La alegr¨ªa de robar en La Alegr¨ªa de Leer

Las dos librer¨ªas de Fran?ois Maspero llevaban el mismo nombre que le puso a su editorial:

La Joie de Lire

(La Alegr¨ªa de Leer). Su aventura, a partir de 1968, corre paralela a la de los movimientos de extrema izquierda y a una voluntad de facilitar contrainformaci¨®n al p¨²blico lector. "Public¨¢bamos a precio de coste, o a p¨¦rdidas, al tiempo que las ediciones comerciales, una literatura de propaganda que, est¨¢bamos convencidos, iba a alimentar el fruct¨ªfero debate en el que se forjaba el futuro, esperando la muerte (inminente) del capitalismo".

El equilibrio de la empresa era muy fr¨¢gil, m¨¢xime cuando, por principio, se autolimitaba en la posibilidad de hacer negocio. "El equilibrio de las cuentas se rompi¨® a finales de los setenta, debido sobre todo a dos factores incontrolables: la proliferaci¨®n del robo y las condenas penales acompa?adas de multas a causa de las publicaciones pohibidas. Las condenas ven¨ªan de la derecha (el poder), y el robo, de la extrema izquierda (el contrapoder)".

Maspero acaba refiriendo en su libro sus encuentros con personajes ilustres con un punto en com¨²n: "A menudo encuentro hoy personajes que han hecho carrera en las esferas de la alta Administraci¨®n, de la prensa, banca o edici¨®n y que me conf¨ªan, gui?¨¢ndome un ojo y con emoci¨®n, ese episodio que da color a su juventud gracias a un toque aventurero. Por est¨²pidos prejuicios no les escupo a la cara". Entre robos y multas acabaron con La Alegr¨ªa de Leer.