Mubarak reconoce que los pa¨ªses ¨¢rabes no pueden parar la guerra

"Ser¨ªa rid¨ªculo pensar que nosotros [los pa¨ªses ¨¢rabes] podemos parar la guerra", asegur¨® ayer el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en Sharm el Cheik, a orillas del mar Rojo, donde se reuni¨® con representantes de Libia, Siria y Arabia Saud¨ª y el secretario general de la Liga ?rabe, Amr Mussa, para ultimar los detalles de la cumbre de la Liga que se celebrar¨¢ a principios del pr¨®ximo mes en El Cairo y que tendr¨¢ como punto del d¨ªa Irak.

Mubarak recalc¨® que en el mundo occidental hab¨ªa organismos m¨¢s importantes y m¨¢s influyentes, como "el Congreso norteamericano, el Consejo de Seguridad de la ONU, el Parlamento brit¨¢nico y la Administraci¨®n americana para hacer avanzar la guerra, desencadenarla o aplazarla", pero a¨²n se?al¨® su intenci¨®n de continuar trabajando por un arreglo pac¨ªfico de la crisis.

El presidente de Egipto, que el d¨ªa anterior, s¨¢bado, se hab¨ªa reunido con el rey Abdal¨¢ II en el puerto jordano de Aqaba, se entrevist¨® ayer con el presidente sirio, Bachar el Assad; con el l¨ªder libio, Muammar el Gaddafi, y con el pr¨ªncipe y jefe de la diplomacia de Arabia Saud¨ª, Saud Al Faisal, quien era portador de una carta del pr¨ªncipe heredero, Abdullah. Las consultas y gestiones diplom¨¢ticas de Mubarak proseguir¨¢n los pr¨®ximos d¨ªas en El Cairo, donde tiene previsto el d¨ªa 16 reunirse con el emisario norteamericano, William Burns.

El presidente Mubarak trata con estas entrevistas de coordinar la posici¨®n de los miembros de la Liga ?rabe que deber¨¢n participar en la Cumbre del pr¨®ximo mes de marzo. En ella, el l¨ªder egipcio presentar¨¢ una propuesta de resoluci¨®n en la que se pedir¨¢, entre otras cosas, tomar medidas para impedir la guerra y exigir a Bagdad que coopere con los inspectores. No se descarta adem¨¢s que en la resoluci¨®n se recomiende a Sadam Husein exilarse de su pa¨ªs, como ¨²ltima soluci¨®n para evitar el conflicto.

En medios gubernamentales egipcios se asegura que Mubarak podr¨ªa desplazarse a Bagdad para entrevistarse con Sadam Husein y tratar de convencerle para que acepte el desarme exigido por Naciones Unidas. Sin embargo, el propio Mubarak se muestra esc¨¦ptico sobre las posibilidades de ¨¦xito de una gesti¨®n de estas caracter¨ªsticas y que ser¨ªa una repetici¨®n de la efectuada en 1990, cuando asumi¨® sin ¨¦xito tareas de mediaci¨®n entre Irak, Kuwait y Arabia Saud¨ª, y se vio incapaz de impedir la guerra.