40 a?os

Aznar parece haber sorprendido a todos anunciando su intenci¨®n de elevar hasta 40 a?os la pena m¨¢xima de c¨¢rcel para los condenados por delitos de terrorismo y otros "que puedan tener un car¨¢cter criminal especialmente graves". Se trata de una vuelta de tuerca a la propuesta de la semana pasada, el llamado "cumplimiento ¨ªntegro de las penas". Posiblemente la ¨²ltima iniciativa de Aznar no sea inconstitucional, pero su alcance es de tal calibre -rompe una l¨ªnea consolidada del derecho penal espa?ol desde al menos la dictadura de Primo de Rivera- que resulta incomprensible el m¨¦todo elegido para darla a conocer -una entrevista period¨ªstica a la agencia oficial-, sin haber intentado un m¨ªnimo consenso de base con la oposici¨®n. Su inclusi¨®n en la legislaci¨®n exige un debate previo y sosegado no s¨®lo entre las fuerzas pol¨ªticas, sino en el mundo judicial y acad¨¦mico. Sobre todo, si el anunciado endurecimiento en la concesi¨®n de beneficios penitenciarios supone anular en la pr¨¢ctica la posibilidad de resinserci¨®n social a un determinado grupo de penados.

La respuesta penal a la delincuencia, incluidas sus formas m¨¢s graves, como el terrorismo, no puede derivar en una subasta para ver qui¨¦n da m¨¢s, incluso si se trata de salir al paso de la exasperaci¨®n social producida por el delito, en especial entre sus v¨ªctimas: ?por qu¨¦ no 50 o 60 a?os en vez de 40? Esa respuesta penal debe respetar ciertos l¨ªmites -en cuanto a proporcionalidad, racionalidad y templanza- si no quiere ser un mero instrumento de venganza social, que nada tiene que ver con el derecho ni con los valores y principios del Estado democr¨¢tico. ?sa es la primera cuesti¨®n que deben tener en cuenta el Gobierno y la oposici¨®n antes de dar el visto bueno a la reforma.

El Gobierno -y as¨ª lo explic¨® ayer el ministro de Justicia- pretende que la elevaci¨®n a 40 a?os del l¨ªmite m¨¢ximo de cumplimiento de condena disuada e intimide a los posibles alevines del terrorismo etarra. ?Ojal¨¢ fuera as¨ª! Pero, ?en virtud de qu¨¦ teor¨ªa criminol¨®gica 40 a?os de condena ser¨¢n m¨¢s disuasorios que 30? Ni siquiera la pena capital, como est¨¢ m¨¢s que demostrado, tiene esa virtualidad disuasoria, y menos en una delincuencia de componente ideol¨®gico como el terrorismo. El Gobierno y las fuerzas pol¨ªticas deben encontrar razones m¨¢s convincentes. Y exponerlas a la opini¨®n p¨²blica. La propuesta del Gobierno puede ser pol¨ªtica y electoralmente muy rentable, pero de dudosa eficacia en la lucha contra el terrorismo. Es sabido que ETA cultiva el victimismo de sus presos y que pone todo su empe?o en que ninguno deje la organizaci¨®n y renuncie a la violencia.