Solemnidad

Bajo el ep¨ªgrafe de L'ouverture fran?aise dans l'Europe Musicale du Baroque, Jordi Savall present¨® un programa centrado, te¨®ricamente, en esa forma musical. En realidad, sin embargo, propon¨ªa un viaje a lo que, de alguna manera, representa: los ambientes m¨¢s cortesanos del Barroco, los fastos mundanos m¨¢s que eclesi¨¢sticos, las atm¨®sferas de gloria y poder tan absolutas como -a veces- tambaleantes. Un programa que, adem¨¢s, parec¨ªa querer demostrar la influencia que tuvo la obertura francesa en la m¨²sica europea. Porque, si Lully puede ejemplificar a la perfecci¨®n los par¨¢metros arriba se?alados, Haendel, Bach y -a su manera- Cabanilles bucearon tambi¨¦n en aguas diferentes. Pero Savall seleccion¨®, entre las obras de cada autor, las p¨¢ginas que mejor iluminaran el car¨¢cter solemne de dicha forma. Solemnidad que no deriva s¨®lo de la estructura lento-r¨¢pido-lento (de efecto totalmente contrario a la que es habitual en las sonatas), sino tambi¨¦n de que los vientos -y, dentro de los vientos las trompetas- hegemonicen el discurso, del car¨¢cter fugado que tiene la secci¨®n r¨¢pida -con lo cual se aleja cualquier sospecha de trivialidad- y, sobre todo, del cerrar las puertas a una incipiente expresi¨®n m¨¢s intimista que -se quiera o no- andaba asom¨¢ndose ya en la ¨¦poca: el Bach de esta Suite para orquesta n¨²m. 4 se parece al Bach de las Partitas para viol¨ªn en la perfecci¨®n de la escritura, pero aqu¨¦l es mucho m¨¢s cortesano, mientras que ¨¦ste suena con mayor recogimiento. Y el Haendel de los Reales fuegos de artificio s¨®lo recuerda al de -por ejemplo- Pianger¨° la sorte mia en la facilidad mel¨®dica. Savall escogi¨® para esta sesi¨®n el barroco m¨¢s oficial y rutilante, el que utiliza m¨¢quinas de viento y efectos de eco. Y est¨¢ bien que as¨ª fuera, porque esa faceta fue importante y, de alguna manera, determin¨® el estilo.

Quiz¨¢ para subrayar los nexos, quiz¨¢ para demostrar la influencia de la obertura francesa sobre diversos g¨¦neros y compositores, el m¨²sico de Igualada subray¨® las semejanzas entre todas las obras. No parece, sin embargo, que sea ¨¦sta la ¨²nica opci¨®n posible. Incluso dentro del marco de lo cortesano y de lo oficial, aceptar y resaltar las diferencias no hace sino enriquecer el resultado, ya que, de lo contrario, puede rozarse la monoton¨ªa expresiva.

En el plano estrictamente t¨¦cnico, los vientos de Le Concert des Nations, especialmente trompas y trompetas, fallaron m¨¢s veces de lo deseable. La opci¨®n de tocar con instrumentos originales deber¨ªa implicar cierto compromiso para aumentar las esperanzas del oyente en cuanto a o¨ªrlos sonar afinadamente. De lo contrario, el historicismo musical reducir¨¢ sus posibilidades de extensi¨®n entre el gran p¨²blico.