Los coches del tel¨®n de acero
El desv¨ªo de inversiones a los pa¨ªses del este de Europa pone en peligro una industria que supone el 6% del PIB espa?ol
Las empresas automovil¨ªsticas instaladas en Espa?a tienen asegurado su futuro a corto y medio plazo, gracias a las inversiones realizadas y a los niveles de productividad que han alcanzado; pero se encienden todas las luces de alarma cuando se observa un periodo de tiempo m¨¢s amplio. La amenaza de los pa¨ªses que se incorporan a la Uni¨®n Europea, m¨¢s cercanos a sus principales mercados y con mano de obra m¨¢s barata es, para algunos, el principio del f¨ªn de un sector que ha sido el motor de la industria espa?ola durante las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Los salarios medios en los pa¨ªses del centro y este de Europa -'Pecos'- son entre cinco y ocho veces menores que en Espa?a
La industria de componentes del autom¨®vil instalada en Catalu?a se reducir¨¢ en unos 2.000 puestos de trabajo en 2003
El grupo automovil¨ªstico franc¨¦s PSA -Peugeot-Citro?n- ha hecho p¨²blica estos d¨ªas su decisi¨®n de instalar en la ciudad eslovaca de Trnava, a 45 kil¨®metros de la capital, Bratislava, una nueva f¨¢brica que dar¨¢ trabajo a 3.500 empleados con capacidad para producir unos 300.000 veh¨ªculos anuales a partir de 2006.
Hace apenas nueve meses el presidente del grupo, Jean-Martin Folz, junto con el de Toyota, Fujio Cho, pon¨ªan la primera piedra de otra planta, esta vez en la Rep¨²blica Checa, a 60 kil¨®metros de Praga. En ambos casos se instalar¨¢ la plataforma 1, con la que se producen turismos utilitarios del segmento del C3, de Citro?n que se fabrica en Espa?a y del futuro 107 de Peugeot.
La decisi¨®n se ha producido en el momento en que empiezan a materializarse las consecuencias del traslado parcial -10%- de la producci¨®n del Seat Ibiza a las instalaciones de Volkswagen en Bratislava. Una decisi¨®n que para muchos supone m¨¢s una demostraci¨®n de fuerza -por su elevado coste- y un ¨®rdago ejemplarizante para tratar de cambiar las reglas de juego ante la nueva situaci¨®n que se plantea con la incorporaci¨®n a la Uni¨®n Europea a mediados del pr¨®ximo a?o de los 10 nuevos candidatos.
Antecedentes
Se trata de una situaci¨®n parecida a la que se ha desarrollado en Espa?a en d¨¦cadas pasadas con la llegada de las norteamericanas Ford y General Motors, y las importantes inversiones realizadas en las instalaciones m¨¢s antiguas de Renault, Peugeot, Citro?n, o en la nueva planta de Seat, en Martorell.
Y es que, a pesar de que los costes laborales suponen s¨®lo el 10% de los costes de fabricaci¨®n, estas diferencias, junto al ahorro que supone la mayor proximidad a los principales mercados de destino -Alemania y Francia- justifica el desv¨ªo de las inversiones hacia los denominados Pecos -pa¨ªses del Este y del centro de Europa-, con retribuciones salariales entre cinco y ocho veces inferiores a las espa?olas.
En realidad, se trata de un problema m¨¢s amplio. No es exclusivo del sector automovil¨ªstico. El riesgo de que se desv¨ªen all¨ª las nuevas inversiones es un fen¨®meno que afecta a muchos procesos industriales. Pero en este caso se trata de una actividad que en Espa?a supone m¨¢s del 6% del producto interior bruto (PIB), el 25% de las exportaciones totales, m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n activa, y aporta a las arcas del Estado m¨¢s de 20.000 millones de euros, v¨ªa impuestos. Un sector controlado por los grandes grupos multinacionales y situado en el centro del hurac¨¢n globalizador.
Los incentivos fiscales que ofrecen los Pecos para las firmas que se instalen en sus territorios, suponen la guinda a este pastel de cuyos encantos dif¨ªcilmente se librar¨¢n los grupos con intenciones expansionistas. Mientras que en la Uni¨®n Europea las ayudas al sector del autom¨®vil oscilan entre el 4% y el 8% de la inversi¨®n, en estos pa¨ªses se ha fijado una limitaci¨®n del 30% y el 2008 como fecha l¨ªmites
"No nos queda m¨¢s remedio que reaccionar. O nos ponemos en forma, o nos ponen fondones", se?ala el responsable de una organizaci¨®n sectorial espa?ola.
Los programas actuales de producci¨®n y los elevados ¨ªndices de productividad de las plantas espa?olas les aseguran carga de trabajo para el pr¨®ximo lustro. El problema aparece a la hora de renovar los modelos que se fabrican en la actualidad. En ese momento, adem¨¢s, se supone que los principales pa¨ªses candidatos habr¨¢n potenciado sus econom¨ªas, algo que para Miguel Aguilar, responsable econ¨®mico de la Asociaci¨®n Nacional de Fabricantes de Autom¨®viles y Camiones (Anfac), ¨¦ste es un factor decisivo: "la rapidez con que los Pecos incrementen su poder adquisitivo y su capacidad de adquirir bienes es fundamental".
Tampoco es la primera vez que la industria automovil¨ªstica instalada en Espa?a atraviesa una situaci¨®n dif¨ªcil y ha sabido sobreponerse a casi todas ellas, aunque en el camino han quedado las escasas producciones de car¨¢cter nacional. Con la apertura del mercado espa?ol tras la dictadura y la incorporaci¨®n a la Uni¨®n Europea, no fueron pocos los que se?alaron que esta industria ten¨ªa los d¨ªas contados, ya que hab¨ªa nacido y crecido al amparo de un sistema proteccionista.
Pero no ha sido as¨ª. M¨¢s bien todo lo contrario. De momento, Espa?a sigue siendo el tercer fabricante europeo de autom¨®viles y el sexto del mundo. Y es el mayor productor de veh¨ªculos industriales de la Uni¨®n Europea. Seg¨²n un informe de la Secretar¨ªa de Automoci¨®n de la Federaci¨®n Minerometal¨²rgica de Comisiones Obreras, la producci¨®n espa?ola mantiene una buena posici¨®n en materia de calidad y productividad, pero con unos d¨¦ficit importantes, como son "el car¨¢cter perif¨¦rico de nuestro pa¨ªs y la falta de infraestructuras adecuadas que faciliten el transporte por ferrocarril hasta el centro de Europa, lo que incrementa los costes log¨ªsticos (3% del coste de fabricaci¨®n y 6% del coste de venta) ; y que los centros de decisi¨®n se encuentren fuera de Espa?a, lo que afecta a decisiones relacionadas con nuevas inversiones -el promedio de vida de un modelo es de unos seis a?os-. A lo que habr¨ªa que a?adir los efectos del exceso de capacidad de producci¨®n instalada en Europa".
Recuperaci¨®n en marcha
Este ¨²ltimo aspecto es tambi¨¦n relativo, seg¨²n Aguilar, ya que con una recuperaci¨®n econ¨®mica importante no tendr¨ªa un car¨¢cter estructural. Una recuperaci¨®n que, al margen de acontecimientos de gran envergadura como el conflicto de Irak, est¨¢ ya en marcha seg¨²n algunas fuentes consultadas.
Para Fernando Dorniellas, presidente de Chrysler-Jeep Iberia, nunca ha habido una crisis burs¨¢til internacional tan larga como la provocada por el crash de 1929. Dur¨® cuatro a?os y en esta ocasi¨®n ya llevamos tres, por lo que es de esperar que ¨¦ste sea un ejercicio positivo.
Junto a la adaptaci¨®n a la situaci¨®n que plantea la incorporaci¨®n de los Pecos, el sector se enfrenta seg¨²n Dorniellas, a otro reto importante, como es la armonizaci¨®n de precios en la Uni¨®n Europea como consecuencia del establecimiento de la moneda ¨²nica. "Espa?a es uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n con menor renta per c¨¢pita y con mayor presi¨®n fiscal sobre el autom¨®vil, lo que provocar¨¢ una subida de precios". Aunque de momento han mantenido un crecimiento por debajo de la inflaci¨®n, a pesar de las mejoras tecnol¨®gicas que se han ido incorporando en todos los modelos.
Tambi¨¦n hay quienes ven la botella medio vac¨ªa. Incluso algunos pesos pesados como la Comisi¨®n Europea que, en su informe de diciembre y contradiciendo sus previsiones de oto?o, auguraba un crecimiento negativo de la econom¨ªa para los primeros meses de este a?o.
En el ¨¢mbito automovil¨ªstico se extiende el pesimismo. Seg¨²n un estudio presentado por la consultora KPMG en el Sal¨®n de Detroit, los directivos encuestados han incrementado sus dudas sobre la recuperaci¨®n de esta actividad. ?nicamente el 8% de los encuestados cree que se iniciar¨¢ este a?o. La mayor¨ªa, cerca del 60%, lo aplaza a 2004.
Por su parte, el banco de negocios UBS Warburg, se?ala que las ventas de autom¨®viles en Espa?a caer¨¢n un 6,2% este a?o, tres veces m¨¢s que en el resto de Europa. Por su parte, Anfac, con el crecimiento econ¨®mico previsto por el Gobierno del 3%, superior al del FMI, 2,5%, prev¨¦ una ca¨ªda del 0,1% de las matriculaciones en Espa?a. La patronal de los concesionarios, Faconauto, aumenta incluso ese descenso hasta el 3,2%.
Libro Blanco
Unas cifras que de cualquier manera no van a influir notablemente en la evoluci¨®n de las instalaciones espa?olas que tienen asegurado su futuro a corto y medio plazo, pero que deben mejorar seg¨²n el borrador del Libro Blanco encargado por el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa. En ¨¦l se auguran cierres no s¨®lo de talleres, concesionarios y empresas proveedoras, se ampl¨ªa el cese de actividad incluso a alguna de las plantas de montaje. "Las cosas est¨¢n dif¨ªciles, pero demasiado pesimismo llevar¨ªa a la par¨¢lisis", se?ala Miguel Aguilar.
A finales del pasado a?o, el ministro de Ciencia y Tecnolog¨ªa, Josep Piqu¨¦, avisaba tambi¨¦n en una comparecencia en el Senado del riesgo de extensi¨®n de movimientos semejantes al del traslado de la producci¨®n de Seat a Bratislava. En declaraciones posteriores a este peri¨®dico se?alaba que el sector automovil¨ªstico deber¨ªa seguir los pasos del textil hace algunos lustros: innovar, invertir en I+D, en dise?o... pero, sobre todo, aumentar la flexibilidad en las relaciones laborales. ?sa parece ser la madre del cordero al que se enfrenta en estos momentos la industria automovil¨ªstica espa?ola. Aunque tambi¨¦n hay otras propuestas como la de aumentar el valor a?adido de los coches producidos en Espa?a, es decir desplazar la producci¨®n hacia coches de gamas m¨¢s altas. Pasar del Focus al Mondeo, del Corsa al Vectra, del Clio al Laguna... Algo que, en principio, no parece muy sencillo, aunque la Administraci¨®n espa?ola deber¨ªa favorecer estas decisiones empresariales, seg¨²n Fernando Dorniella.
Para Miguel Aguilar, sin embargo, una decisi¨®n de este tipo exigir¨ªa un cambio importante en los par¨¢metros actuales. Y habr¨ªa que asegurar los resultados, ya que este tipo de veh¨ªculos quiz¨¢s exija muchas m¨¢s importaciones de componentes. El ejemplo de la industria brit¨¢nica tampoco es muy enriquecedor en ese sentido.
Pero en lo s¨ª parece estar casi todo el mundo de acuerdo es en la necesidad de acrecentar la flexibilidad laboral. "No en salarios, pero s¨ª en horarios, turnos, etc¨¦tera", seg¨²n Piqu¨¦. En unas jornadas celebradas recientemente en Barcelona se?al¨® que "los sindicatos deben saber que est¨¢n compitiendo con los sindicatos de otros pa¨ªses y no con sus directivos". Y a?adi¨® que el Gobierno facilitar¨¢ la interlocuci¨®n y las posibles adaptaciones a la normativa laboral, recogiendo el pa?uelo lanzado en esas mismas jornadas por los m¨¢ximos responsables de Renault y Seat, Juan Antonio Fern¨¢ndez Sevilla y Andreas Schleef, reclamando la reforma del Estatuto de los Trabajadores para poner fin a los l¨ªmites de la contrataci¨®n temporal y aumentar la flexibilidad.
Se trata de reivindicaciones conocidas ante las que la Federaci¨®n Minerometal¨²rgica de Comisiones Obreras considera que "es el momento oportuno para que los ministerios de Ciencia y Tecnolog¨ªa y de Trabajo, las multinacionales del autom¨®vil y los sindicatos hagan realidad la configuraci¨®n de una mesa para debatir las circunstancias que rodean al sector".
Y recuerda, en este sentido, la creaci¨®n a principios del a?o pasado del Observatorio para la Industria, con presencia del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa y los sindicatos, con el objetivo de analizar las perspectivas del sector como consecuencia de la evoluci¨®n tecnol¨®gica, el mercado y la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea.
El dilema entre flexibilidad y seguridad en el empleo va a protagonizar, sin duda, todos los debates que se planteen sobre las perspectivas a medio y largo plazo de un sector en el que parece que cada uno de los implicados quiere hacer la guerra por su cuenta.
El frente de Catalu?a
No ha empezado bien el a?o para la industria de componentes en Catalu?a. El traslado de la producci¨®n del Ibiza ha sido un detonante importante pero no es el ¨²nico. Nissan y Mercedes han anunciado asimismo el ajuste de sus producciones. Y algunas de las empresas proveedoras han empezado su desplazamiento a los pa¨ªses del centro y este de Europa.
Tras el cierre de Lear, el a?o pasado, la principal empresa espa?ola del sector de componentes, Ficosa, ha anunciado tambi¨¦n el cierre de su panta en Rub¨ª, Valeo el de sus instalaciones en San Esteve Sesrovires, Magneti Marelli prepara un expediente de regulaci¨®n de empleo en Santpedor, Bosch ha recortado sus empleos en Castellet i la Gornal... Para M¨¢ximo Banco, secretario de automoci¨®n de la Federaci¨®n Minerometal¨²rgica de CC OO, "el ambiente general es de falta de expectativas y muy preocupante ya que detr¨¢s de de esas grandes firmas hay un n¨²mero muy importante de peque?as empresas cuyas dificultades y cierres no salen a la luz".
Seg¨²n distintas fuentes, este a?o la industria de componentes del autom¨®vil podr¨ªa perder m¨¢s de 2.000 empleos s¨®lo en sus instalaciones de Catalu?a.
"Parece que hay una clara imprecisi¨®n sobre las estrategias de futuro y eso genera problemas adem¨¢s de crear un clima de inestabilidad que desde luego no ayuda a que puedan concretarse nuevos proyectos" se?ala M¨¢ximo Blanco.
A vueltas con la innovaci¨®n
Uno de los aspectos claves a tener en cuenta a la hora de estudiar el futuro de la industria del autom¨®vil en Espa?a y de las repercusiones que puede tener la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea es sin duda la calidad y cantidad de las inversiones que se realizan en investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n.
C¨®mo lo es la naturaleza de las plantas que se instalen en aquellos pa¨ªses, ya que su incidencia en la industria espa?ola no es la misma si se trata de simples plantas de ensamblaje, -CKD- o de instalaciones con un mayor grado de integraci¨®n con motores, presas, parque tecnol¨®gico, etc¨¦tera...
En cualquier caso Espa?a es, cada vez m¨¢s, un pa¨ªs de componentes como lo demuestra el hecho de que durante los ¨²ltimos a?os se han trasvasado unos 20.000 empleos de las plantas de ensamblaje y producci¨®n de los fabricantes a la industria auxiliar.
En el periodo transcurrido entre entre 1991 y 2001 las plantillas de la industria de componentes en Espa?a ha aumentado en un 35%, mientras que las de los fabricantes ha disminuido un 21%. En el primer caso supone un incremento anual medio del 3,2% y en el segundo una reducci¨®n del 2%.
Considerando el sector en su totalidad supone un aumento del empleo en 46.000 trabajadores ya que mientras que la industria de componentes se incrementaba en 66.000 nuevos empleos, los fabricantes reducian sus plantillas en 20.000 puestos de trabajo.
Para el responsable econ¨®mico de Anfac, Miguel Aguilar, "la pol¨ªtica de apoyo a la innovaci¨®n hay que centrarla m¨¢s en los procesos porque en los productos ya estamos fuera.
La mayor parte de nuestro valor a?adido se encuentra en productos que se han pensado y desarrollado fuera." Por su parte, en CC OO consideran que nuestra industria contin¨²a sin realizar los esfuerzos suficientes en inversi¨®n dirigida a la I+D, "estrategia imprescindible para garantizar la superviviencia de la industria y la competitividad de la econom¨ªa."
No cabe duda que tambi¨¦n en este sector el esfuerzo realizado por los cuatro grandes con el correspondiente desarrollo tecnol¨®gico est¨¢ muy lejos de los t¨ªmidos presupuestos espa?oles en I+D. Para los responsables sectoriales de CC OO hay tambi¨¦n otros aspectos como "la debilidad e inestabilidad de la financiaci¨®n empresarial y la reducci¨®n de la atenci¨®n por parte de las Administraciones P¨²blicas, as¨ª como el menor aprovechamiento de la capacidad del sistema p¨²blico de investigaci¨®n" que inciden directamente en la situaci¨®n actual.
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