El 'imbroglio' italiano
Antonio Tabucchi, escritor, el lunes en el CCCB. T¨ªtulo de su conferencia (no demasiado original): Sostiene Tabucchi, por su c¨¦lebre novela Sostiene Pereira. Sobrio como el escritor de necrol¨®gicas del vespertino lisboeta que protagoniza su narraci¨®n, Tabucchi tiene cara de saber apreciar una buena tortilla a las finas hierbas. Su humor, un punto ¨¢cido, se halla al final de una seriedad que no esconde cierto aburrimiento de s¨ª mismo. Se dir¨ªa un antih¨¦roe, como Pereira, pero no es descartable que, presionado -Dios no lo quiera- por la situaci¨®n, acabara comport¨¢ndose como un h¨¦roe. Es decir, siendo un h¨¦roe. Como Pereira. Porque lo que Tabucchi-Pererira ha venido a pronunciar esta tarde en el CCCB es una aut¨¦ntica invettiva contra Berlusconi, como las de Dante contra el papa Bonifacio VIII.
Antonio Tabucchi arremete en el CCCB contra Berlusconi, al que acusa de haber vendido el Estado italiano
Sostiene Tabucchi que Italia -otrora referente democr¨¢tico, seg¨²n destac¨® en la presentaci¨®n Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n- camina a paso ligero hacia un r¨¦gimen que est¨¢ acabando con las libertades constitucionales. Valiente como Pereira, Tabucchi las suelta gruesas: sotiene que el ministro de Obras P¨²blicas es uno de los principales constructores del pa¨ªs, que hay subsecretarios del Ministerio de Justicia que en sus ratos libres defienden en los tribunales a mafiosos probados, que la mayor¨ªa de los canales televisivos y diarios se hallan bajo la f¨¦rula berlusconiana y que algunos de estos diarios est¨¢n dirigidos por personajes como Giuliano Ferrara, hijo de comunistas, educado en Mosc¨² y hoy entregado a la causa de la Casa de las Libertades, cuya comunidad de propietarios est¨¢ liderada por el presidente del Gobierno y que acoge a vecinos tan poco agradables de encontrarse en el ascensor como el ex neofascista Gianfranco Fini o el secesionista padano Umberto Bossi. "A la Lega de este ¨²ltimo pertenece el alcalde de Treviso, que recientemente ha declarado que a los inmigrantes habr¨ªa que dispararles como a los conejos". "Por cierto, en Il Foglio [el diario que dirige Ferrara] colabora asiduamente Adriano Sofri", a?ade Tabucchi, y s¨®lo los veteranos recordamos que este caballero hab¨ªa sido en tiempos (finales de la d¨¦cada de 1970) el gran l¨ªder carism¨¢tico de Lotta Continua. Jes¨²s.
No se detiene Tabucchi. Acusa directamente al presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, de no estarse oponiendo -¨¦l puede hacerlo, devolvi¨¦ndolas al Parlamento- a determinadas leyes de claro sesgo anticonstitucional, como la ley Cerami, que permite al acusado recusar al juez cuando ¨¦ste no le parezca "adecuado". Y ah¨ª entra el escritor en una somera descripci¨®n de la biograf¨ªa del personaje: "Se dice que Ciampi es la garant¨ªa de los valores de la Resistencia, pero yo no s¨¦ de d¨®nde sale esto. Yo he pedido su biograf¨ªa oficial y ah¨ª no sale nada de la Resistencia. ?l sigui¨® al general Badoglio cuando ¨¦ste acompa?¨® al rey V¨ªctor Manuel III camino del exilio, al final de la Rep¨²blica de Sal¨°". No parce un gran curr¨ªculo como resistente, en efecto.
?Uf! El maldito imbroglio italiano. Desde fuera, cuesta una barbaridad adentrarse en todos sus vericuetos. Poco antes de la Navidad, estuvo en Barcelona otro grande de la literatura italiana, Claudio Magris, y su an¨¢lisis de Ciampi proced¨ªa por otros derroteros. Sosten¨ªa Magris que el rearme institucional que ha emprendido el presidente de la Rep¨²blica -homenajes a la bandera, grandes desfiles militares en los Foros Imperiales: ?les suena a algo?- es una defensa in extremis de los valores del Estado que Berlusconi ha puesto en venta sin que se le tuerza la sonrisa Profid¨¦n. "A chi si creder¨¤?" (Da Ponte, Don Giovanni). Ni idea. Magris impulsa un movimiento, llamado Libertad y Justicia, que se dio a conocer en noviembre pasado y en el que tambi¨¦n militan -no se trata de un partido cl¨¢sico- gente como Umberto Eco, el periodista Enzo Biagi, el fil¨®sofo Giovanni Sartori y el empresario, ex patr¨®n de la Olivetti, Carlo de Benedetti. Gente seria, reserva moral de primer nivel democr¨¢tico. Y todav¨ªa habr¨ªa que a?adir otro movimiento, el de los llamados girotondi, que saca a la calle a millares de personas y a cuyo frente se halla el cineasta Nanni Moretti, cuya pel¨ªcula Caro diario satirizaba sobre la desuni¨®n de la izquierda con sa?a fin¨ªsima. Por no hablar del c¨®mico Roberto Benigni, que en televisi¨®n -?la RAI!- despacha el berlusconismo con un mon¨®logo surrealista que es un estilete clavado en el h¨ªgado del r¨¦gimen. No, esa Italia que fue referente de tantas cosas democr¨¢ticas, como recordaba Manolo, no puede haber desaparecido del mapa de un d¨ªa para otro.
En el CCCB, un joven, al final de la exposici¨®n, observa a Tabucchi que el an¨¢lisis que ha realizado es correcto, pero que la izquierda ya ha gobernado en Italia, con Massimo d'Alema como presidente del Gobierno -quien, por cierto, se visti¨® de tiros largos para canonizar a Escriv¨¢-, y que ¨¦l, el joven, no logr¨® descifrar en ese mandato ninguna iniciativa pol¨ªtica de izquierdas. Tabucchi, con cara de apreciar m¨¢s que nunca la tortilla a las finas hierbas, le responde que esa reclamaci¨®n debe hacerla ¨¦l, el joven, puesto que ¨¦l, el escritor, no es ning¨²n "intelectual de izquierdas", sino s¨®lo un "intelectual burgu¨¦s". Cuando ya nada se espera personalmente exultante, parece que en Italia queda todav¨ªa en pie un cierto impegno.
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