El asesinato de la raz¨®n

Probablemente nunca podamos comprender c¨®mo fue posible que en los a?os treinta Alemania, una de las naciones de cultura m¨¢s s¨®lidas de Europa, se entregara sin mayor resistencia a la barbarie nazi. Igual de estremecedoras se levantan para las nuevas generaciones las preguntas de hace cincuenta a?os: ?eran todos culpables?, ?c¨®mo pudo suceder que 65 millones de personas se convirtieran, de un d¨ªa para otro, en testigos mudos, en c¨®mplices, en asesinos?

Lion Feuchtwanger (M¨²nich, 1884-Santa M¨®nica, 1958) fue el primer escritor en plantear estas cuestiones en el marco de una ficci¨®n literaria. Cuando, en la primavera de 1933, Hitler fue nombrado canciller del Reich, el conocido autor del best seller hist¨®rico Jud¨ªo Sus, que hab¨ªa ridiculizado al F¨¹hrer en ?xito, se exili¨® en Francia y all¨ª escribi¨® en tres meses una novela con la que quer¨ªa alertar a la comunidad internacional sobre lo que estaba pasando en Alemania. Los hermanos Oppermann -publicada en oto?o del mismo a?o en Amsterdam con gran ¨¦xito inmediato, a pesar de que no se pod¨ªa vender en Alemania- indaga en lo que m¨¢s acuciaba a Feuchtwanger en ese momento: el fracaso de la burgues¨ªa liberal y de la inteligentsia alemanas a la hora de reconocer la amenaza nazi y de defender el Estado de derecho.

Cuatro hermanos y sus familias forman el n¨²cleo de una novela program¨¢tica, si bien no esquem¨¢tica en sus planteamientos. Cada miembro de este clan cohesionado y pr¨®spero representa una reacci¨®n distinta a la terrible coyuntura: Martin, el hombre de negocios, director de la afamada casa de muebles Oppermann, rechaza con dignidad y orgullo la humillante fusi¨®n con un competidor ario; Edgar, el cient¨ªfico, laring¨®logo de reputaci¨®n internacional, hace caso omiso a los acontecimientos, por considerar irrisora la "necia arbitrariedad de todas las teor¨ªas raciales"; Gustav, el homme de letres, estudioso de la obra de Lessing (¨¢lter ego del autor), cree tan firmemente en el poder de la raz¨®n que escapa de la detenci¨®n s¨®lo por los pelos. Su amor a la cultura alemana le hace volver clandestinamente para recoger testimonios del r¨¦gimen de terror. Klara, la hermana m¨¢s racional, se marcha a tiempo con su marido, un astuto financiero internacionalista, y ofrece cobijo a los dem¨¢s en su casa en Suiza. Los hijos adolescentes adoptan actitudes m¨¢s extremas. En un cort¨ªsimo lapso de tiempo, desde noviembre de 1932 hasta el verano de 1933, todos pierden sus hogares, su patria -algunos tambi¨¦n la vida- y son "barridos hacia los siete mares del mundo, hacia todos los puntos cardinales".

A pesar de la enorme repercusi¨®n de la novela, Feuchtwanger no estaba muy contento con su trabajo, que juzg¨® posteriormente demasiado marcado por las impresiones del momento. Aunque se nota, a veces, en la caracterizaci¨®n repetitiva de los personajes secundarios, que le falt¨® tiempo para repasar el manuscrito, su novela se benefici¨® de la frescura, del impulso vivo y de la tensi¨®n con la que fue escrita. Los hermanos Oppermann es, sin duda, la m¨¢s temprana, apasionada y, seg¨²n Klaus Mann, eficaz cr¨®nica sobre el asesinato de la raz¨®n en Alemania.