Veh¨ªculos de expresi¨®n

La construcci¨®n de la BMW Haus en M¨²nich, junto al estadio para los Juegos Ol¨ªmpicos de 1972, marc¨® en Europa el comienzo de una tendencia que hoy se ha generalizado. Karl Schwanzer construy¨® entonces la famosa torre de los cuatro cilindros, representaci¨®n del coraz¨®n de un motor. Un corte horizontal a tres cuartos de su altura subrayaba, en un alarde futurista, el origen mec¨¢nico de aquella forma arquitect¨®nica, representaci¨®n pl¨¢stica de una realidad industrial. Pero ya durante la posguerra y en Estados Unidos, General Motors y Ford, la primera en Watren (Michigan), con Eero Saarinen, y la segunda en Nueva York, con Kevin Roche, se hab¨ªan servido de la arquitectura para transmitir mensajes visuales acordes con su actividad.

Seg¨²n el lenguaje de los economistas, la industria automovil¨ªstica ha alcanzado ya su "madurez", es decir, se ha aproximado al l¨ªmite de sus posibilidades de desarrollo tecnol¨®gico. Han quedado atr¨¢s los tiempos en que Henry Ford pon¨ªa en marcha las primeras cadenas de montaje y el centro de la atenci¨®n lo ocupaba s¨®lo el veh¨ªculo, en torno al cual se atareaban, dentro de enormes naves, centenares de obreros. La parte visible del coche era el coche mismo. Su belleza resid¨ªa fundamentalmente en la carrocer¨ªa; que tras el producto final se ocultara el mon¨®tono embrutecimiento de las cadenas de montaje, importaba a pocos.

Actualmente ya no es as¨ª y los fabricantes de coches encargan edificios singulares, capaces de representar las aspiraciones de la empresa, estar a la altura tecnol¨®gica de los tiempos y ser "ecol¨®gicamente correctos", eficientes a la hora de satisfacer los deseos de sus clientes y de dotar de un ambiente sano y armonioso a quienes trabajan para ellas. Todo eso se quiere incorporar a la imagen corporativa.

As¨ª, las principales casas auto-

movil¨ªsticas parecen haberse puesto de acuerdo en demandar una nueva imagen arquitect¨®nica acorde con esta filosof¨ªa, y convocan a los arquitectos de vanguardia para que dise?en edificios asociados a conceptos tales como la levedad, la transparencia, la eficiencia, la adecuaci¨®n ecol¨®gica, la seguridad, la elegancia...

Citro?n, por ejemplo, ha confiado a la joven revelaci¨®n de la arquitectura francesa, Manuelle Gautrand, la reforma de su centro hist¨®rico de exposiciones en los Campos El¨ªseos de Par¨ªs. En un espacio vertical, Gautrand ha imaginado una especie de cadena de ADN, mec¨¢nica y asim¨¦trica, reflejo de los objetivos de la marca automovil¨ªstica, que con sus nuevos modelos ha optado por una est¨¦tica del confort.

BMW, por su parte, ha movilizado al estudio vien¨¦s Coop Himmelb(l)au para que desarrolle un centro representativo y de ventas en M¨²nich, y a Zaha Hadid para que erija el centro de direcci¨®n de sus nuevas instalaciones en Leipzig. En el primer caso tendr¨¢n un edificio transparente, con una gran cubierta que recuerda la silueta de una nube, donde el autom¨®vil se ofrece con el mismo refinamiento preciosista que el joyero expone sus gemas. En el segundo, del particular universo formal de la arquitecta iraqu¨ª Hadid surgen l¨ªneas quebradas de matem¨¢tica imprevisibilidad y movimientos convergentes que configuran un artefacto din¨¢mico.

Tambi¨¦n en Leipzig, centro autom¨®vil de la antigua Alemania Oriental, Porsche ha encargado a los veteranos Von Gerkan y Marg el edificio de direcci¨®n de su f¨¢brica, un cono invertido que descansa sobre un sistema de rampas, en equilibrio casi circense. Los materiales de construcci¨®n empleados son ligeros, a pesar de que la forma en s¨ª no se asocie precisamente a la ligereza. Puede parecer parad¨®jico, pero funciona como imagen del Porsche, un coche que hace m¨¢s de medio siglo se ha man-tenido fiel a su dise?o aerodin¨¢-mico.

Otro de los gigantes de la industria motora, Mercedes-Benz, empez¨® encargando su centro de investigaci¨®n de Ulm a Richard Meier, quien, en 1993, lo construy¨® como suele: escult¨®rico, de hormig¨®n blanco y con amplias cristaleras; y ahora el estudio de Van Berkel y Bos ha ganado el concurso que convoc¨® la marca para la construcci¨®n de un Museo Mercedes-Benz en Stuttgart con una soluci¨®n inspirada en la famosa insignia, una doble rampa espiral en forma de tr¨¦bol.

A su vez, Kohlbecker Architects, que han proyectado tantos edificios para el grupo Daimler-Chrysler que pueden considerarse sus arquitectos de cabecera, son los autores de un nuevo centro de excelencia especialmente pensado para el Maybach, el ¨²ltimo modelo de Mercedes, destinado a hacer la competencia a los m¨ªticos Rolls. El edificio, blanco, riguroso, horizontal y surcado de marquesinas, acent¨²a la abstracci¨®n de sus rasgos con un espejo de agua que desciende, bajo la construcci¨®n en ¨¦l reflejada, por una amplia escalinata.

El agua es un tema com¨²n en-

tre las propuestas m¨¢s recientes. Gunter Henn la utiliza como base de su proyecto para el nuevo centro de Volkswagen, que se ubicar¨¢ en un parque p¨²blico de Dresde: un edificio transparente al que se accede mediante puentes colgantes. Tambi¨¦n los franceses Valode y Pistre, ganadores del concurso convocado en 1998 por Renault, hacen que el nuevo Tecnocenter de la marca francesa en Gouyancourt emerja desde un estanque. Y Massimiliano Fuksas circunda con canales y plantaciones de bamb¨² su nuevo centro de desarrollo del producto para Ferrari en la localidad italiana de Maranello.

Origen de la vida, s¨ªmbolo de ligereza y espejo natural, el agua es el instrumento id¨®neo para lavar im¨¢genes. Porque el autom¨®vil ya no es tanto aquella m¨¢quina vertiginosa que produc¨ªa un estruendo ensordecedor; aun cuando todav¨ªa hoy contin¨²a vigente la l¨®gica de la potencia, su imagen se asocia a la seguridad, la tranquilidad y el silencio. Y la arquitectura se apresta a ser veh¨ªculo de expresi¨®n de esa nueva cultura tecnol¨®gica.