El Bar?a espabila en Montju?c

El Barcelona sali¨® del atolladero en Montju?c, donde liquid¨® al Espanyol con una facilidad pasmosa e inesperada en primera instancia y con sufrimiento y dejando algunas dudas en un segundo per¨ªodo en el que se dej¨® apretar m¨¢s de la cuenta.

Antic ha instaurado un estilo mucho m¨¢s s¨®lido defensivamente y, sin grandes alardes, pero con mayor repertorio ofensivo que en la ¨¦poca de Van Gaal. Nada impresionante. Pero ayer le alcanz¨® para dar cuenta de un Espanyol que present¨® un perfil afilado por los nombres que dispuso Clemente pero impotente y plano hasta que, ya con 2-0, irrumpi¨® Tamudo en la segunda parte. Hasta entonces no existi¨® el Espanyol en ataque. Pero desde aqu¨¦l momento Bonano, un espectador m¨¢s en el primer tiempo, tuvo que repetir intervenciones en un pim pam pum que no dej¨® en entredicho a los azulgrana porque el Espanyol no aprovech¨® ni una.

Antic repiti¨® el mismo equipo que ante el Athletic, volvi¨® a confiar en que Overmars por la derecha y los relevos entre Sor¨ªn y Mendieta por la izquierda ayudaran a Kluivert y Saviola a desajustar la defensa del Espanyol. Con un juego mucho m¨¢s directo, vertical, sin despreciar la posibilidad de tejer pero s¨®lo en ocasiones puntuales, el Bar?a fue imponiendo paulatinamente su superioridad.

Clemente dio entrada a De la Pe?a y Toni Velamaz¨¢n, y dej¨® en el banco a Morales y a Tamudo, posiblemente a¨²n disminu¨ªdo por la gripe que le mantuvo media semana en cama. El Espanyol deseaba tejer en el centro del campo y llegar algo m¨¢s por los carriles. Pero eso se qued¨® en una mera hip¨®tesis. Los jugadores del Bar?a se arroparon en el repliegue y trat¨® de defender muy lejos de su ¨¢rea, algo que le sali¨® bien al principio y mal tras el descanso cuando embisti¨® el Espanyol. De cualquier manera, en ese aspecto el equipo azulgrana es m¨¢s compacto, menos predispuesto a grandes concesiones.

El Bar?a tante¨® y al primer amago, un golpe de cintura de Overmars, se encontr¨® como respuesta la inesperada blandura defensiva del Espanyol. Sus laterales le procuraron a Toni varios sustos de consideraci¨®n. Pero Kluivert se empe?¨® en apuntar a la luna en una noche en la que estuvo exasperante. Al holand¨¦s le puso la primera en bandeja Torricelli, en uno de los muchos errores de bulto que cometi¨®. El italiano dej¨® un centro de Overmars muerto en el ¨¢rea pero ni siquiera a bocajarro daba en el blanco Kluivert, que calc¨® la acci¨®n tras un centro desde la izquierda de Mendieta. Pero el Barcelona se agrandaba a medida que transcurr¨ªa el tiempo y confirmaba que el Espanyol hab¨ªa adoptado la forma del saco de recibir golpes. Y el Bar?a, algo t¨ªmido al principio, con dificultades para sacudirse el melodrama que le rondaba en un partido en que flirteaba con la zona de descenso, acab¨® propinando los golpes que desde hac¨ªa tiempo no daba.

De la Pe?a, se converti¨® en una r¨¦mora. De Velamaz¨¢n apenas hubo noticias, con el agravante de que por la zona izquierda Mendieta y Sor¨ªn le llevaron por la calle de la amargura. Y Roger qued¨® perfectametne controlado por Reiziger. No tardaron en llegar los dos goles con los que el Bar?a se meti¨® el partido en el bolsillo. Los dos en apenas, seis minutos, cuando se acercaba el descanso. Ambos en acciones en las que la defensa del Espanyol se agriet¨® por el medio. Y ambos con el sello de Xavi, cuyo toque fue sutil y providencial en el lanzamiento de la falta que aprovech¨® Cocu para abrir el marcador, y certero en el remate colocado que le exigi¨® la disposici¨®n defensiva que encontr¨® cuando recibi¨® en el balc¨®n del ¨¢rea de pies de Saviola.

La recuperaci¨®n del Barcelona qued¨® un tanto en entredicho en una primera media hora del segundo periodo en el que la defensa azulgrana se vio demasiado apurada por las arremetidas del Espanyol. Tamudo la desequilibr¨® repetidamente. El Barcelona sangr¨® especialmente por la zona izquierda, donde Sor¨ªn es tan beneficioso en ataque como dubitativo en defensa. Antic, que ya hab¨ªa relevado a Overmars por Rochemback, lo cual dej¨® hu¨¦rfano el lado derecho atacante, trat¨® de cerrar el agujero por la zona izquierda con el relevo de Motta por Mendieta. Bonano pas¨® a ser el protagonista constante del partido. Cuando no remataba Tamudo, era Maxi, cuando no Roger. Pero el meta argentino se redimi¨® de la desastrosa actuaci¨®n que hace un a?o en Montju?c le cost¨® la titularidad, y resolvi¨® con eficiencia. Antic logr¨® estabilizar su equipo, que por momentos, estuvo escesivamente a expensas del Espanyol. El Barcelona acab¨® sacando un triunfo que le libra del escarnio de caer en la zona de descenso y que, por el contrario, le permite apuntar a una recuperaci¨®n saludable. Montju?c, al respecto, era el escenario id¨®neo.