A favor y en contra
Despu¨¦s de ver a Colin Powell remachando su actuaci¨®n en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con las conversaciones telef¨®nicas interceptadas, las fotos de sat¨¦lite y esos momentos televisivos cuidadosamente construidos, me pregunt¨¦: ?en que cambia esto mi opini¨®n sobre la guerra de Irak? La respuesta es: no mucho. Sigo sin estar convencido por la defensa a favor, y lleno de dudas por las razones en contra.
"Tiene la barrera bien clavada en el culo", me coment¨® hace poco un amigo acerca de la postura del poeta laureado brit¨¢nico sobre Irak. Decir de alguien que mira los toros desde la barrera raramente es un cumplido. La mayor¨ªa de la gente admira la decisi¨®n y desprecia la vacilaci¨®n. La contienda pol¨ªtica exige la toma inmediata de posturas y la exageraci¨®n de las diferencias menores. Los medios de comunicaci¨®n, en competencia feroz por los espectadores, los oyentes y los lectores, reclaman a gritos posturas polarizadas: da mejor en televisi¨®n, ya saben.
La guerra deber¨ªa ser siempre el ¨²ltimo recurso. ?No se podr¨ªa controlar a Sadam por medio de la actual combinaci¨®n de disuasi¨®n y contenci¨®n?
Si Sadam alguna vez obtuviera un arma nuclear efectiva y con capacidad de ser lanzada, ello ser¨ªa un enorme desastre para el mundo
Por confuso que fuera el Irak posterior a la guerra, y sin duda ser¨ªa confuso, como Bosnia, Kosovo y Afganist¨¢n en la posguerra, dif¨ªcilmente ser¨ªa peor
Cuestiones dif¨ªciles
Pero sobre Irak, a pesar de todo me gustar¨ªa seguir defendiendo una postura de torturada ambivalencia liberal. Ser liberal no significa que siempre se vacile en mitad de las cuestiones dif¨ªciles. Yo estuve totalmente en contra de las invasiones sovi¨¦ticas de Checoslovaquia y Afganist¨¢n; en contra de las intervenciones estadounidenses en Nicaragua y El Salvador; a favor de la intervenci¨®n militar en Bosnia y Kosovo, y a favor de la guerra contra Al Qaeda en Afganist¨¢n, todo ello por buenos motivos liberales. El caso de Irak es distinto y m¨¢s dif¨ªcil. Veo cuatro fuertes argumentos a cada lado.
A favor
1. El r¨¦gimen de Sadam es uno de los m¨¢s repugnantes del mundo actual. Ha cometido genocidio contra los kurdos, y mantiene a su propio pueblo aterrorizado. Eliminarle ser¨ªa una bendici¨®n para su pa¨ªs y para la regi¨®n. Por confuso que fuera el Irak posterior a la guerra -y sin duda ser¨ªa confuso, como Bosnia, Kosovo y Afganist¨¢n en la posguerra-, dif¨ªcilmente ser¨ªa peor.
2. Sadam ha atacado dos veces a pa¨ªses vecinos. Seg¨²n ha documentado Powell, ha almacenado grandes cantidades de horrendas armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas, y oculta lo que queda de ellas. Sigue tratando de conseguir armas nucleares. Si alguna vez obtuviera un arma nuclear efectiva y con capacidad de ser lanzada, ello ser¨ªa un enorme desastre para el mundo, como lo ser¨ªa en Corea del Norte, pero bastante m¨¢s, por ser Sadam quien es y estar donde est¨¢. Yo apoyo la CDND: la Campa?a para el Desarme Nuclear de los Dictadores.
3. Ha desobedecido abiertamente 16 resoluciones de la ONU a lo largo de 12 a?os. Es evidente que no quiere desarmarse, o cooperar plenamente con los inspectores de Naciones Unidas. (?qu¨¦ dictador soberano que se precie querr¨ªa?). La justificaci¨®n en el derecho internacional para una acci¨®n militar es m¨¢s fuerte en este caso que en el de Kosovo. Una segunda resoluci¨®n de la ONU proporcionar¨ªa la "autoridad adecuada" que exige la teor¨ªa de la Guerra Justa.
4. Consecuencias (optimistas). Podr¨ªa ser un catalizador del cambio democr¨¢tico en Oriente Pr¨®ximo. Un Irak pac¨ªfico, pr¨®spero y reconstruido, una "Alemania Occidental iraqu¨ª", podr¨ªa ser un modelo para toda la regi¨®n. Pr¨®ximas paradas, Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n. La expansi¨®n de la libertad podr¨ªa a la larga transformar el contexto regional, ya que solucionar¨ªa el problema entre Israel y Palestina, al igual que la democratizaci¨®n de Europa del Este trajo finalmente la soluci¨®n a la divisi¨®n de Alemania.
En contra
1. La guerra deber¨ªa ser siempre el ¨²ltimo recurso. Por prodigiosamente precisas que sean las nuevas bombas de alta tecnolog¨ªa estadounidenses, morir¨¢n iraqu¨ªes inocentes. ?No se podr¨ªa controlar a Sadam durante los pr¨®ximos a?os por medio de la actual combinaci¨®n de disuasi¨®n y contenci¨®n?
2. La teor¨ªa de la Guerra Justa pide que haya una "buena intenci¨®n". A fin de cuentas, creo que Blair tiene buenas intenciones. No estoy convencido sobre la Administraci¨®n de Bush. Distintas personas all¨ª tienen distintos programas, por supuesto, y los motivos humanos siempre son desiguales. A modo de burda pauta, presentar¨ªa el ¨ªndice de motivos m¨¢s o menos de esta manera:
- La sensaci¨®n de que esto es parte de una "guerra contra el terrorismo" m¨¢s amplia, que desde el 11 de septiembre de 2001 es una lucha por la seguridad nacional de Estados Unidos: 20%.
- La convicci¨®n sincera de que Sadam con armas de destrucci¨®n masiva supone una grave amenaza para el mundo libre: 20%.
- La frustraci¨®n de no haber sido capaz de capturar a Osama Bin Laden o poner fin a Al Qaeda, junto con la convicci¨®n de que por lo menos se puede usar el enorme poder militar para derrotar a Sadam: 15%.
- Un c¨¢lculo inicial del asesor pol¨ªtico de Bush, Karl Rove, que quiz¨¢ ahora lamente, de que le dar¨ªa ventaja en la pol¨ªtica nacional: 10%.
- La sensaci¨®n de que no hay vuelta atr¨¢s. ?C¨®mo puede Bush presentarse a las pr¨®ximas elecciones presidenciales con Sadam todav¨ªa en el poder?: 10%.
- La esperanza de transformar Oriente Pr¨®ximo, tambi¨¦n para ventaja a largo plazo de Israel: 5%.
- El petr¨®leo: 5%.
Se pueden variar los porcentajes al gusto de cada cual, pero, por muchas vueltas que le den, la suma no equivale a un conjunto mayoritario de buenas razones liberales.
3. Los lazos de Sadam con Al Qaeda son marginales. Todas las pruebas que Colin Powell pudo reunir no demostraban mucho m¨¢s. No servir¨¢ de nada asegurar que la guerra contra Irak es la continuaci¨®n de una lucha inteligente contra el "fascismo isl¨¢mico" que comenz¨® el 11 de septiembre de 2001. Osama Bin Laden considera ap¨®stata al r¨¦gimen de Sadam Husein. Son dos cosas muy malas, pero tambi¨¦n son dos cosas muy distintas.
4. Consecuencias (pesimistas). A pesar de que los terroristas isl¨¢micos odian a Sadam, una invasi¨®n imperial brit¨¢nico-estadounidense incrementar¨¢ las oportunidades de atentados terroristas ¨¢rabes en Europa y Estados Unidos. Si se quiere democratizar Oriente Pr¨®ximo, una guerra imperial no es la mejor manera de empezar. Apoyar una revoluci¨®n de terciopelo en Ir¨¢n, fomentar la reforma democr¨¢tica en Arabia Saud¨ª y dar un varapalo a los testarudos Sharon y Arafat para que avancen hacia una soluci¨®n del conflicto entre Israel y Palestina ser¨ªa mucho mejor. De cualquier modo, el modelo de Alemania Occidental y Jap¨®n, dos democracias nacidas de la ocupaci¨®n, son excepciones hist¨®ricas. Lo m¨¢s probable es que veamos una Yugoslavia iraqu¨ª desgarrada entre los kurdos, los shi¨ªes y los sun¨ªes. Los Estados Unidos de Bush no tienen ninguna gana de levantar pa¨ªses, y la sopa de siglas de las administraciones internacionales de Bosnia, Kosovo, Afganist¨¢n, etc¨¦tera, dif¨ªcilmente son ejemplos alentadores. En general, las consecuencias regionales tienen m¨¢s probabilidades de ser malas que buenas.
Ambivalencia liberal
Tengo la corazonada de que si se inyectara a Tony Blair un suero de la verdad en plena noche, confesar¨ªa compartir la mayor¨ªa de esta ambivalencia liberal. No creo que tenga informaciones secretas que nos convencer¨ªan a todos si se nos permitiera verlas. Y el Foreign Office constantemente le est¨¢ susurrando advertencias al o¨ªdo. Pero en p¨²blico est¨¢ lleno de convicci¨®n apasionada, incluso misionera. ?Por qu¨¦? Por ser quien es, por supuesto: un intervencionista liberal cristiano y gladstoniano. Quiz¨¢ es porque cree que mantener la solidaridad y la influencia brit¨¢nicas con Estados Unidos es m¨¢s importante a¨²n que las probables consecuencias negativas de una guerra contra Irak. Pero tambi¨¦n porque es un primer ministro, no un escritor o un analista. Tiene que decidir. Tiene que dirigir. Tiene que convencer a un p¨²blico esc¨¦ptico y a un partido resentido.
Eso no quiere decir que todos tengamos que hacer lo mismo, exponer s¨®lo un lado de un complejo dilema con convicci¨®n apasionada y simplista. Aunque eso d¨¦ mejor en televisi¨®n.
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