leo y su traslaci¨®n a la variaci¨®n de los restantes precios de bienes y servicios. En econom¨ªas como la espa?ola, con una tasa de inflaci¨®n insensible a la desaceleraci¨®n del ritmo de actividad econ¨®mica, un repunte en el precio de la energ¨ªa puede desembocar en un panorama que obstaculice abiertamente la recuperaci¨®n en los pr¨®ximos meses.
En situaciones como la presente es necesario recordar el potencial para producir recesiones que tiene un precio del petr¨®leo persistentemente elevado. Tambi¨¦n desde este punto de vista -que representa una amenaza directa al bienestar de muchos- tienen dif¨ªcil justificaci¨®n las pretensiones estadounidenses en Irak.
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