Am¨¦n
Todo parece indicar que este a?o la calle va a estar inquieta y reivindicativa. La cosa est¨¢ que arde. La Puerta del Sol vuelve a ponerse contestona, y la gente anda por ah¨ª despotricando a grito limpio contra el poder, la ineptitud y la desverg¨¹enza.
Las autoridades est¨¢n acabando con la paciencia de los m¨¢s sosegados. No se puede machacar as¨ª a la poblaci¨®n, tan deprisa, tan sin respiro. Y, encima, insultan desde sus poltronas a quienes ejercen el sagrado derecho de pedir explicaciones. Estos tipos degradan la democracia y se est¨¢n mofando del pueblo, cuya opini¨®n les importa un r¨¢bano.
La semana pasada, Madrid era el No a la guerra, hoy es el Nunca M¨¢is; ma?ana, que Dios nos pille confesados, porque el futuro, adem¨¢s de imperfecto, es subjuntivo. Y todo empieza aqu¨ª, en el Foro, porque aqu¨ª se mont¨® la ignominiosa actitud oficial ante el descalabro del Prestige. Aqu¨ª, en Aranjuez, estaban cazando Fraga y su s¨¦quito en todo el fragor de la consternaci¨®n. Aqu¨ª, en Moncloa, hay l¨ªnea directa con el tejano que ordena y manda en el Ejecutivo. Y desde aqu¨ª ejerce nuestro presidente de correveidile y celestino del vaquero temerario. Y desde la capital de Espa?a se ha urdido la fragmentaci¨®n de la Uni¨®n Europea. Demasiado para una ciudad. Eso, sin mencionar para nada al se?or alcalde, que tambi¨¦n es de armas tomar.
El prodigioso declive del PP comenz¨® tambi¨¦n en Madrid. Ocurri¨® este mismo verano, en la bas¨ªlica de San Lorenzo de El Escorial. Aquella boda, pretenciosa y austroh¨²ngara, fue tan monumental desatino que dej¨® descolocado al personal. Hasta entonces, Aznar parec¨ªa un se?or austero y mesurado, pero ah¨ª le traicion¨® su ramalazo imperialista. Tanto obispo, tanto monje, tanto palio, tanto motete, tanta genuflexi¨®n, y ahora resulta que el padre de la contrayente pretende dejar en rid¨ªculo al Santo Padre por sus pronunicamientos en contra de la guerra de Irak. El PP tiene cabreado al Papa, a Dios Padre, a Jesucristo, a Mahoma, a Buda, a Yahv¨¦ y, por supuesto, a Al¨¢. Con semejantes rivales, lo llevan claro. Les quedan dos telediarios. Nunca M¨¢is. Am¨¦n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.