?Ch¨¢vez, dictador o justiciero?
En una crisis en la que la prensa se ha convertido en parte, la oposici¨®n de Venezuela critica la cobertura internacional
La cobertura de la crisis venezolana de The New York Times, The Washington Post, Le Monde, The Guardian o la CNN, entre otros, no satisface a la oposici¨®n venezolana: es ignorante, simplista o chavista. Se critic¨® al influyente diario de Nueva York por considerar que Hugo Ch¨¢vez es "controvertido, arbitrario, propenso al autoritarismo, pero no un tirano". Tampoco gust¨® que aconsejara a sus adversarios esperar al refer¨¦ndum revocatorio del pr¨®ximo agosto para intentar su desalojo de la presidencia.
Le Monde de la frivolit¨¦, titul¨® el escritor Alberto Barrera su art¨ªculo de El Nacional. "Resume a la oposici¨®n venezolana como una baja pasi¨®n". El editorial del diario franc¨¦s escribi¨®: "odian literalmente [a Ch¨¢vez] porque nunca han soportado que un oficial insignificante, del pueblo y zambo, venga a perturbar el juego de una clase dirigente de tradici¨®n oligarca". Seg¨²n Barrera, "el simplismo de este an¨¢lisis contrasta con la alta autoestima que tienen los franceses a la hora de mirarse en el espejo del periodismo y la intelectualidad". "En las nubes", escribi¨® el periodista Roberto Giusti, citando a "los corresponsales al servicio de los grandes diarios del Norte".El asunto no es menor. La prensa es parte en la crisis y la mesura apenas encuentra espacio porque ri?en a muerte dos proyectos de naci¨®n: Ch¨¢vez, dictador o Ch¨¢vez justiciero. Quien no vea al primero, est¨¢ ciego, seg¨²n la oposici¨®n. Quien no entienda sus razones, excesos e incluso sus fracasos, es, como poco, miope, bizco o un fascista, de acuerdo con el oficialismo. Todo depende de la filiaci¨®n del oftalm¨®logo. Se reclaman adhesiones no cr¨ªticas, y el reciente partido de futbito entre manifestantes chavistas y no chavistas, que en lugar de darse puntapi¨¦s entre ellos lo dieron a un bal¨®n en una avenida de la capital, no pas¨® de ser una esperanzadora an¨¦cdota.
La prensa y los analistas inciden sobre visiones de la realidad en blanco y negro y el pueblo es un patrimonio en exclusiva. Los grises de los corresponsales deben ser incontestables porque, caso contrario, ser¨¢n tenidos como necios o arteros. Las amargas confesiones, en una cena de Caracas, de la presentadora de un telediario de oposici¨®n, reflejan las dificultades de los profesionales, abocados a la militancia, a la autocensura o al abandono. La narraci¨®n de una refriega callejera, transmitida en vivo por la conductora, no satisfac¨ªa al realizador, un verdadero jen¨ªzaro en el aud¨ªfono: "?Vamos, dales ca?a, di que fueron los chavistas los que atacaron con piedras y palos! ?Dilo, co?o, dilo o est¨¢s despedida, maldita chavista!".
Las coerciones deben ser parecidas en el bando gubernamental, donde tampoco se admite la neutralidad. En la Venezuela incendiada, no hay rivales, sino enemigos. La oficialista Venezolana de Televisi¨®n, en una trinchera, y las siete cadenas y peri¨®dicos privados m¨¢s influyentes, que salen sin publicidad para sumarse al paro, en la otra. "?Por la democracia bolivariana!" es el lema central de las cu?as propagand¨ªsticas de la primera y "?Ni un paso atr¨¢s! ?Vete YA!", en las segundas. Dos m¨¢quinas de obnubilar frente a frente, con la manipulaci¨®n y la arenga, o la mentira.
Se escruta la prensa extranjera porque uno de los objetivos de los dos bandos es la comunidad internacional. Las culpas y desmanes atribuidos al Gobierno son tantos que las "bizantinas cavilaciones" de los pa¨ªses que apuestan por una soluci¨®n electoral indignan a la oposici¨®n. "?Qu¨¦ m¨¢s ser¨¢ necesario mostrar al mundo para que los organismos internacionales, sea la ONU o la OEA, tomen verdaderamente en serio la compleja situaci¨®n que atraviesa el pa¨ªs?", cuestion¨® el diario El Universal. La pol¨ªtica de EE UU, agrega, "ha estado plagada de vacilaciones, as¨ª como de mensajes confusos y contradictorios". El proselitismo es intenso. Ana Julia Jatar, en A los corresponsales extranjeros, les dijo: "despu¨¦s de leerlos, me preocupa el reiterado uso de estereotipos que algunos de ustedes hacen".
Los estereotipos son: es un conflicto entre una rancia ¨¦lite tradicional y los pobres. "Venezuela es uno de los pa¨ªses con menos desigualdad en Am¨¦rica Latina porque ha sido uno de los pa¨ªses de mayor movilidad social en el mundo". La crisis es resultado de una confrontaci¨®n ¨¦tnica. "Nada m¨¢s incierto que eso" y cita a pol¨ªticos de diferentes razas. Las Fuerzas Armadas son una ¨¦lite derechista. "Eso podr¨¢ ser cierto en Chile". El pueblo es golpista. "La verdadera historia es que Ch¨¢vez no ejerce una presidencia democr¨¢tica, a pesar de haber ganado elecciones".
El analista Ibsen Mart¨ªnez comparte esa tesis, pero insta al comedimiento de la alianza opositora, ya que observa en ella peligrosos extrav¨ªos. "Es sintom¨¢tico que haya que recurrir a la prensa extranjera para hallar un m¨ªnimo de equilibrio a la hora de adjetivar". "Sobre todo", agrega Mart¨ªnez, "cuando advierto la desmesura con que ciertas personalidades de la oposici¨®n comparan a Ch¨¢vez: siempre que se refieren a ¨¦l, los correlatos son Mussolini, Hitler, Castro".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.