'Mac guffin'
Pasado ma?ana, una vez que Washington haya presentado las supuestas pruebas inculpatorias contra Irak, el presidente Aznar se dignar¨¢ comparecer ante el Congreso para anunciar su decisi¨®n unilateral de sumar nuestro pa¨ªs a la agresi¨®n b¨¦lica que el presidente Bush, con cobertura seudojur¨ªdica de la OTAN y la ONU o sin ella, se propone perpetrar contra el pueblo iraqu¨ª.
No hay derecho, pues se trata de una pura injusticia arbitraria. La acusaci¨®n que pesa contra Irak es constituir una grave amenaza contra la paz, lo que se espera demostrar con pruebas sin garant¨ªas. Lo cual es una falacia, pues la paz mundial est¨¢ mucho m¨¢s amenazada por la nueva estrategia estadounidense que se funda en las guerras de agresi¨®n preventiva, absolutamente ileg¨ªtimas seg¨²n el dictamen universalmente aceptado de Michael Walzer, en su libro Guerras justas e injustas (Paid¨®s, 2001, p¨¢ginas 119 a 130).
Hace 12 a?os, cuando el padre de Bush organiz¨® la primera guerra contra Irak, con apoyo formal del Gobierno de Gonz¨¢lez, la opini¨®n p¨²blica espa?ola -y europea- se dividi¨® ante la cuesti¨®n. Entonces particip¨¦ en el debate defendiendo la plena legitimidad de aquel ataque, pues contaba con la cauci¨®n de la ONU, respetaba el derecho internacional y constitu¨ªa una respuesta proporcional y necesaria para reparar la previa agresi¨®n injustificable del Ej¨¦rcito iraqu¨ª contra Kuwait. Pero el actual ataque que Bush prepara con ayuda de amigos como Aznar es absolutamente injustificable, pues no es respuesta a ninguna provocaci¨®n previa. S¨®lo se trata de una pura y simple agresi¨®n arbitraria. Pero cuenta con falaces precedentes.
Hace cuatro a?os, para tapar el esc¨¢ndalo Lewinsky, que le llev¨® a ser recusado por la C¨¢mara de Representantes, el presidente Clinton organiz¨® otra guerra multinacional de agresi¨®n: esta vez en Kosovo, contra Serbia y con bombardeos masivos. Tambi¨¦n entonces la opini¨®n espa?ola y europea se dividi¨®, pero esa vez me declar¨¦ contra la guerra, y no porque la apoyase Aznar -tambi¨¦n la apoyaba el socialista Solana, a la saz¨®n secretario general de la OTAN-, sino porque no contaba con autorizaci¨®n de la ONU, pues el Consejo de Seguridad no la aprob¨®, tras el veto de Rusia. As¨ª que la guerra injusta de Clinton se hizo bajo el paraguas de la OTAN, violando el derecho internacional y sentando un grav¨ªsimo precedente de inseguridad jur¨ªdica. Despu¨¦s, para Bush hijo, todo ha sido coser y cantar, declarando guerras unilaterales de castigo -primero Afganist¨¢n, ahora Irak- y bombardeando masivamente a la poblaci¨®n civil.
?Qu¨¦ va a pasar? Por supuesto, las pruebas en que se van a basar Bush y Blair, Aznar y Berlusconi, para declarar su injusta guerra de agresi¨®n no son m¨¢s que una coartada ama?ada. O mejor dicho: un mac guffin -por este nombre se conoce el se?uelo narrativo con que Hitchcock iniciaba sus pel¨ªculas para atraer y distraer la atenci¨®n, pues luego la trama discurr¨ªa por otros derroteros-. Como se trata de una guerra espect¨¢culo (Michael Mann), hace falta un gui¨®n narrativo, y la prevenci¨®n del mal es una excusa que podr¨ªa funcionar. Pues todo parece indicar que los escr¨²pulos de Francia tambi¨¦n son un mac guffin, pues no creo que vete la guerra, que as¨ª se llevar¨¢ a cabo con la posible abstenci¨®n del eje Par¨ªs-Berl¨ªn.
?Por qu¨¦ precisan ocultarse tras un mac guffin? Pues porque no pueden confesar la verdad, que no es tanto el petr¨®leo -esto forma parte de la verdad, pero no es toda la verdad- como la voluntad de poder. Se trata de hacer una exhibici¨®n unilateral de fuerza sin provocaci¨®n previa, para demostrar que poseen el monopolio de la iniciativa pol¨ªtica que los dem¨¢s se ven obligados a consentir sin posible resistencia. Es el soberanismo arbitrario a lo Karl Schmitt, que Bush ejerce a escala global y Aznar a escala tanto nacional -para forzar al PSOE a consentir- como quiz¨¢ regional, pugnando por hacerse con el proconsulado de la futura presidencia europea.
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