El Bar?a sale de la UVI
Aunque Gaspart ha tardado mucho en decidirse (se va antes de que le echen), renunciar a su cargo y convocar elecciones son las mejores medidas que ha tomado. Por una vez que hace lo que muchos socios quieren, hay que felicitarle por rendirse a una presi¨®n a la que ¨¦l ha contribuido m¨¢s que nadie. Quedan cabos por atar pero hay que aplaudir la reacci¨®n anunciada en una alocuci¨®n que contuvo los mejores matices del estilo Gaspart: generosidad, solemnidad, franqueza y una latente iron¨ªa en ciertos momentos de un discurso guiado por una ret¨®rica confusa. No es l¨®gico que los corresponsables del desconcierto no se unan al cese, es cierto, pero hay que recordar que algunos directivos intentaron racionalizar el ca¨®tico proceder de Gaspart y que, en una primera fase, la reforma se impone a la ruptura que pueda apuntar el futuro. La mezcla de mutaci¨®n nu?ista y empanada unitaria lastr¨® los buenos deseos del presidente, un cul¨¦ que ha demostrado ser mejor hincha que directivo. ?Su peor error? Fichar a Van Gaal, aunque atribuirle la culpa al holand¨¦s ser¨ªa simplificar un proceso que se inici¨® antes de que N¨²?ez se fuera y eligiera a Gaspart como sucesor sin prever que se patear¨ªa su herencia.
La transici¨®n ordenada (eufemismo que define la tregua) nos libera del dramatismo que identifica el gaspartismo. Se corre un tupido velo sobre las presiones que han sacudido el subsuelo cul¨¦, sobre c¨®mo algunos t¨®tems del oasis catal¨¢n (empresarios, banqueros, pol¨ªticos) han mostrado su inquietud, generando una ola que ha acabado en maremoto. No se aclara si el oscurantismo y el despilfarro se perpetuar¨¢n bajo otro disfraz, pero lo anunciado por Gaspart suena bien. Antes de lanzarse a una jaur¨ªa electoral en el que todo vale, convendr¨ªa pensar en el club y animar al equipo. La dimisi¨®n de Salvador Alemany fue la decisiva. Y dej¨® un mensaje l¨²cido: "No puede ser que el protagonismo lo tengan los directivos y los que quieren serlo. Debe de corresponder a los deportistas".
Los que administren la transici¨®n tendr¨¢n que establecer un criterio de transparencia que responda a las exigencias de los socios, demostrar si el club no funcionaba por culpa de Gaspart o por un modelo conceptualmente insostenible. El presidente no se marcha por un resbal¨®n sino por una suma de errores para los que ha contado con muchos c¨®mplices. Conviene hacer un diagn¨®stico que no interfiera en el d¨ªa a d¨ªa. El Bar?a ha salido de la UVI. Empieza un periodo de convalecencia, rehabilitaci¨®n y control de las constantes vitales. Si el paciente reincide en los excesos, pondr¨¢ en peligro su vida. Si cree en s¨ª mismo y conf¨ªa en m¨¦dicos honestos y preparados, incluso podr¨ªa llegar a curarse. La lecci¨®n que se puede sacar es que no basta con ser barcelonista para dirigir el Bar?a. Que no lo olviden los futuros candidatos a la presidencia.
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