Trabajadores de Puigner¨® provocan retenciones de tr¨¢fico por sus despidos

Los trabajadores de Puigner¨® afectados por el cierre de la planta de Prats de Llu?an¨¨s salieron ayer de nuevo a la calle para hacer o¨ªr sus protestas. Unos 300 de ellos se concentraron en el Eix del Llobregat, en la C-16 a su paso por la colonia del Rosal, en la localidad de Avi¨¤, cercana a Guardiola de Bergued¨¤, donde se produjeron retenciones de tr¨¢fico. "Se nos ha muerto la gallina y nos hemos quedado sin nada", dijo uno de los concentrados.

Los trabajadores reclaman una salida digna para los 243 afectados por el cierre de la factor¨ªa. Las reivindicaciones van m¨¢s all¨¢ del expediente de regulaci¨®n de empleo. Los sindicatos exigen la implicaci¨®n de la Generalitat en la reindustrializaci¨®n del Llu?an¨¨s. Esta comarca, que presenta grandes d¨¦ficit en infraestructuras y oferta laboral, quedar¨¢ muy mal parada por el cierre de Puigner¨®.

El cierre de la fabrica de Puigner¨® en Prats de Llu?an¨¨s es un duro golpe para muchas de las familias del municipio. Ubicada en la subcomarca del Llu?an¨¨s, al oeste de la comarca de Osona, con infraestructuras viarias m¨ªnimas y servicios escasos, Prats es una localidad donde las administraciones casi no han invertido y poco a poco ha quedado aislada de los principales n¨²cleos urbanos de los que depende, como Vic y Manresa, ciudades con las que ni tan s¨®lo est¨¢ comunicada por transporte p¨²blico.

La oferta laboral de Prats m¨¢s all¨¢ de Puigner¨® es pr¨¢cticamente inexistente. "El Ayuntamiento nunca se ha preocupado de fomentar la creaci¨®n de puestos de trabajo porque con Puigner¨® ya ten¨ªa cubierta la oferta de mano de obra. Era lo mejor que hab¨ªa, el gran gigante que nunca se caer¨ªa, y mira ahora: cuanto m¨¢s alto subes, m¨¢s fuerte te la pegas", explica una de las trabajadoras afectadas por el cierre. Un compa?ero a?ade: "Val¨ªa m¨¢s tener cuatro gallinas que una grande, porque se nos ha muerto la gallina y nos hemos quedado sin nada". Sus historias, como las de muchos en la f¨¢brica, son casi paralelas.

Ella, de familia de tradici¨®n textil originaria de un pueblecito del Bergued¨¤, de donde march¨® cuando la f¨¢brica donde trabajaba cerr¨®, se traslad¨® a Prats con su marido porque Puigner¨® buscaba tejedoras y contramaestres. Ahora hace 22 a?os. "Trabajamos horas extras sin cobrar cuando la empresa tuvo sus primeros problemas econ¨®micos, en 1983. Empez¨¢bamos a cobrar a plazos una paga y al terminar los plazos ya nos deb¨ªan otra. Pero conserv¨¢bamos el empleo y eso nos parec¨ªa suficiente. Siempre hemos mirado por el bien de la empresa porque nos parec¨ªa que Pepito [el due?o de la empresa, Josep Puigner¨®] era como de la familia, pero cuando se ha girado la tortilla, ha cerrado la puerta de su casa y a nosotros nos ha dejado fuera". "Hace a?os ten¨ªa una peque?a empresa textil, pero cuando Puigner¨® empez¨® a reventar precios y a tirar el g¨¦nero regalado, acab¨® con la competencia", dice otro empleado. Cuenta que en Aviny¨® eran 32 tejedores a mano, de los que actualmente s¨®lo queda uno.

Son duras las palabras que le dedican al director de la empresa, Pere Punt¨ª, quien accedi¨® al cargo poco antes de estallar la crisis de la empresa: "Ha venido a cerrar las f¨¢bricas, a salvar el patrimonio de Puigner¨® y a sacar al personal a la calle con una patada en el culo y el m¨ªnimo gasto posible".