Las palabras y las cosas
Lo que el teatro llamado de la palabra debe a Harold Pinter a partir de los a?os cincuenta es inconmensurable. El silencio se lo debe a Samuel Beckett, que formul¨® para la escena los silencios que ten¨ªa que decir antes de callar para siempre. Se dice que en Pinter tiene tanta importancia el silencio como la palabrer¨ªa que lo precede (que, no obstante, jam¨¢s llega a los niveles de fastidio de un Ionesco), cuando acaso ser¨ªa m¨¢s oportuno sugerir que el silencio adquiere en Pinter un significado subversivo a partir de las palabras que querr¨ªan silenciarlo. Es una simplicidad complicada. El gesto es cierto, pero la palabra que lo expresa no siempre es capaz de atender a todos sus matices, de modo que el decir enga?a, pero tambi¨¦n un gesto que no ser¨ªa comprensible sin la mediaci¨®n latente de la palabra.
Estaci¨® Vict¨°ria, La pen¨²ltima copa, Una Alaska particular, Celebraci¨®
De Harold Pinter, en versi¨®n de Carmen Castillo, Ferran Catal¨¤ y Carles Alfaro, por Moma Teatre en coproducci¨®n con Consorcio Salamanca 2002. Int¨¦rpretes, Isabel Rocatti, ?ngela Castilla, Enric Benavent, Ferran Catal¨¤, Inma Sancho, Juanjo Prats, ?lvaro B¨¢guena, Empar Canet, Albert Forner, Xus Romero (Voz en off). Vestuario, Joan Miquel Reig. Iluminaci¨®n, Espacio esc¨¦nico y Direcci¨®n, Carles Alfaro. Espai Moma. Valencia.
La pregunta es si un dramaturgo puede perpetuar la actitud que se supone al etn¨®logo, en la medida en que su conocimiento del lenguaje hablado, y pensado, le lleva a situarse en un territorio ambiguo que observa, para compartirlas, las contradicciones de una conducta humana que integra el silencio entre sus estrategias de ocultaci¨®n an¨ªmica una vez que est¨¢ al cabo de la calle respecto del valor de la palabra.
Distinto calibre
Una respuesta a todo eso puede ser este montaje de Carles Alfaro, nada menos que cuatro piezas de distinto calibre y diversa intenci¨®n en un solo espect¨¢culo. Por razones ajenas a mi voluntad no pude ver la ¨²ltima parte del espect¨¢culo, Celebraci¨®, que supongo pr¨®xima al mundo del gui¨®n de Accidente y a la compostura que se pierde bajo los efectos de un alcohol que potencia disposiciones previas. Cabe decir que Una Alaska particular ofrece a Isabel Rocatti la ocasi¨®n de demostrar sus poderes de actriz en el papel de una persona que sale de un coma cl¨ªnico de larga duraci¨®n, que Estaci¨® Vict¨°ria supone una muy ardua exposici¨®n de la soledad contempor¨¢nea a cuenta de una centralita de taxis donde ?ngela Castilla domina tanto la desesperaci¨®n como la comedia, y que La pen¨²ltima copa aparece como la condensaci¨®n de un interrogatorio policial sin garant¨ªas que requiere tal vez del pulso narrativo de un Polansky para llegar a buen puerto, pese al ajustado trabajo actoral de Albert Forner. En resumen, una nueva entrega pinteriana del programa que le dedica Espai Moma y en el que hasta ahora predomina, como es l¨®gico en teatro, el dominio de la palabra.
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