De tal palo, tal paliza
Un programa pionero intenta evitar que los roles de la violencia de pareja se repitan en los hijos
La violencia dom¨¦stica castiga principalmente a las mujeres, pero no son las ¨²nicas v¨ªctimas de esta lacra social. Muy a menudo se olvida que los hijos e hijas de estas mujeres no s¨®lo sufren tambi¨¦n las consecuencias f¨ªsicas o ps¨ªquicas de las agresiones del padre, sino que adem¨¢s est¨¢n aprendiendo e interiorizando una conducta que les puede convertir en futuros maltratadores (en el caso de los hijos varones) o en v¨ªctimas sumisas de las palizas de su pareja (en el caso de las hijas).
Partiendo de esta premisa, el Instituto de Reinserci¨®n IRES de Girona, una ONG que en 1998 puso en marcha un programa, entonces pionero, para rehabilitar a hombres maltratadores, ha creado ahora un servicio similar destinado a los ni?os y ni?as que crecen en hogares donde se viven situaciones de violencia dom¨¦stica. "Hay que romper con la creencia err¨®nea de que apoyando a la mujer que sufre malos tratos, el hijo o hija ya no necesitan ayuda individual", advierte Antoni P¨¦rez, coordinador de los distintos programas que tiene en marcha la asociaci¨®n.
Los menores participan en actividades de grupo para invertir su modelo de relaci¨®n familiar
Un 'mentor' reconduce las conductas agresivas y pasivas de los ni?os y reorienta su educaci¨®n
Prevenci¨®n y terapias
La intervenci¨®n sobre estos ni?os ha de tener necesariamente una finalidad terap¨¦utica, ya que a menudo la violencia dom¨¦stica deja profundas huellas psicol¨®gicas en los ni?os que la experimentan, pero adem¨¢s ha de tener un car¨¢cter preventivo. "Estos ni?os y ni?as forman parte de un grupo de riesgo en el que la prevenci¨®n se hace urgente porque ya en edades tempranas tienden a reproducir unos estereotipos r¨ªgidos aprendidos sobre los roles gen¨¦ricos que han de cumplir el hombre y la mujer", se?ala Antoni Vives, psic¨®logo de IRES. Este "c¨ªrculo cerrado intergeneracional es muy dif¨ªcil de romper si no se act¨²a sobre todos los miembros de la familia", agrega.
Entre los ni?os que siguen el programa terap¨¦utico dise?ado por IRES, dos de ellos, ahora adolescentes, ya hab¨ªan seguido los pasos de sus respectivos padres y ahora eran ellos quienes maltrataban a sus madres. "Con toda probabilidad har¨ªan lo mismo con su pareja, si la tuvieran, si no se interviniera sobre ellos", advierte el psic¨®logo.
Pero IRES dispone de otros datos muy significativos que avalan la teor¨ªa de que los hijos de los maltratadores son, potencialmente, agresores de sus futuras parejas: todos los hombres que han llamado a las puertas de la asociaci¨®n para recibir tratamiento -en total 123, de los que 67 han decidido no seguir la terapia hasta el final- han vivido, en su ni?ez, situaciones de abuso de poder en el seno familiar, patriarcados o matriarcados muy marcados o violencia dom¨¦stica en sentido estricto. Igualmente, muchas de las mujeres que son atendidas en algunos de los distintos recursos que la asociaci¨®n dispone para v¨ªctimas de malos tratos -casas de acogida, pisos tutelados o servicio de atenci¨®n psicol¨®gica- tuvieron madres que ya hab¨ªan sufrido, normalmente con una actitud sumisa y justificadora, agresiones por parte de sus parejas.
La organizaci¨®n IRES ha denominado "mentor¨ªas" el nuevo servicio dirigido a los hijos de maltratadores. Los 16 ni?os y ni?as que siguen el programa desde su puesta en marcha, a finales del a?o pasado, se ponen en manos de profesionales que encarnan la figura del "mentor", es decir, de un adulto ajeno a la familia que asume su orientaci¨®n educativa. Su objetivo es reconducir las conductas agresivas o pasivas de estos ni?os y ense?arles que existe otro modelo de relaci¨®n familiar alternativo al que han asumido como normal y que identifica al padre como agresor y a la madre como v¨ªctima. Los terapeutas y psic¨®logos alternan la intervenci¨®n individual con la del grupo, aunque admiten que esta ¨²ltima "resulta m¨¢s atractiva y beneficiosa para el ni?o", a quien, para no estigmatizarle, no se le trata nunca como a un enfermo o un paciente que necesita acudir al psic¨®logo. En grupo, los menores participan en actividades que les ayudan a invertir sus modelos de relaci¨®n familiar: los ni?os asumen papeles que ellos consideran propios de las mujeres y las ni?as juegan el rol inverso. Vives destaca la importancia de intervenir sobre estos menores y de hacerlo cuanto antes, ya que, con la edad, la resistencia a modificar los roles gen¨¦ricos aprendidos en el seno familiar es mucho mayor.
Al margen de esta labor de reeducaci¨®n, los responsables del programa han de evaluar y abordar los posibles trastornos que las vivencias violentas han causado en los menores.
El coordinador de programas de IRES, Antoni P¨¦rez, explica que un 80% de los ni?os presentan problemas tales como dificultades de aprendizaje, actitudes violentas ante la aparici¨®n de cualquier tipo de conflicto, trastornos mentales o somatizaciones, es decir, exteriorizaci¨®n de malestares ps¨ªquicos en forma de dolencias f¨ªsicas (problemas respiratorios, malnutrici¨®n, etc¨¦tera). La gran mayor¨ªa de estos menores muestran una gran necesidad de sentirse escuchados y evidencian un enorme d¨¦ficit de afecto y un marcado sentimiento de rechazo. Seguramente porque muy a menudo son los receptores de la culpa de las malas relaciones de sus padres. "Generalmente las mujeres maltratadas quieren mucho a sus hijos, e incluso aseguran que es por ellos que aguantan el infierno que viven en su hogar, pero parad¨®jicamente les culpan de las agresiones que reciben de sus maridos", explica el psic¨®logo Antoni Vives.
La totalidad de ni?os que siguen el programa son hijos de mujeres que son atendidas por el IRES, la mayor¨ªa de ellas en casas de acogida a las que han recurrido tras a?os de malos tratos y cuando ya sent¨ªan demasiado cercana la amenaza de muerte de sus parejas. Estas mujeres saben que sus hijos tambi¨¦n necesitan ayuda y facilitan su participaci¨®n en el programa terap¨¦utico y preventivo de la entidad, algo que, seg¨²n explica Vives, no ocurre con los hombres que est¨¢n en tratamiento. "Han llegado aqu¨ª porque se han convencido de que necesitan dejar de usar la violencia en sus relaciones familiares, pero niegan que ¨¦sta haya ocasionado alg¨²n da?o a sus hijos", dice el psic¨®logo.
La reinserci¨®n del agresor
Llamar a la puerta del IRES no es nada f¨¢cil para un hombre que oculta sus debilidades e inseguridades tras un muro de macho fuerte y dominador, y que echa la culpa a las provocaciones de su pareja de los arrebatos de violencia que descarga impunemente sobre ella. Los maltratadores que han acudido en demanda de un programa terap¨¦utico lo han hecho tras llegar a situaciones l¨ªmite, cuando la sangre casi ha llegado al r¨ªo, cuando la mujer ha huido de casa o, a instancias de los Mossos d'Esquadra, tras ser denunciados por su pareja. Algunos acceden a seguir la terapia porque ¨¦sta es la condici¨®n que les ha puesto su pareja para seguir con ella. "Al llegar, casi ninguno acepta abiertamente que tenga realmente un problema de conducta que destruye a quienes est¨¢n a su entorno m¨¢s inmediato", explica Antoni Vives, coordinador del Servicio de Atenci¨®n a Hombres Maltratadores de IRES. La terapia, que suele prolongarse durante un a?o, logra su prop¨®sito cuando el agresor "se derrumba", es decir, cuando acepta que su actitud agresiva no es m¨¢s que un muro que oculta su debilidad, sus miedos y su baja autoestima.
"El maltratador ha de vencer su dependencia a su pareja (los celos y el miedo a ser abandonado provocan a menudo las agresiones), debe saber reafirmar su identidad sin recurrir a la violencia y, en la mayor¨ªa de los casos, ha de reconocer que est¨¢ repitiendo un modelo autoritario, machista y brutal que aprendi¨® de peque?o en la esfera familiar", dice Vives. No es un reto f¨¢cil, pero tampoco imposible. En el 70% de los casos atendidos en el programa, no se han producido reincidencias.
Tres muertes en 10 d¨ªas
En los 10 primeros d¨ªas de 2003, la violencia dom¨¦stica se ha cobrado ya la muerte de tres mujeres y el suicidio de dos de los agresores. El pasado 6 de enero, un hombre de 33 a?os, de nacionalidad sueca, arroj¨® a su compa?era sentimental por el balc¨®n de su casa en Fuengirola (M¨¢laga). El 10 de enero, en Moi¨¢ (Barcelona), Salvador Fernando N. M., de 57 a?os, mat¨® a tiros a su mujer y luego se suicid¨® dispar¨¢ndose con el mismo rev¨®lver. El mismo d¨ªa 10, en la localidad segoviana de Cantalejo, Cecilio C. M., de 38 a?os, tras herir a su esposa, dispar¨® a bocajarro contra su suegra caus¨¢ndole la muerte, huy¨® y se ahorc¨® unas horas despu¨¦s.Entre los casos de malos tratos que no han causado v¨ªctimas mortales destaca por su crueldad el de un hombre de M¨¢laga, de 30 a?os, que fue detenido por haber obligado a su esposa a introducir dos veces la mano en el aceite hirviendo de una sart¨¦n "porque hab¨ªa quemado la comida".Entre enero y noviembre de 2002, seg¨²n fuentes oficiales, fallecieron 49 mujeres a manos de sus c¨®nyuges, compa?eros o ex compa?eros sentimentales, aunque las asociaciones de mujeres elevan esta cifra a 73 en todo el a?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Servicios sociales
- Parricidios
- Psicolog¨ªa cl¨ªnica
- Suicidio
- Centros acogida
- Violencia dom¨¦stica
- Estad¨ªsticas
- Campa?as publicitarias
- Familia
- Violencia
- Publicidad
- Asesinatos
- Pol¨ªtica social
- Mujeres
- Especialidades m¨¦dicas
- Problemas sociales
- Medicina
- Delitos
- Sucesos
- Medios comunicaci¨®n
- Salud
- Justicia
- Sociedad
- Comunicaci¨®n