"Sea usted intenso"
El poeta Francisco Brines habla a un p¨²blico adolescente de su gusto por la luz que cae y de la inmortalidad del ni?o
Parece que no es una cuesti¨®n de g¨¦nero. El hecho de ser poeta no implica un tratamiento diferenciado. El p¨²blico formado por estudiantes adolescentes de varios institutos valencianos recibi¨® ayer de igual modo al poeta Francisco Brines que a los novelistas Manuel Vicent o Manuel Rivas, que participaron en sesiones precedentes de la campa?a de animaci¨®n a la lectura. Cuando Brines hizo acto de presencia en la ayer glacial iglesia de la Biblioteca Valenciana, los cerca de 400 estudiantes volvieron a prorrumpir en aplausos, v¨ªtores, jadeos, gritos e incluso alg¨²n sector se aventur¨® a trazar la ola, interrumpida a causa de la severidad de algunas miradas. Como si de una estrella del pop se tratara. Otro gallo cantar¨ªa si los alumnos fueran capaces de recitar algunos versos el Premio Nacional de las Letras 1999 en vez de las letras de los ¨²ltimos productos de Operaci¨®n triunfo. O no. Qui¨¦n sabe.
"Escribo poco. Soy bastante indolente y tambi¨¦n avaro, porque rompo poco"
De lo que no hay duda es de que Brines sabe de poes¨ªa y lo demuestra sin ninguna afectaci¨®n o manifestaci¨®n de impostura, con honestidad y hondura. El p¨²blico dio la sensaci¨®n de apreciarlo, porque en su mayor¨ªa sigui¨® respetuosamente la charla del poeta, quien contest¨® de usted a todos los intervinientes.
Como al adolescente que le record¨® unas declaraciones en las que dec¨ªa que lo m¨¢s importante es vivir la vida intensamente. ?Vive usted as¨ª, sigue el carpe diem?, vino a inquerir el joven. ?Y usted no opina lo mismo, que hay que vivir intensamente?, le contest¨® sorpresivamente el poeta valenciano nacido en 1932. El estudiante pareci¨® azorado unos instantes antes de responder con un "seg¨²n". El alborozo se adue?¨® de la nave central de la iglesia. Pues "sea usted intenso", apel¨® Brines mientras sonre¨ªa y antes de se?alar que la "vida es una mezcla de intensidad y rutina y hay demasiados momentos aburridos". Coment¨® que el amor y su b¨²squeda ofrecen la mayor intensidad y el hombre, que es tiempo, siempre va en busca de la intensidad, como el que lee poes¨ªa.
?Por qu¨¦ utiliza tanto la met¨¢fora de la ca¨ªda de la luz? le pregunt¨® otro joven, tambi¨¦n sentado en las primera filas. "Entre otras cosas porque no soy madrugador". M¨¢s seriamente a?adi¨® que el d¨ªa tiene dos crep¨²sculos, el matinal y el vespertino y ¨¦l vive "sobre todo el segundo". La luz de la ma?ana es "agria", pero la luz que cae, la del "acabamiento del vivir", es la que alumbra la existencia. Cualquier "cosa es bell¨ªsima al atardecer, incluso un erial o un basurero".
La sensaci¨®n de p¨¦rdida impregna toda la poes¨ªa de Brines. "Perdemos nuestra raz¨®n natural cuando dejamos de ser un ni?o, que es inocente, que se cree inmortal", explic¨®. Cuando se crece hay "cambio de naturaleza, se deja de ser inmortal y sin merecerse uno se cree culpable no s¨¦ de qu¨¦", a?adi¨® el poeta.
?Cu¨¢nto tiempo dedica a escribir poes¨ªa? "Escribo poco. Soy bastante indolente y tambi¨¦n avaro, porque rompo poco", contest¨® al tiempo que matizaba que no es una cuesti¨®n de cantidad, sino de "sentir la necesidad" de escribir sin saber muy bien qu¨¦, como los periodos en que no puede dormir impelido por esa necesidad.
Cernuda, Aleixandre, Juan Ram¨®n, Neruda, los poetas ingleses, Unamuno, sus compa?eros de la generaci¨®n de los 50 -burgueses que escrib¨ªan "en contra de su clase", indic¨®- fueron evocados y convocados por el poeta valenciano en una sesi¨®n que Jessica Cabedo, alumna del instituto Rodrigo Botet de Manises, dijo que recordar¨ªa por lo que Brines hab¨ªa dicho sobre la intensidad de la vida.
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