Luces y sombras de la selecci¨®n
Espa?a sorprendi¨® con una quinta plaza en Mosc¨² 80, no logr¨® su primera medalla hasta el Europeo 96, y sigue en blanco en el Mundial
"Las cosas no llegan nunca por s¨ª solas", asegura Juan de Dios Rom¨¢n, el seleccionador que gan¨® las primeras cinco medallas del balonmano espa?ol. "Todo es fruto de un intenso trabajo anterior y de una serie de circunstancias que confluyen". La historia del balonmano espa?ol es rica en luces y sombras, en euforias y desastres, en l¨¢grimas de alegr¨ªa y de desespero. Pero esta historia empez¨® a escribirse de otra forma a partir de 1996, cuando con Rom¨¢n en el banquillo, el equipo espa?ol logr¨® en cuesti¨®n de seis meses sus dos primeras medallas: la plata en el Europeo de Espa?a y el bronce en los JJOO de Atlanta. Aquellos dos ¨¦xitos confirmaron que, al fin, Espa?a se hab¨ªa instalado en la ¨¦lite. Pero la selecci¨®n sigue con la asignatura pendiente de lograr una medalla en un Mundial. Ayer, no rompi¨® esa barrera.
En las vitrinas de la selecci¨®n reposan cinco medallas, dos de plata y tres de bronce
Todo empez¨® en 1980 en Mosc¨². Espa?a lleg¨® all¨ª tras haber ganado su plaza en el Mundial B de 1979 que concluy¨® en el Palau Blaugrana con una exhibici¨®n de Cecilio Alonso y el malogrado Goyo. "Exist¨ªa ilusi¨®n", recuerda Emilio Alonso, que dirig¨ªa entonces la selecci¨®n junto a Domingo B¨¢rcenas. "Pero Espa?a contaba todav¨ªa poco en el contexto internacional. Sin embargo, logramos algunas victorias importantes y acabamos quintos, tras ganar por primera vez a Yugoslavia en una competici¨®n oficial". Aquello fue un ¨¦xito sin precedentes y bastante sorprendente. Pero ya all¨ª, en aquel primer aviso importante, Espa?a vivi¨® tambi¨¦n su primer v¨ªa crucis cuando Cuba, un equipo fuerte pero que apenas contaba, les empat¨®. "De hecho", agrega Alonso, "el partido estaba perdido. Pero en un golpe franco, a un jugador cubano no se le ocurri¨® nada m¨¢s que botar el bal¨®n. Iban ganando por uno. Le pitaron dobles y en los 20 segundos que quedaban empatamos el partido". "Fue un toque de atenci¨®n", comenta L¨®pez Balcells, uno de los mejores pivotes que ha tenido el balonmano espa?ol. "En realidad, la posibilidad de medalla la hab¨ªamos perdido ya ante la RDA".
Aquel quinto puesto qued¨® instalado ah¨ª, como un espejismo, hasta que en 1986, en el Mundial de Suiza, Espa?a logr¨® el primer gran resultado de su historia en un Mundial, ?quinto! "S¨ª", reconoce Juan de Dios, "es cierto que la clasificaci¨®n nos lleg¨® gracias un gol de Cabanas en los ¨²ltimos segundos de un partido decisivo ante Polonia. Pero para m¨ª aquel campeonato supuso la entrada en la ¨¦lite mundial de Espa?a. No s¨®lo por el quinto puesto, sino porque por primera vez se gan¨® una clasificaci¨®n directa para unos Juegos". Lo cierto es que a partir de entonces Espa?a pareci¨® abonada a los quintos puestos. Repiti¨® esta clasificaci¨®n en los Mundiales de Checoslovaquia (1990) y Suecia (1993), en los JJOO de Barcelona (1992) y en el primer Europeo, Croacia (1994).
En Suecia, con Valero Rivera de seleccionador, Espa?a estuvo a 15 segundos de disputar la final. "Lo hab¨ªamos ganado todo y nos enfrent¨¢bamos a Francia para acceder a la final", recuerda Masip, central de aquella selecci¨®n. "Llev¨¢bamos bien el partido, con ventajas de 4 y 5 goles. Pero en los ¨²ltimos minutos todo cambi¨®. A pocos segundos del final est¨¢bamos empatados, en la final. Pero perdimos por uno y sufrimos tal decepci¨®n que al d¨ªa siguiente ca¨ªmos ante Suiza. Al final, quintos. Nos hizo mucho da?o". Lo peor, sin embargo, lleg¨® en el Mundial de Islandia 95, porque de mantener una l¨ªnea de regularidad, Espa?a cay¨® hasta el 11? lugar.
Pero luego llegaron las medallas. "Ah¨ª coincidi¨® todo", explica Rom¨¢n, que en 1996 volvi¨® a coger la selecci¨®n. "Sali¨® el fruto de muchos a?os de trabajo en la base, de una selecci¨®n junior excelente que se uni¨® a los jugadores de la generaci¨®n del 68 y anterior, se sum¨® tambi¨¦n la mayor profesionalizaci¨®n de los clubes, que aportaron a la Liga a varios de los mejores jugadores mundiales y, por otra parte, la nacionalizaci¨®n de Duisheb¨¢ev (1995)". Result¨® un conglomerado explosivo. Porque Espa?a comenz¨® a estar habitualmente en las medallas: Plata en los Europeos de Espa?a (1996) e Italia (1998), y Bronce en los JJOO de Atlanta (1996) y Sydney (2000) y en el Europeo de Croacia (2000).
Sin embargo, quedaba una asignatura pendiente: los mundiales. "En Egipto (1999)", llora Barrufet, el portero, "nos robaron el partido. A falta de 5 segundos para el final, sal¨ª para cortar un contraaque de Rusia y, con la posici¨®n ganada, me pitaron falta y me excluyeron dos minutos. Fue una injusticia y los ¨¢rbitros lo reconocieron al final. Pero gracias a aquella jugada Rusia marc¨® el gol de la victoria. Y despu¨¦s, est¨¢bamos ya demasiado tocados para ganar a Yuoslavia, a pesar de que ten¨ªa a varios jugadores lesionados". Espa?a acab¨® cuarta y fue la mejor clasificaci¨®n mundialista de su historia.
Ayer, la selecci¨®n de C¨¦sar Argil¨¦s no logr¨® superar aquel list¨®n.
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