El chapapote mata las gallinas de Manuel
"Pas¨¦ 50 a?os pescando. Ahora tengo gallinas. Pero pican en el suelo, comen algo que se evapora del petr¨®leo y se mueren"
La casa de Manuel Vilela Lagoa mira a la playa de Nemi?a. Sentado en una piedra, este hombre grande de 75 a?os contempla el trabajo de cientos de voluntarios con monos blancos. Tiene los ojos acuosos. "Me lagrimean por el fuel", musita. "Llevo as¨ª desde el primer d¨ªa, pero ya me he acostumbrado, como los conejos", dice sin sonre¨ªr. "Estos j¨®venes llegados de toda Espa?a me conmueven mucho; ver c¨®mo tratan de resolver el problema es emocionante". "El que viene dos o tres d¨ªas apenas nota el olor, pero los que vivimos aqu¨ª tenemos problemas". Manuel fue marinero y conoce el mar. "Pas¨¦ casi 50 a?os pescando centollas, n¨¦coras y sardinas, siempre en bajura; ahora tengo gallinas, cabras y cerdos. Pero las gallinas se me est¨¢n muriendo. Pican en el suelo y comen algo que se evapora del petr¨®leo y mueren. Hoy mismo se me muri¨® una. Ya he perdido varias".
"Tambi¨¦n recibimos dinero. Es una humillaci¨®n... Uno se siente indefenso e in¨²til"
Manuel enviud¨® hace a?os. Tiene seis hijos, todos marineros, que viven con ¨¦l en Nemi?a. "Son marineros como lo fui yo, pero no les va a quedar nada que pescar en estas aguas. He visto muchas tragedias, como la del Cas¨®n, pero ¨¦sta es la peor de todas. Cada ma?ana, cuando me levanto, el mar ha vuelto a manchar la playa. Es un trabajo que durar¨¢ a?os". Manuel es alto y camina erguido; aparenta salud. "Soy de buena madera. El mar me dio esta presencia... y palos que dejaron sus astillas".
En la arena y en las rocas trabajan encorvados 300 j¨®venes. Recogen el chapapote a mano. Parecen mejor organizados que en Carnota y Touri?¨¢n. Tres tractores procedentes de Barcelona ayudan a mover con rapidez las cubetas repletas de fuel. Son parte de ese voluntariado que ha sobrepasado las previsiones. Un cuarto tractor pertenece al Ayuntamiento de Mux¨ªa, gobernado por el PP, y participa en las labores. El quinto, de la empresa Tragsa, encargada de la coordinaci¨®n, permanece varado. Manuel mira y se?ala con la mano. "Al principio esto era un caos; ahora, parece mejor organizado. La Xunta se ha portado muy bien: nos ha dado un n¨²mero de tel¨¦fono al que podemos llamar. Tambi¨¦n recibimos dinero. Es una humillaci¨®n. Uno ha trabajado toda la vida y ahora esto. No s¨¦ si humillaci¨®n es la palabra, pero te sientes indefenso e in¨²til".
Manuel s¨ª sabe por qu¨¦ llegan manchas de fuel por la noche: "Son las corrientes, que lo traen. Navega por debajo, empujado. Todos sabemos que en esta ¨¦poca del a?o el viento sopla hacia la costa y las corrientes nunca van contra el temporal. Todo lo que suelte el barco llegar¨¢ hasta nosotros".
A unos metros, dos j¨®venes han escalado hasta el puesto de protecci¨®n civil. Necesitan quitarse las gafas, respirar un poco y fumar un cigarrillo. Son del colegio Blanca de Castilla, de Burgos. "Hemos venido 19 alumnas y dos profesores. Fue nuestra idea: vimos por televisi¨®n lo que pasaba y quisimos ir. Aqu¨ª nos tratan con cari?o", dice Mar¨ªa Jos¨¦, de 18 a?os, y estudia segundo de bachiller. Estela, que dice tener 19, alaba la comida que le dan las mujeres de Mux¨ªa: "Es mejor que la de mi casa, pero no escribas eso que mi madre me mata". Est¨¢n exhaustas. Llevan desde el d¨ªa 26 en el tajo. "Ayer dejamos la playa limpia y mira c¨®mo est¨¢. Es un trabajo sin final".
La protecci¨®n civil en Nemi?a procede de Villalba (Madrid). Tambi¨¦n son voluntarios. Su responsable, Julio de la Rocha, se queja de la coordinaci¨®n de las instituciones. Sostiene que hay miles de voluntarios dispuestos y las autoridades no saben procesar las peticiones. Mar¨ªa Teresa Lord es enfermera y presidenta de la Asociaci¨®n de Diab¨¦ticos de Santiago. Arremete contra la Xunta y el Gobierno. "Nadie sabe si este fuel es da?ino o no para la salud. Cada d¨ªa atendemos en Nemi?a entre 30 y 40 casos de mareos, v¨®mitos e irritaciones en los ojos y en la piel. ?D¨®nde est¨¢n las ambulancias de la Xunta?". "En la playa podr¨ªamos usar una cinta transportadora; tambi¨¦n en Touri?¨¢n, donde trabajan los militares. No existen medios modernos", apunta.
El general D¨ªez de Villegas, de la Brigada Aerotransportada con sede en Pontevedra y que mand¨® las tropas espa?olas en Kosovo, no est¨¢ de acuerdo con las cr¨ªticas "Ante una tragedia as¨ª es imposible estar preparados; no existen medios t¨¦cnicos". El general, que visit¨® a los voluntarios y a sus hombres, dice que los soldados se han integrado en la cadena de trabajo sin problemas. "En la cocina de Mux¨ªa, donde se da de comer a los voluntarios, tenemos cocineros, y all¨ª mandan las mujeres".
La avenida del doctor Toba de Mux¨ªa est¨¢ cubierta del chapapote que salt¨® el muro de contenci¨®n. Hay salpicaduras en fachadas que distan 80 metros. Es una pel¨ªcula uniforme y pegajosa. Al otro lado de ese muro, las rocas est¨¢n te?idas de negro. En la lonja crece un ir y venir de voluntarios, marineros, mujeres y militares. Preparan su Nochevieja. Nacho Castro, gerente de la cofrad¨ªa de pescadores, es pesimista: "El da?o no depende s¨®lo de la cantidad de fuel, sino del factor tiempo. Mientras que el barco est¨¦ all¨¢ abajo soltando 150 toneladas diarias, la tragedia contin¨²a. A ese ritmo estaremos 333 d¨ªas con mareas negras". "El Gobierno trata de distraer, no digo enga?ar, a la opini¨®n p¨²blica con la gran mancha de Estaca de Bares, pero hay muchas m¨¢s manchas saliendo a flote que acabar¨¢n llegando a la costa".
Castro dice que hay trabajo para miles de voluntarios. "El problema son los seguros de accidentes, aqu¨ª tenemos uno para 1.200 personas, y los recursos disponibles. Dependemos de las donaciones particulares y de las empresas. Incluso los 200 soldados de Salamanca que nos llegaron hace un par de semanas vinieron sin comida. ?sa es la realidad".
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